Conflictos agrarios, principal causa de la violencia
en la sierra sur de Oaxaca
Disputas en Sola de Vega han dejado 500 muertos
Emboscadas, enfrentamientos y ejecuciones han
sido documentados por la Iglesia
VICTOR RUIZ ARRAZOLA Y ALONSO URRUTIA / I CORRESPONSAL
Y ENVIADO
Xochiltepec, Oax., 2 de junio. Este pueblo zapoteco,
de alrededor de 800 habitantes, es uno más de los núcleos
rurales de la sierra sur de Oaxaca que se encuentran inmersos en la pobreza
y llevan a cuestas la violencia generada durante décadas por conflictos
agrarios que las instancias gubernamentales han sido incapaces de resolver
de raíz, a pesar de que la reforma agraria ha concluido en México.
Santiago Xochiltepec es una agencia del municipio de Santiago
Textitlán, que a la vez se encuentra dentro de la jurisdicción
del distrito de Sola de Vega, en el que se asientan comunidades zapotecas,
mixtecas, chatinas y mestizas que se pelean entre sí diversos territorios
que reclaman como suyos.
En
el distrito de Sola de Vega se encuentra la comunidad mixteca de Santiago
Amoltepec, misma que sostiene conflictos agrarios con sus vecinos de San
Mateo Yucutindoo, Santa María Zaniza, Santiago Textitlán
y Santa María Zenzontepec, a los que se ha enfrentado a balazos
en múltiples ocasiones, con un saldo que supera los 500 muertos
en los recientes 50 años, según informes del Centro Regional
de Derechos Humanos Bartolomé Carrasco Briseño.
Hace 50 años Santiago Xochiltepec tenía
en posesión 15 mil 700 hectáreas, pero sus vecinos de Santa
María Zaniza, Santo Domingo Teojomulco e incluso los de su cabecera
municipal, Santiago Textitlán, les han venido peleando "y arrebatando
la gran mayoría; ahora sólo nos quieren dejar 4 mil", dijo
el agente municipal Ignacio Gutiérrez Gutiérrez.
El litigio que actualmente enfrentan los 80 comuneros
de Xochiltepec es contra la comunidad de indígenas zapotecos de
Santa María Zaniza, quienes obtuvieron a su favor una resolución
de Tribunal Agrario Supremo por 4 mil hectáreas, por lo que los
primeros solicitaron un amparo de la justicia federal en marzo pasado.
Otra disputa que Xochiltepec ha sostenido para defender
su territorio es con Santo Domingo Teojomulco, cuyos campesinos, hombres
y mujeres mestizos, "quieren exterminarnos para que les dejemos el paso
libre por estas tierras. A lo largo de los últimos 50 años
han ido avanzando, ya nos quitaron más de 3 mil hectáreas
y ahora nos quieren matar a todos, principalmente a los niños, para
que las nuevas generaciones ya no peleen lo que por ley nos corresponde",
agregó Gutiérrez Gutiérrez.
Tanto política como administrativamente Santiago
Xochiltepec depende de Santiago Textitlán, pero los zapotecos de
ese pueblo también se han disputado las fértiles tierras
de Xochiltepec, ricas en recursos maderables y aptas para diversos cultivos,
como café, plátano y la floricultura, y por ello desde la
década de los 50 se han posesionado de 2 mil hectáreas, "tanto
a la mala como por resoluciones del gobierno", comentó el agente
municipal.
Sin embargo, Santo Domingo Teojomulco -de donde presuntamente
son los responsables de la matanza de 26 indígenas zapotecas de
Xochiltepec el pasado 31 de mayo- sostiene otra añeja rivalidad
con sus vecinos de San Lorenzo Texmelucan, también por una productiva
franja de tierra a la orilla de un río que divide a estas dos comunidades,
una mestiza y la otra zapoteca.
El
primero de diciembre de 1998, mientras el gobernador José Murat
Casab tomaba posesión de su cargo en el teatro Alvaro Carrillo de
la ciudad de Oaxaca, habilitado como sede de los tres poderes del estado,
comuneros de Santo Domingo Teojomulco se disputaban sus tierras a balazos,
con resultado de 15 muertos y casi 20 heridos. Al momento no se han concluido
las investigaciones de esa masacre, para deslindar responsabilidades.
Los enfrentamientos, las emboscadas y las ejecuciones
ya forman parte de la forma de vida de los oaxaqueños que viven
en el distrito de Sola de Vega, acciones armadas que han sido documentadas
por la Iglesia católica, principalmente por el presbítero
Wilfrido Mayrén Peláez, quien se desempeñó
como párroco de Santo Domingo Teojomulco en la década de
los 90 y fue coordinador del Centro Regional de Derechos Humanos Bartolomé
Carrasco Briceño. Además recorrió todas las comunidades
de esta zona por su trabajo tanto pastoral como social, lo que motivó
que lo emboscaran camino a San Lorenzo Texmelucan, agresión de la
que salió ileso.
Otra emboscada que no se le olvida al pueblo oaxaqueño,
en especial a los zapotecas de Santa María Zaniza, es la que ocurrió
en 1986, cuando los campesinos, la mayoría mestizos de Santiago
Amoltepec, los esperaban en el monte para asesinarlos allí. El número
de víctimas mortales ascendió a 29, y el de lesionados rebasó
los 30.
Por esa razón fue encarcelado, entre otras personas,
el ahora presidente municipal de Santiago Amoltepec, Antonio Roque Cruz,
quien purgó una condena de 13 años de cárcel y hace
dos años salió libre. Una parte de sus paisanos lo considera
un héroe, y votaron por él para hacerlo alcalde, a pesar
de estar gozando aún de los beneficios de la preliberación.
Esta red de conflictos agrarios se desenvuelve sobre la
base de la pobreza y marginación que caracteriza a toda la sierra
sur oaxaqueña, a la cual se dirigieron señalamientos de narcotráfico,
tráfico de madera y de armas, expuestos recientemente por el gobernador
José Murat.