BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
EU: sus burbujas y brujas financieras
EL EQUIPO BUSH es un tigre de papel financiero que ruge bélicamente con una cacofonía hueca y descabellada: ha creado deliberadamente un caos mundial geopolítico, primordialmente desde Cisjordania hasta las cumbres del Himalaya, para intentar encubrir la quiebra financiera de su mafiocracia, el desplome inevitable del dólar y el caduco sistema financiero internacional dolarcéntrico. Todas las burbujas del sistema financiero de Estados Unidos se han desplomado a partir del estallido del índice tecnológico Nasdaq en alrededor de 70 por ciento, que esfumó por lo menos 5 billones de dólares, además de otros colaterales perdidos por 7 billones, que en suma representan más que su PIB anual.
DESDE SU TRIBUNA de The New York Times, Paul Krugman, un economista muy capaz, se burla de otra burbuja que intentan imponer por la vía publicitaria los economistas y financieros muy desprestigiados de Wall Street: la hilarante recuperación sin ganancias y de alto desempleo. ƑA quién le sirve una tal "recuperación" selectiva que no sea al complejo militar industrial-petrolero que epitomiza el Grupo Carlyle, que subsume los intereses corporativos del nepotismo dinástico de la familia Bush?
EL MONUMENTAL DEFICIT de la cuenta corriente de Estados Unidos, más de 4 por ciento de su PIB de 10 billones de dólares, absorbe en forma anómala 76 por ciento del superávit de la cuenta corriente de un planeta que tiene secuestrado por medio de un genuino terrorismo financiero global. Es evidente que el estallido de la "burbuja dólar" provocará estragos debido a la globalización financiera desregulada, que mueve 1.5 billones de dólares al día en el mercado de divisas. Se han vuelto disfuncionales las brujas de Wall Street y su esoterismo parasitario de la "mano invisible" (ya muy visto) en el que se basa el pragmatismo (no alcanza los niveles de ideología) del librecambismo monetarista como sustrato operativo de la maligna globalización también en caída libre. La debacle del índice tecnológico Nasdaq de la "nueva economía" (que ni fue "nueva" ni fue "economía", sino una vulgar burbuja.com) es irreparable y el golpe de gracia se lo asestó la quiebra de la gasera texana mafiosa Enron el 2 de diciembre de 2001. No hay nada que hacer más que limpiar la casa.
LAS PRACTICAS CONTABLES fraudulentas comunes en la mafiocracia empresarial de Estados Unidos tienen preocupado, con justa razón, a Paul Volcker, el antecesor en la Reserva Federal del mago Alan Greenspan, a quien se le agotaron los trucos y los conejos diseñados para neófitos y cándidos, y en sus dos entrevistas al Christian Science Monitor -uno de los pocos periódicos serios que quedan en Estados Unidos (The New York Times se transformó en un ilegible periódico bananero, por sus coberturas sesgadas)- y a Business Week, un apéndice de McGraw Hill, grupo vinculado al nepotismo dinástico de la familia Bush, que maneja a la hilarante calificadora Standard & Poor's.
HOY LAS FINANZAS de Estados Unidos dependen de la buena voluntad de los inversionistas foráneos, que poseen 39.5 por ciento de los Bonos del Tesoro, 23.8 por ciento de los bonos corporativos y 12.7 por ciento del mercado bursátil. Después de haber estallado la burbuja.com de la "nueva economía", acaba de iniciarse la explosión de la "burbuja dólar" y próximamente empezará la implosión de la "burbuja de los bienes raíces" que Baby Bush intenta posponer hasta después de las elecciones de noviembre para rescatar del naufragio a su hermano Jeb, el líder nominal del condado Dade de Miami. Es gracias a la "burbuja de los bienes raíces" de 10 billones de dólares (el equivalente al PIB de Estados Unidos), superinflada y superapalancada (es decir, superendeudada, hasta con dos hipotecas), que los perplejos consumidores sostienen la fase final de una economía exhausta. Fannie Mae y Freddie Mac, los dos gigantes semiestatales del mercado hipotecario con nombre de hamburguesa, se encuentran al borde del colapso al estilo Enron (paradigma de la mafiocracia de Estados Unidos, saturada de burbujas y brujas que se quedaron sin escobas para volar antes y después del Halloween de 2002).
Los inversionistas domésticos y foráneos engañados por el circuito financiero mafioso de Wall Street (empresas, banca de inversión, analistas, firmas contables, calificadoras y medios especializados) por fin se dieron cuenta de los cuentos chinos de sus truculentos trucos contables, que hasta ahora han cobrado la vida de dos suicidados en el sector energético desregulado. No estamos alentando el suicido colectivo de las brujas de Wall Street, sino una sana fumigación legal de una economía muy criminalizada que en forma parasitaria ha desfondado al resto de la humanidad.
Democracia cibernética y fascismo telecrático
ENTRE LAS ENSEÑANZAS para meditar sobre el fallido doble golpe mediático-militar de Venezuela, teledirigido por Elliot Abrams y Otto Reich (la dupla del putrefacto Irán-contras), se encuentra la viabilidad de los partidos políticos y la clase política (incluyendo insólitamente a un presidente en funciones) -es decir, los actores del hecho democrático- sin acceso a los medios "masivos" (calificativo sustancial) de "comunicación" (sustantivo primordial), tales la tv y la radio. Hoy las elecciones, antes que en las urnas, que solamente ratifican un acto fraguado de antemano, se ganan en los estudios de la tv y la radio. Una verdadera "democracia cibernética" debe incorporar la nueva tecnología para facilitar la decisión final del elector, y no como sucede muchas veces que obnubila y enrarece para desinformar y encauzar subliminalmente el voto hacia los intereses grupales de los oligopolios de la globalización. Un partido político o un personaje político sin acceso a los medios ni siquiera debe competir, porque ya perdió de entrada ante el avasallamiento del totalitarismo telecrático. Como la "democracia cibernética" no se construye de un día para otro (o tres meses antes de las elecciones), sino que representa un acto permanente y evolutivo, la propiedad (en un sistema capitalista) de una televisora o radiodifusora por el abanico plural multipartidista (o en su defecto, con una participación accionaria sustancial, cuya adquisición deberá ser subvencionada por el Estado, ya que las frecuencias dependen del "aire", que hasta donde nos quedamos es todavía "propiedad nacional") se torna indispensable para proveer a la audiencia (que no a los electores) un abanico de oportunidades electorales, sin degenerar en un zoológico cacofónico.
POR EL FENOMENO DE acaparación del modelo de la globalización financiera, quiérase o no, la clase empresarial se ha vuelto un partido político omnipotente sin registro (ni lo necesita), con todas las ventajas anticipatorias, al trasladar el oligopolio mercantil al oligopolio de los medios masivos de comunicación (los "Diez Grandes" y las "Cuatro Grandes Empresas Publicitarias" globales), por lo que su inclinación hacia uno de los contendientes carga y marca los dados y los dedos del "mercado" electoral. Nadie dice que no participe la clase empresarial en el acto democrático armónico, pero su colocación debe ser requilibrada y equiparable al resto de los sectores determinantes de la sociedad, a riesgo de desembocar en una "gerenciocracia totalitaria" de facto. La pluralidad de los medios, en lo que se refiere a su propiedad multipartidista, es el sine qua non de la "democracia cibernética". La democracia de hace 2 mil 524 años al estilo de su creador, el griego Cleístenes, sucesor y familar del genial jurisconculto Solón el Ateniense, es aberrantemente disfuncional y paradójicamente antidemocrática; sin la tecnología y el acceso a los medios "masivos" no hay democracia que valga. La democracia tiene que ser "cibernética" y debe incluir en su panoplia todos los modernos instrumentos telemáticos que llegan al elector, o simplemente es antidemocrática. Más aún: se debe elegir a los comentaristas y conductores, en la actualidad muy polutos y dependientes de sus contratos mercantiles con los propietarios de las corporaciones mediáticas. Por lo menos, debe existir un abanico plural de comentaristas y conductores que reflejen el espectro político de la sociedad. Se ha llegado a la alarmante situación de que no pocos comentaristas se transforman en "empresarios" muy exitosos y en verdaderos verdugos que guillotinan la información a placer y transmutan el "comentario de la noticia" por el "negocio de la noticia".
TENEMOS QUE AGRADECERLE al empresario dictatorial y fallido presidente golpista Pedro Carmona Estanga (un instrumento dócil del Grupo Cisneros, de Venevisión) el habernos quitado las vendas de los ojos y los tapones de los oídos sobre los alcances del fascismo telecrático: una antinomia de la genuina democracia, que por imperativo trascendental axiológico deberá complementarse con la cibernética, como un acto de liberación mental al servicio del bien común.
Japón desea nuclearizarse
EN PLENO FERVOR del Mundial de Futbol, como si no bastase la fauna proliferativa nuclear y misilística compactada desde Cisjordania hasta las cumbres del Himalaya, Yasuo Fukuda, el jefe del gabinete del primer ministro nipón Koizumi, declaró en forma temeraria e irresponsable que Japón, la segunda superpotencia geoeconómica global, se encontraba dispuesto a revisar sus tres principios antinucleares (no a la posesión, no a la producción y no a su alojamiento), además de acariciar la posibilidad de contar con misiles balísticos intercontinentales, lo que ha causado furia hasta en el gobernante Partido Democrático Liberal japonés.
El contagio bélico de Baby Bush, a quien los europeos catalogan como un "texano tóxico", está cundiendo en países que por su pasado etnocida (el caso específico de Japón) deben olvidarse para siempre de poseer "armas de destrucción masiva", aunque sean alentados a ello por los superhalcones del equipo Bush encabezados por Richard Armitage, Paul Wolfowitz y Richard Perle, quienes no saben cómo contener a China, ni cómo detener los estallidos de sus múltiples burbujas especulativas, ni cómo vender armas sofisticadas para estimular al embriagado complejo militar-industrial de Estados Unidos. Parecería que el equipo Bush padece el "síndrome Sansón" de la sicosis hiperbélica: me caigo financieramente pero arrastro conmigo al planeta entero a un cataclismo con el sello texano.