El presidente peronista acepta explicaciones y da por terminado el incidente diplomático

Llora Batlle en Buenos Aires al ofrecer a Duhalde disculpas por declaraciones

El mandatario visitante pide perdón por haber llamado a los argentinos "manga de ladrones"
Uruguayos residentes protestan ante su embajada por el exabrupto del gobernante de su país

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 4 de junio. Sorpresivamente el presidente de Uruguay, Jorge Batlle, lloró esta mañana al ofrecer disculpas a Eduardo Duhalde y a los argentinos, después de haberse divulgado la víspera declaraciones suyas en las que aseguraba que "los argentinos son una manga de ladrones, desde el primero hasta el último", y que el mandatario argentino "no tiene fuerza política, no tiene respaldo, no sabe adónde va".

Pero quizá lo más importante de este polémico desahogo verbal en el marco de una entrevista con la cadena estadunidense Bloomberg, hecha hace cinco días pero divulgada el lunes reciente, fue la frase "Duhalde se va" y el pronóstico de Batlle de que el próximo presidente será Carlos Menem.

Algunos analistas políticos estiman que quizá el mandatario uruguayo algo haya sabido gracias a sus amigos del poder en Estados Unidos, a sólo días de que el ex presidente argentino viaje a ese país para reunirse con George W. Bush y su padre, ambos socios de negocios con Menem, entre otros importantes personajes.

Aunque las encuestas lo muestran en los lugares más bajos, Me-nem confía en llegar de regreso a la presidencia argentina de la mano de los poderosos que benefició con las escandalosas y corruptas privatizaciones durante sus 10 años de gestión, en los cuales su administración admitió tener "relaciones carnales" con Washington.

Por ahora el ex presidente, amigo de Batlle, ni siquiera puede caminar por una calle de Buenos Aires, y sus primeros actos políticos han transcurrido en lejanos poblados, o en el exterior, como lo confirmaría este viaje a Estados Unidos.

"No me cuesta ofrecerle disculpa al pueblo argentino y a usted, señor presidente. Lo hago con el fervor que tengo por las cosas de nuestras patrias, a la que me siento obligado por la historia y mi vida familiar", dijo, entre lágrimas, Batlle.

Episodio desagradable

Recibido en el salón de audiencias de la residencia presidencial de Olivos, en una breve ceremonia de reconciliación, mencionó el día de ayer como "un auténtico calvario", y sobre la difusión de sus palabras, dijo que fue un episodio "desagradable y desgraciado donde me sa-caron de mis casillas".

Duhalde aceptó las disculpas y dio por terminado el episodio, en momentos en que se le viene encima otro frente de tormenta, ya que el Ejecutivo vetó los artículos cuatro y cinco de lo que había quedado de la ley de subversión económica.

Esta medida, reclamada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), significa que no se podrá juzgar el vaciamiento de las em-presas, lo que significa impunidad para los delincuentes del poder financiero y económico que llevaron a la peor crisis argentina.

Las reacciones contra Batlle continúan aquí, y varios analistas sospechan de algunas encuestas divulgadas por cadenas de televisión, que señalan que más de 50 por ciento de los argentinos está de acuerdo con Batlle.

Aunque el odio a la clase política argentina por parte de los ciudadanos es evidente, muchos se sienten ofendidos porque habló de "to-dos" los argentinos.

Además, a lo largo de hoy hubo otras encuestas que mostraron eno-jo, indignación ante las declaraciones, y otras reacciones injustas, de sectores minoritarios, que se lanzaron verbalmente contra los miles de uruguayos residentes aquí.

Justamente un grupo de la Asociación de Residentes Uruguayos en Argentina se manifestó frente a la embajada de su país contra las declaraciones de Batlle, a las que consideraron un "agravio gratuito para el pueblo argentino. Sentimos una profunda vergüenza de que un mandatario de nuestro país se haya ido de boca sin necesidad".

Muchos entrevistados aquí recordaron que mal podía el mandatario uruguayo hablar contra los corruptos y luego decir que esperaba la visita de Menem, cuyo gobierno está considerado como el más corrupto de la historia nacional.

Los analistas también recordaron que cuando era presidente electo, a fines de 1999, Batlle concurrió a una famosa cena privada a la que asistieron Bush padre, Menem, el también electo mandatario argentino Fernando de la Rúa, el banquero Carlos Rohm -ahora detenido por sus implicaciones en escándalos financieros y fugas de depósitos- y otros polémicos personajes.

Nadie sabe aún de qué se habló en aquella cena, pero para muchos fue el principio de la impunidad para los responsables de delitos económicos y la búsqueda de acuerdos para ocultar las sociedades entre el poder estadunidense y las corruptas privatizaciones.

También se recordó que las de-claraciones de Batlle, quien también sostuvo que nadie obligaba a Argentina a negociar con el FMI y que si alguien presta dinero tiene el derecho de poner condiciones, se dan cuando Uruguay está por recibir fondos de ese organismo.

En la residencia de Olivos Batlle dijo hoy que su madre, nacida en Argentina -como su primera esposa y sus hijos-, fue la primera en llamarlo para advertirle que había cometido un grave error al dejar escapar su "enojo y pasión".

Pero no todos piensan que sus declaraciones al canal financiero Bloomberg TV, hechas cuando se había terminado la entrevista formalmente y cámaras y micrófonos continuaban abiertos, fuera sólo una explosión temperamental.

"Batlle está convencido de lo que dijo o quiere que salga a la luz, o está tan desesperado que su pensamiento más escondido termina ha-ciéndose público", escribe Martín Granovsky en Página 12.

Añade que como "socio menor del Mercosur, vecino sufriente de un país en default, Batlle tiene la obsesión doble de poner su imagen bien lejos de la pobre imagen argentina en el mundo financiero, y de remplazar a Menem como el mejor alumno de Estados Unidos".

Por ello, el analista sostiene en el periódico que, al parecer, a Batlle sólo le queda "sobreactuar su alineamiento con Washington".

El presidente uruguayo debió enfrentar estos días no sólo los rumores de serios problemas financieros en su país, sino las exigencias de organismos externos para realizar duros recortes fiscales, que ya le han costado dos cacerolazos, uno de ellos frente a su residencia.

La mano de Washington

Quizá esperó mucho más de su ac-ción de llevar ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas la propuesta de llamar a Cuba a respetar esos derechos, o de otro de sus comentarios poco di-plomáticos, como haber dicho que Fidel Castro había dado en Monterrey un "show de viejo".

El diario uruguayo La República sostuvo que la iniciativa en Ginebra no había sido una idea "independiente" de Batlle sino un típico armado de Washington.

Recientemente el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, pareció agradecer el alineamiento de Uruguay al hablar de ese país como "una isla de estabilidad en un mar de incertidumbre política y económica".

Pese a que Duhalde dio por superado el incidente diplomático, el fuego no se apagó aquí. Varios le-gisladores recordaron que Batlle nunca aceptó abrir las cuentas sospechosas en los bancos de su país, donde existen "nichos de dinero de la corrupción" argentina.

Eduardo di Cola, titular de la Co-misión de Fugas de Divisas, sostuvo que "una buena parte del dinero espúrio obtenido a través de la co-rrupción en Argentina encontró en Uruguay un excelente puerta de sa-lida", y también se mencionan las empresas fantasmas uruguayas que aparecen en todos los juicios aquí, como en el caso de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador por parte de la administración Menem.

Una de las principales demandas a Batlle es que se identifique a los ladrones con nombre y apellido. Y otros recordaron que desde que llegó al gobierno el mandatario se manifestó a favor del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, impulsado por Estados Unidos, en desmedro del Mercosur.