ASTILLERO
Julio Hernández López
EL CONSEJERO presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), José Woldenberg, ha hecho saber a esta columna (mediante su vocero, Víctor Avilés) que "no participa en la construcción de ningún proyecto partidista y, por el contrario, en lo que se refiere al tema electoral dedica el cien por ciento de sus esfuerzos a las tareas que tiene encomendadas" en el citado IFE.
ESTA CREDULA columna da por buena la versión que sobre sí mismo tiene a bien expedirse el personaje que es miembro del consejo editorial de una revista, Arcana, a la que destina publicidad del IFE, y en la que se congregan varios de sus anteriores subordinados que ahora trabajan para la consolidación de un partido, Fuerza Ciudadana, presidido a nivel nacional por Jorge Alcocer Villanueva, ex compañero de ruta política del propio Woldenberg (PSUM, PRD) y consejero privilegiado de Francisco Labastida en su campaña presidencial y antes en las oficinas de Bucareli, en las que fue subsecretario estratégico con el sinaloense.
NO LO DICE la misiva del consejero presidente, pero esta sección (siempre imbuida de candidez campirana) también da por descontado que no habrá absolutamente ningún favoritismo ni consideración especial ni ayuda interesada a la hora de verificar que el partido Fuerza Ciudadana haya cumplido con los requisitos que la ley le exige para obtener registro (y dinero del erario). Con igual confianza Astillero supo siempre que eran falsas las consideraciones que esta misma columna maledicente había publicado años atrás respecto a Felipe Solís Acero, el secretario técnico del IFE al que Woldenberg defendía a capa y espada como hombre probo, imparcial, no partidista, ajeno a las maquinaciones que, decía la pinchurrienta columneja esta, se tejían desde el PRI y la Secretaría de Gobernación para hacer que la operación cotidiana del instituto electoral ciudadanizado se apegara a las directrices del poder desde el que se había designado al mismo Woldenberg. Cartas y aclaraciones también llegaron entonces para hacer ver al tecleador suspicaz que sus suposiciones eran infundadas. La verdad esplendió al paso del tiempo, cuando el citado Solís Acero dejó de manejar la estructura operativa del IFE y pasó, como si nada, a encargarse de la planeación y la ejecución electorales del PRI, donde actualmente sigue siendo uno de los principales mariscales de campo en materia de comicios.
HACE BIEN EL consejero presidente del IFE en negar lo que en esta columna nunca se dijo; es decir, que él, personalmente en persona, anduviera pegado a una cuchara de albañil colocando ladrillos en la construcción de un nuevo partido. Lo que se apuntó fue la red de relaciones políticas y personales que mantiene con quienes hoy impulsan ese partido, Fuerza Ciudadana, que, como se escribió aquí el lunes pasado, está haciéndose de una importante base de datos y de firmas ciudadanas, con la bandera capitalina de oponerse al segundo piso vial y con la demanda de que se efectúe el plebiscito que Andrés Manuel López Obrador ya aceptó realizar como mecanismo que le permita preparar retiradas y justificaciones respecto a la obra vial cuyo proyecto anunció y desplegó con verdadera ineficacia y superficialidad. Los amigos de Pepe y de Tere (Franco, ex directora del INAH) estarían construyendo "alternativas para sus figuras que vayan dejando la administración pública o el IFE", se escribió aquí. Alternativas como la que Alcocer Villanueva construye con rescoldos del labastidismo, de entre cuyas primeras voces este tecleador con orejas parabólicas ha escuchado comentarios en el sentido de que mucho bien le haría al ex subsecretario de Gobernación, a su partido y a sus socios y Amigos, que se pudieran conocer a fondo los movimientos económicos y financieros que se hubieran realizado con fondos de Pemex, o directamente del PRI, todo en el marco de la transferencia de dineros de aquella paraestatal energética a la partidista, respecto al Centro de Estudios de Proyecto Nacional Alternativo que, junto con la revista Voz y voto, ha sido plataforma alcocerista de despegue del mencionado partido Fuerza Ciudadana.
LAS PREVISIONES sobre conflictos de intereses y mescolanzas indebidas de ambiciones políticas personales y grupales están más que legitimadas al saberse cada vez con mayor detalle las triquiñuelas habitualmente hechas por quienes pretenden conseguir registro como partidos o asociaciones políticas y el consiguiente financiamiento público. También es muy conocida la conversión de membretes partidistas en negocios familiares, como el caso del Partido Verde Ecologista de México, explotado por la familia González, y el de la Sociedad Nacionalista, de la familia Riojas. En el caso del partido Fuerza Ciudadana, Alcocer Villanueva, esposo de la senadora priísta Silvia Hernández, tendría a un yerno (Rodolfo Osorio) y a una sobrina (Magdalena Alcocer) en cargos directivos.
EL SEGUNDO Y último párrafo de la carta de Woldenberg, firmada oficialmente por Avilés, pretende recordar a los lectores que "los plazos para notificar al IFE la intención de crear un partido o agrupación, y por lo tanto la entrega de firmas y los demás requisitos que marca el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, vencieron hace meses, el 31 de enero". En efecto, en esa fecha, agrega esta columna consejera, se informó que habían solicitado su registro oficial 82 asociaciones políticas nacionales y 10 partidos, uno de ellos el presidido por Alcocer Villanueva. Es posible que el primero de agosto sean aprobados los registros de aquellas organizaciones que, a juicio de las autoridades electorales, hubieran cumplido los requisitos del caso. Con esos amigos, con esas relaciones, con la base de datos de las firmas ciudadanas opuestas al segundo piso vial y con la sombra supuestamente revanchista de Francisco Labastida detrás (aunque también con el amago de que las investigaciones del Pemexgate lleguen hasta esos terrenos), Ƒcree el amable lector que tendrán registro partidista, y alternativas políticas, los Amigos de Pepe y Tere?
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