Las violaciones a los derechos humanos son recurrentes,
aseguran
Exigen reclusos de San Francisco del Rincón
la salida del director del penal
Relatan vejaciones a niñas y mujeres que acuden
a visitar a los presos
MARTIN DIEGO CORRESPONSAL
San Francisco del Rincon, Gto., 10 de junio. En
protesta por las "recurrentes violaciones a sus derechos humanos", los
35 internos en la cárcel municipal de esta demarcación -que
tiene cupo para 20 reos- se apoderaron de las instalaciones para solicitar
que se destituya al alcaide Antonio Partida Macías.
Los inconformes permitieron el ingreso del corresponsal
de La Jornada al interior del penal y explicaron el motivo de su
protesta, que hasta el mediodía de este lunes no involucró
violencia. "Queremos que se vaya el director", dijeron los reos a una voz.
Narraron
que en los días de visita, al carecer el lugar de sillas, familias
enteras permanecen de pie en un patio de unos 24 metros cuadrados, con
muros de más de 10 metros de altura. La construcción data
de 1887 y fue parte del sótano de la presidencia municipal hasta
1902.
La protesta tuvo su origen este domingo, cuando los custodios
desnudaron totalmente a mujeres que pretendieron visitar a los internos,
las tocaron con el pretexto de averiguar si ocultaban drogas en las vaginas,
y revolvieron con las manos desnudas la comida que llevaban, en busca de
supuestas sustancias prohibidas.
Un anciano que el domingo cumplió 92 años
y el cual se encuentra recluido por el presunto delito de asesinato, relató:
"Mi niña vino a ver al abuelo, ella tiene cinco años. Llegó
llorando porque le bajaron su pantaletita y la hicieron hacer sentadillas.
Me dijo que la habían tocado y la esculcaron para ver si traía
droga". El hombre agregó: "Que el pinche director no entre, porque
si no soy culpable de asesinato, a él si lo mato".
Otros internos contaron historias similares que ocurrieron
el domingo con sus esposas, hijas, parejas, o novias. "Queremos que se
vaya el director de la cárcel y no lo vamos a dejar entrar hasta
que se vaya", dijeron.
La noche del domingo los internos impidieron que Partida
Macías ingresara en el área de dormitorios. Agregaron que
carecen de armas, mas "si las cosas siguen así podemos incendiar
la cárcel", con solventes que se le permitió ingresar a reos
inscritos en el taller de carpintería.
"¿Derechos humanos?", preguntó un recluso
identificado como El Ganso. "Ahí tenemos un buzón
lleno de cucarachas y alacranes. Tengo ya como unos dos años (preso)
y nadie ha venido a ver qué tiene ese buzón." El Ganso
aseguró que nunca los ha visitado personal de la Procuraduría
Estatal de los Derechos Humanos, "no sé si porque no les interesa
o porque les dicen que todo está bien".
El mediodía de este lunes fue el plazo máximo
que dieron los reclusos para que se destituya a Partida Macías,
no obstante no hubo aviso alguno en ese sentido.
El alcalde panista Eduardo Arroyo Roldán visitó
la cárcel, donde repitió cuanto le susurró por la
espalda Rosalía Pedraza, su directora de Comunicación Social:
"Nos llevamos sus inquietudes; sí, ya los escuché; no vamos
a solucionar nada, venimos a escucharlos", dijo a través de las
rejas a quienes le gritaban: "¡Pero es que ya tenemos muchas promesas
de usted y nada se cumple!". El edil y funcionarios que le acompañaron
se retiró al cabo de cinco minutos.
Posteriormente, el presidente municipal indicó
en entrevista: "No vamos a remover a nadie". Sin embargo, prometió
que "en lo cortito vamos a revisar su expediente (del director de la cárcel,
Partida Macías) y entonces vamos a evaluar".
Comentó que al asignar a Antonio Partida en el
cargo, "no teníamos de otra, no había nadie que quisiera
el puesto, son tres mil 500 pesos los que se le pagan a la quincena". Se
le preguntó si había riesgo de que ocurrieran en la cárcel
disturbios mayores, a lo que replicó: "No pasa nada, todo está
bajo control"; sin embargo, los reos gritaron en ese momento: "¡Fuera
el alcaide! ¡Fuera o que se muera!"
También se entrevistó a Antonio Partida
Macías, quien dijo carecer de experiencia anterior en un puesto
similar al que ocupa. Refirió que pasó los últimos
diez años de su vida en la Dirección de Tránsito Municipal,
en la que hacía "hoyos para los semáforos y pintar las guarniciones,
pero sí sé cómo se mueve lo de aquí adentro",
porque alguna vez fue custodio sin rango.
En cuanto a las supuestas violaciones a los derechos de
los internos y sus familias sólo dijo: "Lo que pasa es que no tenemos
presupuesto".