Buscan amedrentar a quienes demandan revisar la ley indígena: Nación Purépecha
Piden retirar tropas de la región de los Once Pueblos
ERNESTO MARTINEZ ELORRIAGA CORRESPONSAL
Morelia, Mich., 11 de junio. El dirigente de la organización indígena Nación Purépecha, Marco Abundio Prado, exigió que se retire a los militares de la región de La Cañada de los Once Pueblos, porque desde antes del enfrentamiento del pasado viernes hostigan a las comunidades de la meseta.
Aseguró que una semana antes del enfrentamiento que dejó cinco muertos: tres comuneros y dos militares, agentes de Gobernación y personal del Ejército comenzaron a patrullar esa zona.
Indicó que los militares no pueden justificar su presencia, ya que el problema de la tala clandestina es un delito del fuero común. Sostuvo que el delegado de Profepa aclaró que no se pidió apoyo militar para operativo alguno, lo que significa que actuaron por su cuenta.
Abundio Prado subrayó que el hostigamiento se debe a que pretenden amedrentar a las comunidades interesadas en la revisión de la ley indígena, además de que buscan a supuestos grupos armados. "Aquí algunos tienen (rifles) calibre 22 pero no hay ninguna rebelión a pesar de la pobreza y la marginación. Si no es cierto, que los militares demuestren que los comuneros poseen armas de alto poder."
Indicó que después del enfrentamiento llegaron a los alrededores de Huécato más de 3 mil soldados, y se habla de 18 detenidos y varios desaparecidos. Agregó que después de cinco días los militares permanecen en la región de La Cañada de los Once Pueblos.
Indicó que gracias al gobernador Lázaro Cárdenas Batel se suspendió una orden de cateo contra las comunidades de Carapan, Ichán, Acachuen, Zopoco, Ocumicho y Santa Cruz Tanaco, donde se pretendía buscar armas prohibidas. "No tenemos armas, buscan chivos expiatorios, pero no lo vamos a permitir, porque el Ejército nada tiene qué hacer en esta región, de lo contrario el conflicto se hará más grande."
Por otra parte, Pablo Ramírez Montelongo, de 17 años, quien fue detenido el sábado por la mañana por militares, después del enfrentamiento, indicó que fue trasladado a Morelia, donde los soldados lo obligaron a declarar que los 18 comuneros detenidos tenían armas.
Aseguró que después de la balacera se escondió en las milpas con su tío Juan Jaso, quien más tarde se retiró de los maizales y al día siguiente apareció muerto. Corrió el rumor de otro enfrentamiento, pero los habitantes de Huécato lo negaron.
Pablo Ramírez dijo que tuvo que mentir para que no lo mataran. El lunes por la mañana regresó a su comunidad.