Apuntes sobre la experiencia artística, libro de la titiritera, historiadora y crítica
Mireya Cueto aboga por dar libertad a los niños
Restrenará con su hijo Pablo la obra No rebuznaron en balde, basada en El Quijote
ANASELLA ACOSTA NIETO
El don que salvó la vida de Sherezada en Las mil y una noches, el de contar historias, salva la de Mireya Cueto ante un mundo consumista que no respeta la libertad creativa, que manipula y enajena.
Durante la presentación de su libro Apuntes sobre la experiencia artística, publicado por medio del programa Alas y raíces a los niños del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), la ''titiritera, escritora, artesana, historiadora, crítica y sabia" -como la define la escritora Marcela Guijosa-, aboga por dar a los niños la posibilidad de la creación con respeto a la libertad de su imaginación, personalidad y desarrollo.
Derecho a conocer el silencio
Ochenta años de vida y una vasta experiencia en el teatro de títeres -pues este arte le fue heredado al nacer por sus padres titiriteros, Germán Cueto y Lola Velázquez-, confieren autoridad a Mireya para denunciar la manipulación ejercida en los niños mediante el ''horror de la futbolización, la televisión y la violencia".
Hay un ''todo organizado en esta sociedad de consumo para que las personas piensen lo menos posible y sean lo menos posible ellas mismas. Pero ello no quiere decir que no haya niños creativos. Los hay, lo he experimentado. Basta ponerles el material enfrente, darles un pequeño estímulo y retirarse. Uno no puede decirle al niño todo lo que tiene que hacer, hay que darle libertad".
Al respecto, la escritora Rebeca Rubinstein manifiesta: ''Mireya sabe que el arte no se enseña, se enseña la libertad que es consecuencia de la sinceridad".
Mireya pugna por el derecho de los niños a conocer su silencio, porque en él pueden descubrir lo que dice su corazón y pueden crear.
La historiadora, que en 1978 recibió el Premio Nacional de Cuento para Niños Juan de la Cabada, se enfurece de que los pequeños vivan atiborrados de gritos y tamborazos. ''Hay excesos de decibeles en los espectáculos, incluso de mis propios colegas. Con esa cantidad de ruido se mueren las neuronas. ƑQué clase de masas estúpidas se están formando?'', se pregunta.
Tenemos que defender la inteligencia, la sensibilidad ante un mundo lleno de ruido y una sociedad que da órdenes de manera permanente, y ante la cual ''los niños están más expuestos e indefensos, al igual que los jóvenes".
Cueto, quien en perfecto equilibrio ha logrado el desarrollo entre el arte manual e intelectual por medio de la creación de títeres y la escritura, expresa que su contribución ante la realidad manipuladora es ofrecer un mundo en que el ''hay libertad, ingenio, pluralidad y respeto. Los titiriteros deben ser respetuosos de los niños, no manipularlos, porque hay quienes les dicen dónde aplaudir o cómo participar. Si el niño quiere aplaudir que lo haga, no hay que forzarlo''.
Vencedora de minotauros
El reto de los titiriteros, dice la vencedora de minotauros y caballos apocalípticos que encarnan el desprecio, es no caer en la trampa de la ''engañabobos" -como Cueto llama a la televisión-, destinada a expandir una conciencia masiva y acrítica. No se debe creer en la masa, sino en el hombre como individuo, como Quijote de todos los tiempos en busca de libertad para crear y manifestarse.
En nombre de los niños, Raquel Bárcena agradeció en breve acto de títeres, que Cueto brinde a los niños libertad para imaginar y dejar de temer la oscuridad, la soledad y el silencio.
Mireya y su hijo Pablo Cueto restrenarán la obra No rebuznaron en balde, basada en un capítulo de El Quijote, de la que se ofreció una muestra durante la presentación del libro biográfico-histórico. En el prólogo de esta pieza un escritor y un guerrero, encarnados por las manos de Pablo, debaten sobre las letras y las armas. La función de restreno se realizará el próximo sábado a las 12 horas en el Museo Nacional de las Culturas (Moneda 13, Centro Histórico).