Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 21 de junio de 2002
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Mundo
"Franco ha vuelto", gritaban entre pancartas y banderas en las principales ciudades

Cientos de miles salen a las calles en repudio a las reformas laborales de Aznar en España

Trabajadores proclaman su solidaridad con los 500 inmigrantes atrincherados en Sevilla

ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO

Sevilla, 20 de junio. Cientos de miles de personas reiteraron hoy su rechazo a las reformas laborales emprendidas por el gobierno español en las calles de las principales ciudades del país. Las mayores movilizaciones ocurrieron en Barcelona y esta ciudad, donde se manifestaron 500 mil y 100 mil trabajadores, respectivamente. El gobierno de José María Aznar aplicó el mismo criterio estadístico que en los datos del paro nacional y redujo las marchas a menos de 50 mil personas.

Posiblemente el caso que mejor demuestra la guerra de cifras que se vivió en este paro nacional sea la masiva protesta en Barcelona, de la que se dieron al menos tres estimaciones del número de asistentes: para los sindicatos la marcha superó las 500 mil personas, según la Guardia Urbana (adscrita al gobierno autónomico catalán) hubo más de 400 mil, mientras que el gobierno español afirmó que no hubo más de 15 mil personas.

La manifestación de Sevilla fue un caso similar: más de 100 mil personas, según Comisiones Obreras (CO) y la Unión General de Trabajadores (UGT), y menos de 9 mil para la administración pública. Las cifras difundidas por el gobierno resultan, en el mejor de los casos, difíciles de creer, ya que sólo en Sevilla una avenida de tres kilómetros se atiborró durante dos horas de sindicalistas y huelguistas cuyo número, con toda probabilidad, era de decenas de miles.

La protesta de Sevilla, secundada por una decena de organizaciones sindicales europeas y latinoamericanas, fue el primer aviso que quisieron lanzar las organizaciones de cara a la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) de Sevilla, la última de Aznar en calidad de presidente de la UE y en la que se acordará la nueva política migratoria de la región y se ahondará en las reformas laborales.

Encabezaron la marcha de Sevilla el líder de la UGT, Cándido Méndez, y José María Fidalgo, de CO, que en ese momento ya conocían las cifras difundidas por el gobierno de Aznar, que consideró "inexistente" la huelga.

Pero los miles de manifestantes, rodeados de un hermético dispositivo policial, convirtieron la protesta en un acto reivindicativo de al menos tres derechos que consideran suprimidos por las medidas reformistas de Aznar: el de la protección al desempleo, la garantía de un juicio justo por despido improcedente y la eliminación del subsidio agrario, que afecta a miles de familias de los campos del sur del país.

Con pancartas, banderas y tambores, los trabajadores repetían sin cesar sus consignas, entre las cuales hubo al menos dos que se repitieron con insistencia: "Aznar, cabrón, trabaja de peón" y "Españoles, Franco ha vuelto".

Una vez que la inmensa columna llegó a la Plaza de España de la capital andaluza, los dirigentes obreros se dirigieron a sus correligionarios, a quienes les advirtieron que vista la postura del gobierno, "vosotros no existís, pero nosotros estamos aquí y esta huelga general es para decirle al gobierno que nosotros, que nos organizamos hace más de 100 años, queremos trabajar mejor".

Los manifestantes proclamaron su solidaridad con los más de 500 migrantes norafricanos que realizan un encierro en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, donde mañana comenzarán una huelga de hambre para protestar porque el gobierno quiere expulsarlos del país en acatamiento a la Ley de Extranjería.

Los trabajadores reclamaron el cumplimiento de los derechos humanos de los que "tanto hablan" los mandatarios europeos, y advirtieron que si no se escuchan sus reivindicaciones esta movilización será el principio de una larga lucha contra los criterios neoliberales emprendidos por la UE.

En Barcelona ocurrió sin duda la mayor movilización social de la jornada, en la que también se gritaron consignas contra Aznar y sus reformas, y contra "la Europa del capital y la guerra". Al final de la concentración, un grupo de jóvenes radicales rompió varios escaparates y se enfrentó a las fuerzas antidisturbios.

En Madrid los sindicatos movilizaron a más de 100 mil personas, en Galicia a más de 50 mil, en Valencia a más de 40 mil, en Granada y Málaga más de 30 mil, en Oviedo y en Bilbao cerca de 10 mil en cada localidad, y en Extremadura se movilizaron más de 30 mil personas. Sin embargo, para el gobierno estas manifestaciones de protesta lograron reunir, a los sumo, a 50 mil personas, un dato que refleja con nitidez que la huelga general se convirtió para el gobierno en una guerra de cifras.

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