Ocurrirán si no se erradican tortura
e impunidad, indica activista de derechos humanos
En dos meses, tres detenidos han muerto en instalaciones
policiacas de Monterrey
Piden 15 ONG la renuncia de la procuradora de Justicia
y del delegado de la PGR
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 20 de junio. En los últimos
dos meses, tres detenidos ?dos de ellos sin orden judicial? han muerto
en las instalaciones de las policías estatal, federal y municipal.
Otra persona sufrió serias lesiones y la pérdida de un brazo
por una golpiza que le propinaron efectivos de la Policía Regia
a raíz de un incidente vial.
Al respecto, la presidenta del Centro de Apoyo a Derechos
Humanos (Cadhac), Consuelo Morales Elizondo, señaló que mientras
no se combatan a fondo las causas de la tortura, que son la impunidad y
la corrupción, esa práctica seguirá utilizándose
como método de investigación policiaca casi institucional,
ya que los malos policías de ese modo pueden presentar "resultados"
a sus jefes, dejando a la sociedad en total indefensión, pues ante
la tortura cualquier detenido se declara culpable de lo que sea.
El
malestar por los recientes hechos de tortura y abuso de autoridad se manifestó
hoy cuando integrantes del Grupo Nuevo León, que conforman más
de 15 organizaciones no gubernamentales y partidos políticos de
oposición, exigieron la renuncia de la procuradora de Justicia Alida
Bonifaz Sánchez, y del delegado estatal de la Procuraduría
General de la República (PGR), Luis Alberto del Toro Solís,
a quienes señalaron como los responsables por los hechos de tortura
ocurridos recientemente en las instalaciones de la PGR y de la Policía
Ministerial del Estado.
José Cristóbal Fernández Quiroga,
a nombre de la agrupación, señaló que mientras la
delincuencia y el crimen organizado avanzan y hacen de las suyas en la
entidad, los ciudadanos tienen que cuidarse de quienes supuestamente están
para protegerlos, y prueba de ello es que actualmente la denominada Casa
del Arraigo, a donde se traslada a los indiciados sin consignar mientras
se integran las averiguaciones previas, tiene como "huéspedes distinguidos"
a tres ex policías ministeriales y a dos ex miembros de la Agencia
Federal de Investigaciones, además de otros seis presuntos delincuentes
civiles.
Los tres policías estatales están implicados
en la muerte por tortura del taxista Francisco Medellín Alberto,
ocurrida el 28 de mayo pasado, mientras los dos federales están
relacionados con el asesinato del soldador Roberto Carlos Mendoza Espinosa.
La característica común es que los dos occisos eran drogadictos
y habrían sido detenidos para extorsionarlos.
Otra muerte ocurrida supuestamente a causa del maltrato
policiaco contabilizada por Cadhac se atribuye a la policía municipal
de Santa Catarina, lo cual no ha sido reconocido por la autoridad.
Cadhac tiene documentado que el pasado 14 de abril, a
petición de un oficial de Tránsito de Monterrey, la Policía
Regia (preventiva) detuvo al automovilista Francisco Ulloa Mendoza, de
29 años, por conducir en estado de ebriedad, quien luego de ser
esposado y gaseado fue conducido a la demarcación municipal de policía.
Ya en la corporación, Ulloa habría pegado
a un oficial en el ojo izquierdo, por lo que en dos ocasiones fue golpeado
a puñetazos y patadas por hasta cinco oficiales al mismo tiempo
en distintas celdas, lo que provocó lesiones en la vejiga que ameritaron
su traslado a un centro médico. Mes y medio después se repuso
de las lesiones, pero perdió un brazo, además de que bajó
13 kilos en el periodo de hospitalización.
Actualmente cinco oficiales de la Policía Regia,
que fueron dados de baja en mayo, son investigados por el Ministerio Público
por los delitos de lesiones y abuso de autoridad.
Otro ejemplo de los métodos de trabajo de
las policías en la entidad es que el mismo segundo grupo de delitos
patrimoniales, responsable de la muerte de Medellín Alberto, fue
acusado del secuestro de un menor de tres años durante 17 horas,
supuestamente para extorsionar y presionar a sus familiares.
Una persona de nombre Gerardo Hernández denunció
ante la prensa local que el 3 de junio efectivos del Grupo Unidos en Prevención
contra las Adicciones de Seguridad Pública del Estado allanaron
su domicilio y lo golpearon a él y a su esposa, supuestamente buscando
a unos vecinos.