Viven en pobreza extrema
Padecen anemia 40% de mujeres indígenas: INI
ALMA E. MUÑOZ
Asociado a la pobreza extrema que padecen, entre los indígenas se ubican las tasas más altas de desnutrición del país: 40 por ciento de las mujeres tiene anemia y la mortalidad infantil en esas zonas es 58 por ciento mayor a la media nacional, según análisis del Instituto Nacional Indígena (INI).
En tanto, la Encuesta Nacional de Nutrición 1999 mostró que 17.7 por ciento de los niños menores de cinco años tiene talla baja, que les provoca la pérdida de entre 12 y 15 por ciento de su potencial intelectual, corren entre ocho y 12 veces mayor riesgo de contraer enfermedades infecciosas y son más propensos a padecer enfermedades crónico-degenerativas.
Las causas principales de la muerte de indígenas en el país son las infecciones intestinales, la influenza y la neumonía, padecimientos que se presentan principalmente por la falta de saneamiento y calidad de las viviendas.
El Programa Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas 2001-2006 subraya que el empobrecimiento de los nativos les impide acceder a tratamientos prolongados para hacer frente a las enfermedades.
Según estudios del INI, en los municipios con 40 por ciento o más de hablantes de algún dialecto, la tasa de mortalidad es de 55 por cada mil nacidos vivos, en las regiones cora, tarahumara y huichol de 89, 95 y cien, respectivamente, mientras en las ciudades con más de 15 mil hablantes es de 30.
Después de los infantes, las mujeres sufren de anemia, debido al privilegio alimenticio que prevalece en las regiones indígenas para los hombres. Esto aumenta la probabilidad de complicaciones durante el embarazo o al dar a luz niños prematuros o con bajo peso.
En busca de disminuir los índices de desmedro, el INI puso en marcha el proyecto de Ayuda Alimentaria Directa, que busca el fortalecimiento de la "infraestructura organizativa" de las comunidades indígenas para la producción de sustento, mediante la aportación de cuotas de recuperación de quienes se acojan a este esquema.
No obstante, la institución reconoce que "mejorar la alimentación y el estado nutricional" de esos pobladores requeriere del esfuerzo compartido, sobre todo porque los indígenas habitan en zonas rurales de difícil acceso.