MEXICO S A
Carlos Fernández-Vega
TIENE RAZON EL PRESIDENTE Fox: al imaginario y envidiable país por él referido en uno de sus múltiples discursos conmemorativos del 2 de julio no lo podrán detener "las inercias del pasado, el desencanto de unos y el pesimismo de otros". El problema, sin embargo, son las inercias de su administración, que -esas sí- tienen detenido al México real.
MIENTRAS LEWIS FOX Carroll lucha encarnizada y cotidianamente contra sí mismo para que su gobierno no permanezca estancado, como ha estado desde hace 18 meses y unos cuantos días, otros personajes que han ocupado la misma silla en la que hoy se sienta el Presidente ranchero trabajan para asegurarse un generoso futuro -más allá de la pensión vitalicia-, valiéndoles sombrilla el pasado, las inercias, el desencanto y el pesimismo generado en su momento a raíz de su respectivo paso por Los Pinos.
UNO DE ESOS PERSONAJES es Miguel de la Madrid Hurtado quien, en el colmo de lo inverosímil -más allá de sus dos sexenios consecutivos como director del Fondo de Cultura Económica-, fue designado presidente del Fondo de Equidad Social -con sede en Washington- por Enrique Iglesias, cabeza visible del Banco Interamericano de Desarrollo. De acuerdo con un despacho de Notimex, dicho organismo es una iniciativa del BID, a cargo de la Unidad de Pobreza y Desigualdad del Departamento de Desarrollo Sostenible, "cuyo objetivo es identificar las preocupaciones por la equidad social en América Latina y el Caribe".
ASI ES. EL GRAN impulsor de la "política de reformas estructurales'' (mismas que "constituyen un requisito para acrecentar las oportunidades de las familias más pobres de México", según asegura el presidente Fox), que profundizó la de por sí grave inequidad social en el país, y padrino de la nueva generación de especuladores bursátiles y financieros que a la fecha domina el ámbito de los "negocios" en el país, ahora se encargará de "impulsar políticas de equidad social en la región, mejorando el conocimiento de los aspectos técnicos y los factores políticos que pueden contribuir a su promoción".
ES EL MISMO DE LA Madrid que en su campaña electoral prometió un crecimiento económico anual de 5.5 por ciento pero que, en la práctica, obsequió a la nación un brutal desplome del producto interno bruto a lo largo de su sexenio y crecientes índices de inequidad social. El mismo que en 1987 acusó a los mexicanos de "codicia colectiva" cuando sus ahijados -cubiertos ya por los generosos subsidios cambiarios otorgados a través del Ficorca y fortalecidos por la devolución de 34 por ciento de la banca expropiada- pasaron a cuchillo a más de 350 mil pequeños inversionistas en la novela rosa de la Bolsa Mexicana de Valores, la cual concluyó en el más catastrófico crack de la historia bursátil del país.
PARA MIGUEL DE LA MADRID, la política económica y social se traducía en la "capacidad del país para dejar atrás los aspectos más graves de la crisis; en un clima de paz social, de goce de libertades y de fortalecimiento de la democracia y de las instituciones, la sociedad mexicana ha reafirmado su fortaleza y su capacidad para el cambio; se pretende conservar y fortalecer las instituciones democráticas, vencer la crisis, recuperar la capacidad de crecimiento e iniciar los cambios cualitativos que requiere el país en sus estructuras económicas, políticas y sociales".
COMO BIEN LO SEÑALA Mario J. Zepeda, integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, "con el arribo de los equipos gobernantes de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas de Gortari se consumó el desplazamiento del viejo bloque hegemónico del capital mexicano, integrado básicamente por la segunda generación de la clase política heredera de la Revolución mexicana y la burguesía industrial protegida. El bloque hegemónico emergente lo integran las oligarquías que controlan el nuevo capital financiero y la tecnocracia neoliberal; se respalda en un grado mucho mayor que antaño en el capital financiero trasnacional, especialmente estadunidense, y sus representaciones políticas e institucionales, a niveles del gobierno de Estados Unidos y de los organismos financieros internacionales (FMI y Banco Mundial)" (La reforma neoliberal de la economía mexicana; economía y democracia, Ifigenia Martínez, compiladora, Editorial Grijalbo).
MIGUEL DE LA MADRID no es el único ex presidente en esa tesitura. Bien es conocida la inagotable lista de chambas que ha ligado Ernesto Zedillo desde que -felizmente- dejó Los Pinos en noviembre de 2000. El hombre que tuvo la cortesía de aumentar generosamente el padrón de pobres en este país tiene la responsabilidad -entre muchas otras- de coordinar el proyecto de la ONU "para modificar la manera en que se financia el desarrollo de los países pobres"; es asesor de Union Pacific, Daimler Chrysler y de la dirección de la Organización Mundial de Comercio; integrante del consejo directivo de Alcoa, del consejo de administración de Procter and Gamble, del Council of Foreign Relations en Nueva York, y de la Comisión Trilateral del Instituto de Economía Internacional y, su encargo más reciente, dirigir el Centro de Estudios de la Globalización de la Universidad de Yale. Esta última posición lo motivó a tomar la decisión de mudarse a Connecticut, Estados Unidos.
OTROS TRES TRISTES EX presidentes de la República no han tenido el mismo éxito laboral que los anteriormente citados y se dedican a no muy variadas cosas: Luis Echeverría se defiende, como puede, de su negro y sangriento pasado y enfrenta la acusación de genocidio; Carlos Salinas de Gortari sigue haciendo ladrillos tamaño libro, con el fin de lograr lo imposible, es decir, reivindicarse política e históricamente y justificar lo injustificable (el oscuro destino de los recursos de su partida secreta), y José López Portillo, quien pasa más tiempo en los tribunales que en la casa del orgullo de su nepotismo, su hijo José Ramón, tratando de conservar una pensión que le pelea su ex esposa.
Las rebanadas del pastel:
LA HISTORIA APENAS COMIENZA: al presidente de Estados Unidos, el amigou George W. Bush, le creció hoy el escándalo financiero relativo a la manera y los tiempos en que realizó la venta de unos 850 mil dólares en acciones de la empresa Harken Energy Corp. A la luz de los recientes escándalos financieros por los fraudes de la empresa Enron en enero pasado, y en las semanas recientes en WorldCom y Xerox, el caso que involucra al mandatario puede convertirse en un problema para la Casa Blanca.
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