Indice a la alza en el DF
Admite Sosa que existe rezago para atender adicciones
ELIA BALTAZAR
Las dependencias gubernamentales enfrentan un enorme rezago en la atención de adicciones, particularmente drogadicción, debido a la falsa idea que persistió durante mucho tiempo de que el país y la ciudad de México eran sólo ruta de tráfico pero no de consumo. Y no fue hasta hace cinco años, cuando mucho, que se advirtió la dimensión del problema.
Es la opinión de la secretaria de Desarrollo Social del gobierno capitalino, Raquel Sosa, sobre el papel que desempeñan las autoridades frente al problema de la drogadicción y las "alarmantes" cifras que demuestran los altos índices de consumo de drogas entre los jóvenes, principalmente, así como la inclusión de las mujeres en este universo, luego de que apenas hace pocos años ni siquiera eran consideradas en la estadística, asegura.
"Las jóvenes ni siquiera figuraban hace pocos años y hoy la proporción es de 10 a tres, es decir, por cada 10 consumidores de droga tres son mujeres adictas a los calmantes, principalmente."
La funcionaria capitalina admite que "es muy escasa y muy pequeña nuestra capacidad porque no tenemos instituciones suficientes que nos soporten para prevenir y atender el problema de la drogadicción".
El origen de este rezago, explica, es que las autoridades, en su momento, no advirtieron a tiempo el alto índice de consumo de drogas que había no sólo en la ciudad de México, sino en el país, y "no hubo tiempo suficiente para que nos fortaleciéramos institucionalmente".
Ahora, las cifras lo dicen todo. En los últimos tres años el consumo de drogas entre los jóvenes de 14 años, en promedio, aumentó de 12 a 14.7 por ciento, según una encuesta elaborada por la Subsecretaría de Asuntos Educativos federal, que tomó como muestra un universo de 10 mil 578 estudiantes de los niveles de secundaria, bachillerato y bachillerato técnico, en un rango de edad que va de los 12 a los 22 años.
El gobierno capitalino no cuenta con estudios particulares sobre el tema, pero los resultados de esta encuesta no dejan lugar a especulaciones. Dice Raquel Sosa: "Los resultados son muy alarmantes si consideramos que la población en estos niveles suma aproximadamente 350 mil estudiantes y que el porcentaje significa un promedio de entre 60 y 70 mil jóvenes que están consumiendo drogas o que por lo menos lo han hecho alguna vez".
Respecto de la periodicidad del consumo, hay que destacar que 66 por ciento de los encuestados admitió ser usuario regular. "No estamos hablando de una oportunidad, y más terrible aún es la distribución en el consumo."
Sucede, por ejemplo, que los hombres comienzan a los 10 años el consumo de alcohol y tabaco, a los 13 o 14 años mariguana y cocaína a los 16 o 17.
Las mujeres, por su parte, también se inician con alcohol y tabaco, pero a los 15 años, en promedio. Viran hacia el consumo de tranquilizantes, así como cocaína y mariguana, pero en menor medida.
Las delegaciones con mayor índice de consumo de drogas entre los jóvenes son, en ese orden: Gustavo A. Madero, Iztapalapa y Coyoacán.
Frente a esta muestra, la secretaria de Desarrollo Social admite que hacen falta más recursos para la atención de adicciones, pero en un esquema que no signifique crecer el aparato de gobierno, sino mediante la colaboración interinstitucional y el apoyo a los grupos de autoayuda y atención.
"Estamos revisando", asegura, los modelos de atención, y "creo que a corto plazo estaremos en posibilidades de expandirnos considerablemente, tratando de integrar las diferentes corrientes de atención a partir de una visión social."
El gobierno capitalino cuenta con el Consejo de las Adicciones, que trabaja en el diseño de políticas a largo plazo y la creación de vínculos interinstitucionales; tiene un centro toxicológico de atención inmediata "que resulta insuficiente para una ciudad como ésta", y un programa propio de atención en el Instituto de Asistencia e Integración Social.
Sin embargo, dice, "en materia de rehabilitación a largo plazo nuestra capacidad instalada es muy pequeña, por lo que mucho se apoyan las autoridades en grupos como Alcohólicos Anónimos y los Centros de Integración Juvenil."
Si bien Raquel Sosa advierte que todo esfuerzo parecerá insuficiente frente a este problema, también considera que sin los programas de prevención que ha puesto en marcha el gobierno capitalino en las unidades territoriales, las políticas gubernamentales contra el crimen siempre serán ineficaces.