Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 5 de julio de 2002
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Política
México busca probar que el dinero depositado en Suiza no proviene del narco

Desvió Carlos Salinas recursos de la partida secreta de Presidencia para su hermano Raúl

Documentos oficiales señalan que además de cubrir gastos de Los Pinos, del EMP y otros, se financió al PRI El gobierno federal podrá reclamar los 114 mdd congelados

CIRO PEREZ SILVA Y ROBERTO GARDUÑO

Raúl Salinas de Gortari sí tuvo acceso a fondos de la partida secreta que recibió su hermano Carlos. Las autoridades mexicanas documentaron lo anterior frente a los jueces suizos para probar que se trata de recursos públicos y desvanecer las acusaciones que Berna fincó al hermano incómodo por lavado de dinero proveniente del narcotráfico.

De esta manera, el gobierno mexicano puede reclamar los 114 millones de dólares que están congelados en bancos suizos desde 1995. Las cuentas se abrieron a nombre del propio Raúl Salinas de Gortari o de alguno de sus alias: Manuel Nava Sánchez y Juan José González Cadena. En ambos casos el hermano del ex presidente de México contaba con pasaportes falsos.

De acuerdo con documentos a los que tuvo acceso La Jornada, los recursos de la partida secreta, durante el tiempo que existió, sirvieron no sólo para financiar los gastos de la oficina presidencial, el Estado Mayor, la Dirección Federal de Seguridad (DFS) y la Coordinación de Comunicación Social, sino que de manera sistemática se destinaron cantidades millonarias al dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en turno y hasta a organizaciones campesinas, identificadas por la propia Presidencia como "entidades fantasma".

Carlos Salinas dispuso de más de 6 mil millones de pesos

La partida secreta que hasta 1999 ejerció la Presidencia de la República era una cantidad que aprobaba cada año la Cámara de Diputados en el presupuesto, y por la cual el Ejecutivo en turno no tenía obligación alguna de presentar comprobantes. En el sexenio de Carlos Salinas se ejercieron más de 6 mil millones de pesos.

En el documento se desglosa puntualmente el método que utilizaron los presidentes para disponer de los recursos. Durante la gestión de Carlos Salinas de Gortari (1988 y 1994), se ubican en las siguientes cuentas:

Del depósito en la cuenta número 4655-105 en Banco Mexicano, se identificaron 2 mil 700 millones 251 mil 782 pesos con 29 centavos; en la cuenta 63000-0-05, del mismo banco, 3 mil 185 millones 173 mil 142 pesos con 79 centavos, y una diferencia, cuyo depósito no está registrado, de 484 millones 360 mil pesos con 50 centavos.

Respecto de los recibos para disponer de la entrega de fondos, éstos eran firmados por el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público, Pedro Aspe Armella, y dirigidos al tesorero de la Federación, Salvador Martínez Cervantes.

Esta documentación era remitida con copias a Carlos Ruiz Sacristán, entonces subsecretario de Egresos, y Jorge Chávez Presa, quien fungía como director general de Política Presupuestal. El responsable de recibir todos los fondos era el entonces director general de Administración de la Presidencia de la República, Ernesto Sentíes Hoyos, quien oficialmente se reporta como fallecido en 1998, aunque ha trascendido (La Jornada lo publicó el 12 de junio) que se investiga la posibilidad de que pueda seguir vivo. Esto, a raíz de que la PGR obtuvo copia de un pasaporte de Sentíes en el que se registran visitas a España en fechas posteriores a la señalada en el acta de defunción.

Existen también recibos firmados por Rogelio Gasca Neri, como encargado de despacho de la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), y por el ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León -cuando fue titular de la SPP durante los primeros años del gobierno salinista-; ambos giraban copia al entonces director general de Política Presupuestal, Carlos Altamirano Toledo, y en un lapso, Zedillo envió copias de los recibos con su firma a Pascual García Alba Induñate, entonces subsecretario de Planeación del Desarrollo y de Control Presupuestal.

Caso específico de este ejemplo es el oficio número 1.0.-00554, del primero de agosto de 1990, en el que Ernesto Zedillo, en su calidad de titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, instruye al tesorero de la Federación, Salvador Martínez Cervantes, la entrega del equivalente a 15 millones de pesos al director general de Administración de la Presidencia de la República, Ernesto Sentíes Hoyos, "a fin de estar en posibilidades de sufragar los gastos de los trabajos que la superioridad le ha conferido".

Similar situación de los oficios números 1.0.-09976, con fecha primero de febrero de 1990, y 1.0.-00134, del primero de marzo, ambos por 15 millones de pesos, y del número 1.0.-00085, por 10 millones.

Información publicada por este diario destaca que la pieza fundamental que la Procuraduría General de la República ha identificado como el origen de las triangulaciones financieras de más de 200 millones de dólares que presuntamente tuvieron como destino las cuentas que Raúl Salinas abrió en Suiza e Inglaterra, fue precisamente el contador Sentíes Hoyos.

En cuanto a las pruebas mostradas a los suizos, consisten en un seguimiento financiero de las transferencias y cheques que se realizaron desde la oficina de Sentíes Hoyos, primero a cuentas del propio Sentíes y de los hermanos Araceli y Francisco Vázquez Alanís. La primera fue secretaria particular de Sentíes, y el segundo, director de área en la Dirección General de Administración de Los Pinos.

De esas cuentas en Banco Mexicano Somex, los recursos que -se calcula- podrían superar los 200 millones de dólares, se trasladaban a cuentas del propio Raúl Salinas o de sus alias en ese mismo banco (cuenta 80187-2-05) o en sucursales de Banca Cremi (cuenta 6-02-025772-6), información que confirma lo que publicó La Jornada el 8 de junio.

Consejos a Sentíes

En los documentos se explica paso a paso la forma de operar los recursos de esta partida:

"El acuerdo para esta partida lo hace directamente el Presidente verbalmente. No hay antecedentes ni documentos por escrito debido a razones de seguridad, porque el conocimiento de esta partida es de muy pocas personas. El Presidente de la República; el secretario de la Secretaría de Programación y Presupuesto; C.I.; Tesorería de la Federación; Dir. Presupuesto, Administración y Finanzas."

La partida secreta, que se eliminó totalmente del Presupuesto de Egresos en 1999, se utilizó "exclusivamente" para "pagos especiales del Presidente de la República", y corresponde al ramo de "erogaciones especiales" o ramo 23, conocido también como reserva presidencial, y su número fue: 2.00023.50.00.8100.1.1.7.

Además de los gastos "incidentales" que requiriera el Ejecutivo, de esos recursos se destinaban diferentes partidas para los gastos del Estado Mayor Presidencial que, de acuerdo con los informes, no estaban en el presupuesto. Para "justificar" estos fondos se emitía un informe con "notas adjuntas", que en realidad "no se pueden comprobar".

De esa partida secreta "se disponía para todos los gastos del Presidente y de su familia; para sufragar los viajes en el país o fuera de él y otras nóminas no determinadas, de las que daba cuenta bajo estos términos generales el secretario particular del Presidente, todo de manera verbal", de acuerdo con el legajo oficial consultado.

Una de las áreas "en las que ni siquiera este informe se rindió a lo largo de 6 años, era la de Comunicación Social" -a cargo primero de Otto Granados Roldán y después de José Carreño Carlón-.

Miles de millones fueron a parar a una comisión inexistente

Pero el ejemplo más evidente del manejo discrecional de estos recursos es el hecho de que miles de millones de pesos fueron a parar a una "Comisión Nacional Campesina" que en realidad no existe.

En el caso del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de la partida secreta se pagaban sueldos, gastos de administración y de oficina, previa petición de los fondos a través del presidente del partido, directamente al mandatario, o bien en conversaciones telefónicas con el secretario de Programación y Presupuesto, quien a su vez debería consultarlo con el Ejecutivo, se detalla.

Los recibos que se presentaban para "justificar" los fondos debían venir con el membrete de la inexistente "Comisión Nacional Campesina".

De las oficinas que sí entregaban recibos reales, destacan el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit), al cual desde 1987 se le han venido suministrando recursos para sueldos o compensaciones; la Academia Mexicana de la Lengua, que por acuerdo del ex presidente Miguel Alemán contaba con un apoyo, y las pensiones especiales que el presidente de la República enviaba a las viudas de diputados constituyentes.

Los resúmenes de estos gastos se enviaban mensualmente al presidente Carlos Salinas de Gortari, quien, previo acuerdo con el titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, destinaba recursos a las entidades y oficinas mencionadas.

A manera de ejemplo del uso que daban a la partida los presidentes, los documentos señalan, en el caso de 1982, que cada mes se entregaron a la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República 3.7 millones de pesos; a la Dirección Federal de Seguridad 1.5 millones para "gastos confidenciales"; a la "Comisión Nacional Campesina" 64.5 millones cada mes; a la revista Tiempo, un subsidio no especificado para cubrir sus adeudos con los Talleres Gráficos de la Nación, y un millón de pesos anuales al Infonavit.

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