El presidente insta a jóvenes militares a usar las armas en defensa
de la Constitución
Multitudinaria marcha opositora en Venezuela para exigir
la renuncia de Hugo Chávez
Chavistas se concentran en el centro de Caracas para apoyar "la revolución
bolivariana"
REUTERS, DPA Y AFP
Caracas, 11 de julio. Una multitudinaria marcha
opositora volvió a exigir hoy la renuncia del presidente venezolano,
Hugo Chávez, y un grupo encabezado por los líderes más
beligerantes se dirigió más tarde hacia la base aérea
de La Carlota para pedirle apoyo a las fuerzas armadas.
Chávez, desde la base militar de Maracay, donde
presidió la graduación de 500 suboficiales, instó
a la nueva generación a utilizar las armas en defensa de la Constitución
y la paz, al recordar que hace tres meses grupos minoritarios de privilegiados
intentaron imponer una "tiranía" en el país.
Tanto el gobierno venezolano como el Congreso condenaron
la actitud de grupos de opositores de haber desviado la marcha hacia La
Carlota, cerca del aeropuerto caraqueño, por considerar que constituyó
un acto de provocación. Incluso varios sectores opositores también
condenaron a sus correligionarios por esa acción.
Por la noche, simpatizantes del presidente Chávez
se concentraron en el centro de Caracas para repudiar a los "golpistas"
y defender la "revolución bolivariana". Una vez que se retiraron
los opositores, cientos de chavistas comenzaban a llegar a la céntrica
plaza El Calvario, donde sus dirigentes denunciaron a la "oligarquía"
que quiere desestabilizar al gobierno.
En paralelo, luego de que la oposición afirmó
haber dado una demostración de fuerza ante el gobierno, en varias
ciudades del interior del país los simpatizantes de Chávez
salieron a las calles para protestar contra gobernadores y alcaldes, a
quienes acusaron de haber estado vinculados al golpe de Estado del 12 de
abril.
A
su vez, el subsecretario para Asuntos Hemisféricos de Estados Unidos,
Otto Reich, insistió en Montevideo que él nunca tuvo participación
en los hechos ocurridos en Venezuela entre el 11 y 14 de abril pasado,
durante el golpe civil-militar. "Los únicos papeles protagónicos
fueron de los propios venezolanos. Yo no tuve nada que ver en la desestabilización".
The Washington Post comentó este día
que ahora Estados Unidos debe convencer a la oposición venezolana
de que el derrocamiento de Chávez sólo empeorará la
crisis política, tanto por el "baño de sangre que podría
causar y porque los enfurecidos seguidores de Chávez probablemente
distorsionarán el sistema político durante los siguientes
años".
"El rumbo es la paz"
"Valga la pena recordarlo una vez más, hoy cuando
tenemos que elevar plegarias a Dios porque se cumplen tres meses de aquel
oscuro día de nuestra historia reciente, cuando una minoría
privilegiada se confabuló para tratar de derrocar al gobierno constitucional
e instalar una oscura tiranía en Venezuela", expresó Chávez.
Subrayó que entonces un grupo de venezolanos fue
"asesinado, producto de la misma conspiración y de la misma irracionalidad
de una minoría con una historia de privilegios que trató
de cambiar el rumbo del país".
"Pero el rumbo de Venezuela es la paz, es la democracia
y está señalado en la Constitución. Le digo a Venezuela
que nadie nos va a imponer un camino hacia la guerra, hacia la violencia.
Nosotros queremos la paz y la democracia", resaltó.
De acuerdo con el gobierno, unos 60 mil opositores participaron,
mientras que para los organizadores eran "más de un millón",
en la marcha, la cual se desarrolló en forma pacífica. Los
opositores se mostraron molestos porque los cordones de seguridad les impidieron
aproximarse al palacio presidencial de Miraflores.
Para algunos dirigentes ese hecho sirvió para justificar
la desviación de la marcha hacia La Carlota, sede de la comandancia
de la Aviación y el Ministerio de Defensa, al afirmar que al coartarles
un derecho que a todos les corresponde actuaban de esa manera, ya que grupos
pro chavistas se mantuvieron cerca del palacio para impedir a los opositores
que se acercaran.
Decenas de partidarios del mandatario se apostaron con
sus boinas rojas, banderas y pancartas pidiendo la "unión", la "paz"
y el "diálogo" en zonas cercanas al palacio de Miraflores.
La marcha opositora recorrió varias arterias de
Caracas, en medio de fuertes medidas de seguridad, hasta culminar a cinco
cuadras de Miraflores. "Se va, se va, se va", era uno de los coros, mientras
otros exhibían pancartas con el letrero: "No disparen, soy venezolano".
Otros más llevaban un monigote del mandatario vestido de preso tras
barrotes.
Mientras decenas de chavistas hicieron recorridos por
calles de varias ciudades de provincia en apoyo al gobierno constitucional,
los sectores más intransigentes de la oposición volvían
a incrementar la tensión política con anuncios sobre un posible
paro general, aunque aún sin acuerdo entre los dirigentes.
Entre los sectores que se aproximaron a La Carlota estaba
el grupo del dirigente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela
(CTV), Carlos Ortega, un acérrimo opositor de Chávez, y quien
habló de la "posibilidad real" de convocar a un paro cívico
nacional con apoyo de los principales sectores del país.
Pero el presidente de la patronal Fedecámaras,
Carlos Fernández, quien criticó que algunos manifestantes
fueran a La Carlota, dijo que actualmente "no están dadas las condiciones
para una huelga general".
La CTV y Fedecámaras fueron dos de los sectores
protagonistas del paro anterior que el 11 de abril pasado condujo a los
hechos de violencia que culminaron con la muerte de 18 manifestantes y
que desató la asonada.
En La Carlota una delegación de manifestantes fue
recibida por el comandante general de la Aviación, Angel Valecillos,
a quien le expusieron "sus puntos de vista" en una reunión "con
mucho respeto y en paz, y además les dijimos que ellos son ciudadanos
de este país, igual que nosotros", de acuerdo con la periodista
Angela Zago.
Otros dirigentes llamaron luego a los manifestantes a
dispersarse, mientras algunos grupos alegaban que querían permanecer
allí. En ese contexto, el ex gobernador socialcristiano William
Dávila explicó que fueron a la base militar en busca de apoyo
para una "salida democrática e insistucional a esta situación
de ilegitimidad e incertidumbre y recuperar la paz, la libertad y la democracia".
Concluyó que quieren la renuncia del presidente y que creen que
la "desobediencia es una salida constitucional."
Elías Santana, uno de los que condenaron la presencia
de sus compañeros opositores en La Carlota, admitió que entre
ellos hay sectores intolerantes que quieren "llamar a los militares para
que resuelvan el problema".
El diputado oficialista Tarek William Saab calificó
de irresponsables a los dirigentes que llevaron la marcha a La Carlota
porque, dijo, querían "reeditar la situación del 11 de abril".
A su vez, el ministro del Interior, Diosdado Cabello,
al condenar los mismos hechos dijo que los dirigentes sufrieron "una pérdida
de la razón", pero destacó que las marchas transcurrieron
en calma, sólo con incidentes aislados y sin mayores consecuencias.