Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 12 de julio de 2002
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Cultura
La hora de la crítica creadora

Octavio Paz

Carta de Octavio Paz a Manuel Moreno Sánchez incluida en el libro Cartas sobre el '68, publicado ahora por la Fundación Carmen Toscano

En papel con membrete de Lloyd Triestino.

A 28 de noviembre de 1968
 

Señor Licenciado.
Don Manuel Moreno Sánchez,
México, DF

Muy querido Manuel:

Al pasar por la Ciudad del Cabo -última escala del barco hasta Las Palmas, adonde llegaremos mañana- 0me entregaron una carta de mi madre y otra de Carlos Fuentes. Las dos incluían tu artículo. Decirte que agradezco tu generosa e inteligente defensa sería decirte bien poco. Al leerla, recordé nuestros años universitarios y lo que tú significaste para nosotros, tus amigos un poco más jóvenes. Al enviar mi carta de renuncia a Carrillo Flores creo que fui fiel a aquellas interminables conversaciones nocturnas, durante nuestras caminatas no menos interminables, de la Preparatoria a la calle de Mina o a la de Ciprés -y a veces hasta Atzcapotzalco o Mixcoac. Mi renuncia no fue sino un intento más por preservar un poco esa imagen colectiva del joven que fuimos. Por esto, entre las distintas reacciones que produjo mi pequeño gesto, tres me conmovieron particularmente: tu artículo, un cable de Alejandro Gómez Arias y una llamada telefónica de Pepe Alvarado.

No sé si recordarás que hace unos veinticinco años, en la casa de la calle de Pánuco (todavía en vida de Salvador), nos dijiste que México había entrado ya en una nueva era histórica, a la que llamaste, para simplificar, ''neo-porfirista". Tenías razón, aunque hay una diferencia notable: durante los últimos treinta años el poder no ha sido ejercido por un caudillo sino por un partido político. Sólo que este partido se ha convertido poco a poco en una burocracia política, como las burocracias comunistas del Este europeo. La analogía entre la situación actual y los años finales del porfirismo es notable; la misma ceguera, la misma incapacidad para percibir los cambios que ha sufrido el país. En cierto modo, 1968 repite a 1908. El cambio principal, ahora, ha sido la aparición de una clase obrera -todavía dormida- y, sobre todo, de una nueva clase media, a la que pertenecen los estudiantes y los intelectuales, que exige mayor participación política, así sea de una manera aún confusa. Lo más curioso es que este cambio es la obra del sistema político imperante, su mayor logro histórico. El régimen ha envejecido tanto que es incapaz de reconocerse en sus criaturas y de dialogar con ellas. Justo Sierra pensaba que México no sería un país democrático, moderno, sino hasta que surgiese una clase media. Esa clase ya existe. Estoy seguro de que nuestro país inventará sus propias formas democráticas y de participación social, como hace cincuenta años encontró soluciones para los problemas heredados de la Colonia y del siglo XIX. Es una tarea que requiere aquella imaginación política de que hablábamos en nuestras conversaciones juveniles. Algo de que carecen tanto los dirigentes actuales como los viejos partidos de la izquierda fosilizada y los grupos de la izquierda frenética. Es la hora de la crítica creadora -la verdadera crítica siempre lo ha sido- y creo que tú tienes mucho qué decirnos y decir a los jóvenes.

Marie José y yo les enviamos muchos y cariñosos saludos, a ti, a Carmen y a toda la dinastía de los Moreno Toscano.

Un gran abrazo
Octavio
Al margen: Mi dirección provisional: Octavio Paz, co. Madame Tramini, 11 rue Cafarelli, Nice, 06, France

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