Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 14 de julio de 2002
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Sociedad y Justicia

El procurador general de Justicia del DF habló ante abogados acapulqueños

Medios informativos promueven medidas autoritarias en el combate al delito: Bátiz

Propuso investigar a fondo las causas sociales del problema para luego dar soluciones

MISAEL HABANA DE LOS SANTOS CORRESPONSAL

Acapulco, Gro., 13 de julio. El procurador general de Justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz Vázquez, arremetió contra los medios de comunicación, específicamente la televisión, por considerar que éstos impulsan ante la sociedad nuevas formas autoritarias y represivas como medidas para afrontar el problema de la delincuencia y la inseguridad pública.

Frente a unos 500 abogados porteños, durante un desayuno con motivo del Día del Abogado organizado por el candidato del PRD a la presidencia municipal de esta ciudad, Alberto López Rosas, Bátiz Vázquez presentó una ponencia denominada Prevenir o reprimir. En ella expresó que, según la percepción pública, el control del problema delictivo puede lograrse mediante mecanismos represivos y suele hablarse de incrementar la severidad de las penas.

Asimismo, se considera la pena de muerte como amenaza intimidatoria; se plantea la necesidad de más reclusorios y mejores armas para los policías, además de la capacitación de éstos en los aspectos de defensa y ataque personal; se piensa que la fuerza es la que va a lograr poner fin a la violencia en las calles, disminuir el número de delitos y transformar nuestras ciudades para que nuevamente sean extensiones del hogar, en donde todos puedan sentirse seguros y tranquilos, expresó el procurador capitalino.

Sin embargo, dejó claro que esto no es así. Es necesario, dijo, plantear soluciones de fondo que vayan a las causas sociales del delito, las cuales tienen mucho que ver con la economía, la educación y la cultura.

Consideró necesario hacer un análisis sereno y buscar un equilibrio entre las dos acciones de la autoridad: la de investigar y perseguir los delitos por una parte y, por otra, la de ir al fondo y atajarlos antes de que se cometan. Al respecto, reiteró que es necesario segar las fuentes profundas de carácter económico, educativo, cultural y social, de las que surgen los delincuentes.

Durante su intervención, Bátiz Vázquez culpó a la sociedad y a los medios de clamar más por la venganza que por la justicia. Dijo: "Quisieran todos que los autores del ilícito de inmediato, casi sin proceso, estuvieran ya pagando sus culpas en un reclusorio, por lo menos".

Preguntó: "ƑCuál puede ser la respuesta a esta disyuntiva? ƑMás represión, como parece pedir la sociedad, o prevención, como dicta una política a más largo plazo?"

La respuesta, al igual que en otros muchos casos, es doble y tiene que ser integral, apuntó el procurador, e insistió en que no se puede abandonar la investigación y la persecución de los delitos como respuesta inmediata, "pero estamos obligados a la atención simultánea de las causas y de los factores delictivos".

Ante la presencia de legisladores locales y federales, dirigentes, militantes y aspirantes a cargos de elección popular por el PRD-Guerrero -algunos abogados, otros, catedráticos de la universidad guerrerense-, Bátiz aseguró estar consciente de que "no es sólo atacando los efectos, es decir los delitos, como se van a modificar las causas".

Reiteró que junto con la investigación y la persecución de los delitos se tiene la obligación de indagar sobre cuáles son los factores que los generan y proponer a los gobiernos soluciones globales. De nada sirve, aseguró, perseguir e ingresar delincuentes diariamente, cuando existen todavía barrios marginados, zonas empobrecidas y oleadas de jóvenes inadaptados, resentidos y decepcionados contra una sociedad que nada les ofrece y que todo les exige.

Finalmente, señaló la necesidad de volver los ojos hacia los jóvenes que requieren de educación, ingresos, seguridad, oportunidades en el deporte y la cultura, no sólo para acusarlos y perseguirlos cuando infringen una ley que les es ajena, sino para darles oportunidad de incorporarse a la sociedad que los rechaza y a la que ellos también rechazan.

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