Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 19 de julio de 2002
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Cultura

Buscan activistas la intervención de la naciente Corte Penal Internacional

No más indiferencia por las asesinadas en Juárez

PATRICIA VEGA

Bajo la convocatoria de ''Unamos nuestras voces: No más indiferencia. No más crímenes" se multiplican las proyecciones del documental Señorita extraviada (Missing young woman), en el que la cineasta chicana Lourdes Portillo aborda el asesinato, en Ciudad Juárez, de por lo menos 280 mujeres de 1993 a la fecha, sin que el gobierno de Chihuahua haya esclarecido los hechos o castigado a los culpables, pues los crímenes continúan.

La proyección del filme de Portillo es parte de una campaña de diversas organizaciones culturales y pro derechos humanos -Movimiento Cultural Techo Blanco, Nuestras Hijas de Regreso a Casa, Grupo de Tecnología Alternativa, Amnistía Internacional y la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, entre otras-, cuyo activismo busca repercusiones internacionales, en particular la intervención de la Corte Penal Internacional, ante la falta de respuesta de las autoridades mexicanas. Los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez sobrepasan la nota roja para convertirse en asunto de alta prioridad -"que debe ser investigado como crimen de Estado''-, denuncian activistas.

Al término de la proyección al aire libre de Señorita extraviada en Coyoacán, se sumarán a esa campaña contra la impunidad las voces de Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska y María Novaro.

Amenazas contra testigos

Portillo describe el horror que rodea la ola de asesinatos, reúne testimonios de activistas locales y familiares de las víctimas, así como las declaraciones de autoridades de Ciudad Juárez y del gobierno de Chihuahua. Ahí están las imágenes con las palabras del actual contralor de la nación y ex gobernador de ese estado, Francisco Barrio, cuando al referirse al patrón común de los homicidios afirma que esas mujeres ''entran a convivir con malvivientes que luego se convierten en sus agresores".

Con dominio del género documental, Portillo engarza piezas de un rompecabezas inconcluso con varias hipótesis sobre los posibles autores de los crímenes: pandilleros, policías, traficantes de narcóticos, choferes de autobuses, y queda claro que existe impunidad sólo atribuible a la existencia de redes de complicidad entre corporaciones policiacas con la delincuencia organizada e incluso con la maquiladoras.

La cineasta aporta evidencias de que algunas de las víctimas fueron elegidas mediante fotografías que de manera sistemática se toman a las mujeres que trabajan en las maquiladoras y que reúnen características similares: jóvenes de 15 a 25 años, delgadas, pelo oscuro y largo.

Algunas de las personas que se atrevieron a dar su testimonio para el documental Señorita extraviada han recibido amenazas de muerte y han tenido que ser puestas bajo protección especial. La ci-neasta misma ha evitado regresar a Ciudad Juárez ante el temor de ser víctima de alguna represalia.

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