MEXICO, S A

Carlos Fernández-Vega

UN PARTICIPANTE DE superlujo estaría a punto de sumarse a la inagotable lista de poderosos consorcios estadunidenses sumidos en el descrédito. Los oscuros manejos corresponderían en esta ocasión, nada más y nada menos, que al gigante bancario Citigroup, famoso en México por su decidida contribución, junto con Roberto Hernández Ramírez y demás ex accionistas de Banamex, al fortalecimiento del fisco nacional.

TODO INDICARIA QUE el anuncio formal de la quiebra de WorldCom -la mayor de la historia empresarial del vecino del norte- y sus 32 mil 800 millones de dólares de "deuda basura" estimuló el "destape" de nuevas irregularidades en el sacrosanto mundo de los negocios y las finanzas de Estados Unidos, así como un mayor deterioro -si el término es aplicable- a la ya de por sí debilitada "confianza" de los inversionistas de ese país y, desde luego, de las principales plazas del mundo.

DE ACUERDO CON un reporte de la agencia Reuters, "las acciones de Citigroup Inc. cayeron ayer 10 por ciento en la Bolsa de Nueva York, a niveles que no registraba desde octubre de 1999, por informaciones de que la primera compañía de servicios financieros de Estados Unidos ayudó a Enron Corporation a ocultar créditos".

CITIGROUP, J.P. MORGAN Chase y otros bancos transfirieron más de 5 mil millones de dólares a Enron (empresa que inauguró la temporada de escándalos contables y financieros que agobian a Estados unidos y que se declaró en quiebra el 2 de diciembre de 2001), utilizando complejas transacciones descritas como "negocios energéticos", de acuerdo con The Washington Post, que cita a "fuentes que hablaron bajo condición de anonimato". La vocera oficial de Citigroup "no estuvo disponible por el momento para realizar comentarios", señala Reuters.

LAS TRANSACCIONES DE Enron, conocidas como "prepagos", escondían parte de la elevada deuda de la empresa, señala el rotativo. Ayer, una subcomisión de asuntos gubernamentales del Senado tenía previsto enfocarse en este tipo de operaciones. Otro factor que ponía presión sobre las acciones de Citigroup fue un artículo del diario The Wall Street Journal, según el cual "Jack Grubman, el analista estrella del sector de telecomunicaciones de Salomon Smith Barney -una entidad de Citigroup- está siendo investigado por la Asociación Nacional de Operadores de Valores debido a sus recomendaciones". Esa organización enfoca sus baterías en contra de dicha "estrella" por promover las acciones de la empresa Winstar Communications, "a pesar de las evidencias de que la compañía estaba en problemas financieros".

ADEMAS, CITIGROUP ES uno de los principales acreedores del grupo de telecomunicaciones WorldCom, que el domingo se declaró formalmente en bancarrota y solicitó la protección que ofrece la Ley de Quiebras. La trasnacional telefónica, la segunda en importancia en Estados Unidos, seguirá operando mientras llega a un acuerdo con sus acreedores, aunque éste ya se habría cocinado, privilegiando a los acreedores bancarios, después a los proveedores y, en última instancia, a los accionistas e inversionistas desplumados.

EN SU MAS reciente informe financiero, correspondiente al segundo trimestre de 2002, el complacido presidente de Citigroup, Sanford I. Weill, reportaba una utilidad en ese periodo de 4 mil 80 millones de dólares, con un incremento de 15 por ciento. Este gigante bancario ofrece sus "servicios" en más de 100 países de los cinco continentes.

MIENTRAS CITIGROUP SE rasca como puede ante lo que puede convertirse en la cereza del pastel de los escándalos contables y financieros en Estados Unidos, la meca de la especulación, Wall Street, seguía cayendo, ampliando así las cuantiosas pérdidas acumuladas a lo largo de 2002. Sólo el viernes el índice Dow Jones registró la séptima mayor caída de su historia. "Estamos en un vacío. Mi estimación es que vamos a caer mucho más... Necesitamos esto para tocar fondo", asumió Kevin Cohen, de la firma Wedbush Morgan. A la fiesta, desde luego, fueron convocadas las principales plazas bursátiles del mundo, entre las que no se cuenta la mexicana, pero que de cualquier manera mordió el polvo, registrando la peor caída del año (3.52 por ciento).

EN ESTA MERIENDA de especuladores, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ya no siente lo duro sino lo tupido. Se aproximan las elecciones legislativas de noviembre y el inquilino de la Casa Blanca, junto con el Partido Republicano, cada vez está más nervioso. Los discursos, anuncios, medidas y conexos del presidente Marlboro, lejos de tranquilizar las aguas, han motivado el incremento de la tempestad, en la que están metidos hasta el cuello los "honorables" -e insaciables- presidentes ejecutivos de las empresas hoy motivo de escándalo.

UN RECUENTO SOBRE los ingresos de estos últimos personajes, citado por Reuters, revela que en los últimos años, los presidentes ejecutivos recibieron inmensas recompensas por sus supuestas habilidades extraordinarias. En 1980 su compensación fue 42 veces superior al ingreso de un trabajador promedio en Estados Unidos. Para 2000, la proporción se incrementó a 531 veces.

EN LA ULTIMA DECADA, el salario promedio en Estados Unidos subió 36 por ciento, pero las compensaciones de los presidentes ejecutivos lo hicieron en 340 por ciento. Para 50 compañías de gran tamaño, la compensación promedio asignada a estos personajes era de 10.46 millones de dólares anuales, según una encuesta realizada este año por la firma de consultores Pearl Meyer and Partners. Debido a que gran parte de la compensación era ofrecida bajo el formato de opciones de acciones de la compañía, el presidente ejecutivo se concentraba principalmente en elevar, a corto plazo, los precios de dichos títulos.

PARA EL VICERRECTOR de la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pennsylvania, Tom Dunfee, "una de las causas de los problemas de los reportes financieros que hemos tenido es que los presidentes ejecutivos se volvieron muy competitivos entre ellos y evaluaban su éxito solamente en términos de sus paquetes de compensación... No es que ellos necesitaran de todo ese dinero, ni tenían alguna manera de gastarlo. Se trataba tanto de ego como de codicia".

LAMENTABLEMENTE, LA experiencia indica que esa codicia y ese ego serán pagados, una vez más y con creces, por los millones de habitantes de a pie, que de una u otra suerte todavía circulan por este equilibrado planeta.

Las rebanadas del pastel:

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