Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 23 de julio de 2002
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Cultura
No veo la razón de la molestia, si nadie ha visto la película, expresa el cineasta

El crimen del padre Amaro no es un ataque contra la Iglesia católica: Carlos Carrera

Prejuicioso, el llamado de grupos religiosos para censurar la exhibición de la cinta

La polémica sobre el largometraje se avivó a raíz del anuncio de la visita del papa

ERICKA MONTAÑO GARFIAS

La cinta El crimen del padre Amaro no constituye un ataque contra la Iglesia católica y ''no veo por qué la molestia: en primer lugar, nadie la ha visto; y en segundo, aunque toca temas como el celibato de los sacerdotes o las narcolimosnas a través de ciertos personajes, también hay otros que son honestos y siguen al pie de la letra la religión", expresa el director Carlos Carrera, respecto de la polémica generada por el próximo estreno de su quinto largometraje.

Todo comenzó con una página en Internet en la que se sostiene que la cinta ''está basada en una novela portuguesa del siglo XIX completamente alterada", cuyo tema ''pone en duda el celibato sacerdotal; da por hecho las narcolimosnas y acusa de abortistas a los sacerdotes". Convoca: ''Evita la exhibición de la película anticatólica El crimen del padre Amaro" y pide enviar cartas al secretario de Gobernación, Santiago Creel.

La responsable de la publicación es Laura Mejía Bañuelos y entre las firmas de quienes apoyan esta campaña se encuentra Falange Mexicana, cuyo texto expresa, entre otros: ''También nosotros nos unimos (sic) a esta afrenta grave contra nuestra religión. Ya es hora de levantar la voz contra los enemigos de Dios y la patria, la sangre cristera corre por nuestras venas".

Vigencia de una historia

El presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, monseñor Ramón Godínez, manifiesta que la Iglesia católica no interviene en materia de cine, sino que este movimiento lo realizan ''organizaciones de católicos laicos que tienen el derecho de intervenir", como el grupo A Favor de lo Mejor, dirigido por Francisco González Garza, que hace unos meses actuó en contra del programa Big Brother.

Sin embargo, el también arzobispo de Aguascalientes reconoce que, hasta el sábado, no había leído la novela de Eça de Queiroz escrita en 1875 en la que se basa la película, ni consultado la página de Internet en la que se promueve la campaña, y que los datos que tenía sobre la cinta provenían de notas de prensa.

Calificó el guión, escrito por Vicente Leñero, de ''negativo para nuestra tradición católica porque ridiculiza la vida de un sacerdote y juega con los símbolos religiosos que tenemos en mucho respeto los mexicanos".

-¿Aunque tenga que ver con problemas reales de la Iglesia?

-Así es, son problemas de la humanidad, no de la Iglesia. El crimen es parte de la humanidad y la Iglesia es parte de la humanidad.

Respecto de las narcolimosnas, el religioso subrayó: ''Ni la palabra es correcta. Nos sostenemos por limosnas o por las ofrendas de los fieles, independientemente de donde provengan. Uno generalmente no investiga de dónde provienen cuando las ofrecen los fieles".

La Iglesia católica, asegura, no intervino de ninguna manera en la campaña; ''yo sí la respaldo, pero no es iniciativa nuestra. Es iniciativa de laicos sensibles y me parece digna de apoyo".

Leñero, además del guión, escribió la introducción a la edición de Plaza & Janés de la novela El crimen del padre Amaro, en cuya portada se encuentra un fotograma de la cinta en la que aparecen Amaro (Gael García Bernal) y Amelia (Ana Claudia Talancón) besándose en la boca.

En los párrafos finales de su introducción, a la que titula ''Una historia explosiva", Leñero explica: ''Convencido precisamente de la vigencia de esta historia, el productor de cine Alfredo Ripstein vivió obsesionado con la idea de convertir en película El crimen del padre Amaro. La había leído en su juventud y siempre pensó, dice, trasladarla a la pantalla; no ubicándola desde luego en la Leiría portuguesa de los años mil ochocientos, sino en la provincia mexicana de nuestros días".

Pero ese proyecto se aplazó varios años ''luego de que Ripstein encargó a quien esto escribe la elaboración de un guión cinematográfico sobre Amaro. Se trataba de eso: de conservar el nudo central de la historia y de encontrar equivalencias mexicanas a la galería de personajes y al complejo nudo de situaciones que llenan las 500 páginas de la novela de Eça de Queiroz (...) Luego, cuando la película fue encomendada al director Carlos Carrera, pensamos juntos en radicalizar la visión del clero de provincia para aludir también a problemas actuales de México como son las narcolimosnas y los sacerdotes de la teología de la liberación.

''Aunque los lectores o relectores de esta novela serán quienes juzguen la eficacia de la adaptación en términos de su vigencia y el resultado de su puesta en pantalla, los que trabajamos en esta película, desde el esforzado Alfredo Ripstein hasta los actores y técnicos, estamos convencidos de haber realizado un trabajo serio y respetuoso de la idea original."

Primero la libertad de expresión

Carlos Carrera, en entrevista, subraya: ''La película empieza con un letrero donde se explica que es una adaptación de una novela del siglo XIX e inmediatamente después ubicamos la cinta en México, en el año 2002".

-¿Crees que la cinta es una agresión a la Iglesia?

-No. Creo que los autores son libres de exponer lo que quieran. Por ejemplo, está el guión que hicieron Jean Claude Carrière y Luis Buñuel, donde el personaje principal vende su alma al diablo y al vendérsela se convierte en Papa; corte directo está en San Pedro. Hasta este tipo de manifestaciones son válidas, son parte de la libertad de expresión y en el caso de El crimen del padre Amaro no veo por qué la molestia.

El proyecto de la película llegó cuando terminó su cinta Un embrujo. Alfredo Ripstein, ''que tenía varios años queriendo hacer la adaptación, me llamó. El proyecto pasó por varios directores antes de que yo lo tomara. Me interesó el asunto después de platicarlo con Leñero, quien tenía una adaptación de la novela y a partir de ahí empezamos a trabajar, surgieron varias ideas para actualizar la anécdota y a partir de ahí me interesó más todavía".

A Carrera, premiado con la Palma de Oro en Cannes por su corto El héroe, señala que su interés como director era ''contar la historia de estos personajes complejos, que entran en contradicciones al no poder seguir los lineamientos que marca la Iglesia católica y buscar la manera, más bien hipócrita, de manter las apariencias".

El cineasta reconoce que la polémica antes de un estreno es buena publicidad, como ocurrió con La ley de Herodes, Y tu mamá también y La habitación azul, pero considera que El crimen del padre Amaro no necesita este tipo de ayuda: ''Espero que la película se sostenga sola. Es una historia para el cine y que, independientemente del tema que aborda, está bien contada, es interesante, intensa, fuerte, y creo que eso debería ser suficiente; además, tenemos un reparto muy conocido que puede llamar mucho público".

Señala que si bien el estreno de la cinta se aplazó para el 16 de agosto, después de la visita de Juan Pablo II, esto respondió a una estrategia de mercadotecnia por parte de Columbia, porque ''no había tiempo suficiente para hacer una campaña de publicidad fuerte y prefirieron dejarlo para después". Fuentes de esa distribuidora señalaron que ''no nos pareció correcto estrenarla justo antes o durante la visita del Papa''.

Por conducto de Eva San Martín, coordinadora de Prensa de Columbia, la empresa subrayó que no recibió presión alguna de RTC o algún grupo católico y que toda ''mención de la película a favor o en contra genera mayor conocimiento e interés público''.

Opiniones a priori

El crimen del padre Amaro recibió de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) la clasificación B15, ''que no es ni B ni C, pero está bien", expresa Carrera, porque ''curiosamente esta cinta, a pesar de que el Reglamento de Cine es un poco extraño, no entra en ninguno de los criterios de clasificación C: no se dicen demasiadas palabras soeces -que no sé qué sea eso hasta la fecha-; no hay consumo de drogas, no hay muchos desnudos y no hay sexo explícito, aunque sea muy fuerte".

Carrera, quien conoció de la página de Internet mucho antes de que la información saliera a la luz pública, expresa que ''es algo increíble que se sigan esas cosas, que a estas alturas se opine así, sobre todo sin información suficiente, con prejuicio". Hasta el momento, los únicos que han visto la cinta son personas que ''de alguna manera participaron en ella o algunas revistas que tenían que sacar la información para agosto, pero no se ha mostrado al público", precisa el director.

De RTC, añade, ''no hay traba alguna" contra la cinta, que se filmó con recursos del Fonds-Sud (del Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia); del Fondo para la Producción Cinematográfica de Calidad, Alameda Films, la española Wanda Visión, Cinecolor y el gobierno de Veracruz, entre otros. El costo aproximado fue de 18 millones de pesos, de los cuales 3.5 millones fueron aportados por Foprocine.

En Internet (www.lacartita.es.vg) se argumenta que el dinero utilizado para el rodaje de la película es del Estado mexicano y advierte: "No permitas que con tus impuestos se ataque a la Iglesia católica".

Víctor Ugalde, director de la rama de cine de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), subraya: ''Los argumentos que utilizan para mandar la dichosa cartita son que se usa dinero público para atacar a la Iglesia. No es verdad, es dinero para garantizar la libertad de pensamiento y expresión y simplemente nos muestran que no han salido del siglo XIX. Quieren tapar con presiones cosas que todo mundo sabe y que se discuten en los medios".

Carrera y Ugalde coinciden en que la religión es uno de los temas tabús dentro del cine, aunque ya ha sido tratado en varias películas. El director mexicano expresa que ''si El crimen del padre Amaro sale sin problemas ya no va a ser tabú, sólo falta el Ejército".

La de Carrera, afirma Ugalde, ''es la primera película que muestra algo (creo que lo hace más El padrino III). Debemos pensar que ya con la revolución mediática y la globalización todos los temas pueden ser posibles de tocar, no puede haber castas ni privilegios".

Estas campañas ''afectan la libertad de expresión y de pensamiento, tratan de frenar la libertad de elección del espectador porque nadie va al cine a fuerzas. Se pone un producto en las salas y las personas deciden qué ver. Los católicos no la quieren ver, pues que no vayan".

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