Se siente orgullosa de pertenecer a una generación de triunfadoras
Iridia Salazar sueña con el oro olímpico
No se descarta como aspirante al Premio Nacional del Deporte 2002
ROSALIA A. VILLANUEVA
Con el nuevo título de campeona del mundo que logró
en Japón, Iridia Salazar Blanco vislumbra un futuro alentador hacia
la conquista del metal más ansiado por un taekwondoísta,
el cual espera alcanzar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
"Siempre
aspiro a lo más alto y sé que se puede conseguir. El deseo
de querer ganar y ser alguien en la vida es lo que me motiva a tener esa
mentalidad'', señala la flamante monarca en la categoría
gallo, la única especialista que subió al podio en tierras
japonesas.
Alta y delgada, la taekwondoísta de 20 años,
11 de ellos en el deporte de las cintas negras, se dice orgullosa de que
las deportistas continúen dando la cara por México, pues
eso significa que "nos está yendo bien'', porque todas surgieron
de las categorías infantiles y juveniles, y forman parte de una
nueva generación "de triunfadores'' que no se tenía en el
pasado.
-¿Qué te deja esta medalla de oro?
-Era algo que deseaba mucho; en Vietnam, hace un año,
fui medallista de bronce y tenía que superarlo y ¡al fin se
me hizo! Como deportista siempre tengo el deseo de ganar y prepararme fuerte
para no descuidar mis entrenamientos.
-¿Te sientes diferente por ser campeona?
-Debo tomar las cosas con calma. Esto fue un paso y un
resultado lindo que me hace creer en mí y tenerme confianza hacia
el camino que me he trazado en los JO de Atenas. En lo particular, me hubiese
gustado haber compartido (el triunfo) con mis hermanos Oscar, Rodrigo y
Manuel, pero desafortunadamente no pudieron ir a la Copa porque se lesionaron,
y por su apoyo y el de mis padres, les dedico esta medalla.
Iridia alcanzó el título ganando sus cinco
combates en Japón, donde eliminó a las representantes de
Filipinas, Croacia, Corea, Turquía y Australia, aunque esta última
fue la más difícil, pues no la conocía y la derrotó
7-5. "Fue uno de los torneos de gran nivel, en el que salí menos
golpeada, Mis rivales quedaron mucho peor'', anotó entre risas.
Sin demeritar la actuación de sus compañeros,
entre ellos, el medallista olímpico Víctor Estrada, que hicieron
su mejor esfuerzo y se quedaron en la orilla, la taekwondoísta consideró
que mucho afectó en el equipo que algunos salían de lesiones
y otros se lastimaron poco antes de partir hacia el compromiso, incluso
confiesa que a dos semanas del viaje a Japón, ella se lastimó
el tobillo derecho, "por fortuna salí; creo que era la tensión''.
La capitalina dijo que le gustaría cerrar el año
defendiendo con éxito el título centroamericano en El Salvador,
y no se descarta a ser candidata al Premio Nacional del Deporte 2002, por
la medalla de plata obtenida en el Mundial de Chejú, Corea 2001.