Se prevé descalificar al PRI y aliarse con organismos civiles
Mucho Fox y poco PAN, estrategia de Los Pinos para
comicios de 2003
Vital para el gobierno obtener la mayoría en San Lázaro
ROSA E. VARGAS Y JUAN MANUEL VENEGAS
La estrategia de Los Pinos y Acción Nacional para
los comicios de 2003, con el objetivo de lograr la ''mayoría absoluta''
en la Cámara de Diputados, parte del eje discursivo de descalificar
a los regímenes del PRI, de la idea de revivir el foxismo y de formar
alianzas con organizaciones civiles, sin descartar a partidos políticos
de nuevo registro, ya que no tener la mayoría en ese órgano
legislativo -alertan los responsables del plan- impediría ''garantizar
la realización del proyecto de Vicente Fox en la segunda mitad del
sexenio''.
Es tal la urgencia de asegurar por lo menos 43 por ciento
de la votación nacional para hacerse del control de la Cámara
de Diputados, que los diseñadores de la estrategia consideran incluso
la posibilidad de desplazar al PAN de la propuesta que ofrecerán
al electorado.
El propio partido del Presidente está de acuerdo
con ese diseño electoral, cuya responsabilidad recaerá, en
su parte operativa, en Ramón Muñoz, actual jefe de la Oficina
Presidencial para la Innovación Gubernamental; Rodolfo Elizondo,
vocero de Los Pinos; Francisco Ortiz, responsable de la imagen del Ejecutivo
y, por el PAN, su secretario general, Manuel Espino, y el coordinador de
la campaña nacional, Carlos Medina Plascencia.
En un documento que circula en las esferas partidistas
y de gobierno, del cual La Jornada tiene una copia, se delinean
los principios y acciones ''hacia un frente foxista para 2003''. Se divide
en tres tesis políticas básicas donde resalta que ''es un
riesgo demasiado alto apostar sólo al PAN en las elecciones del
próximo año, pues es improbable que pueda ganar la mayoría
absoluta de diputados''.
De ahí la conclusión de los ''ingenieros
electorales'' del gobierno para desarrollar una campaña que, basada
en la figura de Vicente Fox (similar a la de 2000), les lleve a obtener
el control de la Cámara de Diputados y desde ahí ablandar
al PRI y al PRD en el Senado. Sin embargo, no se trata sólo de un
proyecto de mediano plazo. En la mira está el 2006, cuyos comicios
se consideran desde el también llamado Proyecto Sexenium como la
batalla definitiva para lograr la ''transición mexicana''.
Para diseñar este proyecto, se parte además
de considerar que los escenarios ''macroeconómico y macropolítico''
que se auguran en 2003 ''son desfavorables para el PAN'', pues habrá
nulo crecimiento del ingreso per cápita y demás efectos asociados
a la recesión 2001-2002, en el primero, y un fortalecimiento del
PRI, extrema polarización mediática y bajo rendimiento gubernamental,
en el segundo.
Ante ello se dibuja un vaticinio poco alentador para la
causa blanquiazul: ''Asumiendo que la votación total en julio
de 2003 caerá respecto a la de 2000, arrastrando a la de todos los
partidos, es perfectamente esperable no que las votaciones del PAN y del
PRI caigan juntas, sino que, peor aún, la votación del PAN
caiga en mayor medida que la del PRI...''
En el análisis de los estrategas, los números
duros indican que casi la mitad de los votantes que llevaron a Fox Quesada
a la Presidencia, en los comicios de 2003 no sufragarían por la
opción panista e incluso lo harían por el PRD o por el PRI,
diferenciación que hicieron en muchos casos en 2000. A eso además
habría que restarle la aportación que entonces hicieron los
simpatizantes del PVEM, que incluso desarrollan ya una campaña ''abiertamente
anfoxista y antipanista''.
Con esta información, en el documento se concluye
que de no cambiar las tendencias de la situación actual, ''es altamente
probable que la mayoría de la Cámara de Diputados en 2003
sea recuperada por el PRI (...) la información disponible y confiable
acerca de la correlación sociopolítica de fuerzas, producto
de encuestas serias, confirma hoy todo lo anterior''.
En sintonía con las declaraciones que el fin de
semana hiciera el propio mandatario a Notimex (cuyo contenido y preguntas
fueron diseñados previamente en Los Pinos), en el sentido de que
el próximo año se define si en el país se consolida
la transición, se estanca o incluso regresa al pasado, quienes han
formulado el proyecto electoral aseguran que es vital para el cambio y
la buena marcha de México, que de las elecciones federales de julio
''emerja una mayoría absoluta afín al proyecto sexenal de
Vicente Fox''.
Mencionan así, como única salida, hacer
del foxismo una expresión política definida en un frente
electoral para 2003, mientras que el PAN quedaría sólo como
referente partidista, dejando abierta la posibilidad de las candidaturas
externas.
De lograrse la alianza propuesta, tentativamente se llamaría
Consolidando el Cambio, y para esto, desde ahora se preparan los
documentos El ABC de la reforma del Estado y Cambios urgentes
en la política gubernamental, para que una vez aprobados por
la Presidencia de la República se integren a las sugerencias estratégicas
para elevar las probabilidades del triunfo.
En ese esquema, a Francisco Ortiz corresponderá
todo el diseño de la campaña publicitaria, bajo el concepto
global de comparar la democracia y el presidencialismo acotado que ''encabeza''
Vicente Fox, frente al autoritarismo del PRI.
A su vez, Ramón Muñoz y Manuel Espino serían
los responsables de instrumentar la estrategia de política, mientras
que Rodolfo Elizondo se encargaría del enlace con los partidos y
las organizaciones políticas (aprovechando su paso por la desaparecida
oficina de Enlace Ciudadano) y del manejo en medios de comunicación.
Por su parte, Medina Plascencia operaría la fusión de las
redes foxistas con la militancia panista desde los comités distritales
y municipales.
Hay un elemento adicional para -aseguran sus diseñadores-
lograr el triunfo electoral: la participación de la fundación
Vamos México para la difusión del proyecto foxista y la adhesión
de asociaciones civiles y grupos de filantropía.