CRONICAS TEXANAS
Es representante de un distrito que abarca dos tercios de la frontera con Texas
Pete Gallego, puente entre México y EU
Conoce los problemas que enfrentan los migrantes y la importancia de su contribución
JIM CASON Y DAVID BROOKS
Austin, Texas. Pete Gallego representa en el ámbito estatal a un enorme distrito que incluye dos tercios de la frontera texana con México y, además de ser un ejemplo del nuevo liderazgo latino que está forjando un cambio político en Texas, también representa un puente clave de entendimiento entre México y Estados Unidos.
Gallego es uno de los políticos texanos que entienden no sólo la importancia de la contribución de los mexicanos a este estado, sino también los desafíos y obstáculos que enfrentan, como inmigrantes o ciudadanos de generaciones, porque él lo ha vivido.
"Cuando nací mis padres querían llamarme Pedro, pero en aquel tiempo las autoridades que elaboraban las actas de nacimiento se negaban a poner nombres en español, y me pusieron Pete", recuerda Gallego, quien se crió cerca de la ciudad fronteriza de Alpine.
Cuando este hombre dice "en aquel tiempo", se debe señalar que fue hace muy poco, ya que tiene 41 años de edad. Gallego es el primer legislador estatal elegido en la historia de su distrito y uno de los miembros más influyentes y respetados de la Cámara de Representantes de Texas.
Este año, como presidente del caucus Legislativo Mexicano Americano -agrupamiento de legisladores latinos o de comunidades latinas-, Gallego extendió una invitación al presidente Vicente Fox para pronunciar un discurso ante la legislatura estatal este mes, y aunque el viaje fue postergado debido a la disputa por el agua entre México y Estados Unidos, cree que esta visita será ahora más importante que nunca.
"Creo que la visita podría elevar el nivel del diálogo sobre México y la economía" en el ámbito político texano, expresó Gallego durante una entrevista en su oficina del capitolio en Austin.
Por su origen fronterizo, explicó, a diferencia de otros legisladores -como los de Dallas o Houston- cuenta con una perspectiva diferente sobre el carácter entrelazado del mundo.
"Hay muchas cosas que sabemos los que hemos vivido en la frontera, de las cuales otros texanos apenas se están enterando y entendiendo", manifestó.
"Hemos mantenido comercio e intercambios con México por generaciones", indicó. "Nos damos cuenta de que no somos los únicos en el planeta y que tenemos una relación que debe ser de cooperación. El asunto del agua es sólo un ejemplo; también está el de la contaminación, entre otros (que sólo tienen soluciones a través de la cooperación). Entre otras, estas son las cosas que en la frontera entendemos bien."
Ese es un mensaje que Gallego ha buscado difundir al resto del mundo político texano y confía en que será subrayado cuando el presidente Fox llegue a Austin para hablar a la legislatura estatal. El solo hecho de que políticos latinos como él hayan sido electos es prueba de los cambios políticos mayores que están ocurriendo en este estado, insiste.
Pero Gallego también reconoce que aún hay un largo tramo que caminar en la búsqueda de cambios de fondo en Texas, y aun en su propio distrito no es fácil representar las diversas realidades y bases sociales. "Todavía recibo cartas dirigidas a 'Estimado representante mexicano', y puedo presentarles a un individuo que siempre me pregunta en los foros públicos si debido a mi etnia soy más leal al gobierno mexicano que al estadunidense", dice.
Gran parte de la economía local del distrito que representa Gallego depende del gasto federal dedicado a las diversas agencias encargadas de la frontera, desde la Patrulla Fronteriza hasta la agencia antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) y Aduanas, particularmente en ciudades como Del Río.
"Para la gente de Del Río esos empleos federales son importantes. Es una contribución significativa a esa economía. Todos tienen una chamba que hacer, y todos entienden eso", explica al responder si esta dependencia y presencia del gobierno federal no generan resentimiento entre las comunidades en esos pueblos.
Al mismo tiempo, el distrito que representa es uno de los más pobres del país, con un ingreso per cápita de la mitad del promedio estatal, lo que convierte a esta región en una que se asemeja más a México que a otras partes de Texas. Los mexicanos y mexicano-estadunidenses representan 80 por ciento de la población en su distrito. "Las temperaturas en Presidio pueden alcanzar 52 grados, y las personas no tienen aire acondicionado ni agua en su hogar, algunas viven en lo que esencialmente son casas de cartón", dijo el legislador. "Esas cosas no son tan diferentes a lo que uno puede ver en México."
Su conocimiento, más bien conciencia de esto -en gran medida por su experiencia personal-, brinda a Gallego y a sus bases una perspectiva diferente de la relación con México de la que tienen sus contrapartes en otras partes de Texas y del país. "La mayoría de nosotros provenimos de familias que conocieron el hambre, que sabían lo que era tener un sueño de una vida mejor para nuestros hijos, todo esto lo entendemos; para muchos de nosotros todo eso no fue hace tanto, ni está muy lejos." Pero al mismo tiempo, Gallego señala que en estas comunidades también existen tensiones de larga data.
Cuando una inundación destruyó gran parte del barrio más latino de la ciudad de Del Río, en 1998, recuerda, hubo una respuesta solidaria de todas partes de Texas, la gente acudía desde muy lejos para ayudar en el rescate de víctimas y en la reconstrucción de viviendas. "Pero gente de los barrios del norte del propio Del Río, en nuestra propia ciudad, continuó con sus quehaceres y no acudió a prestar ayuda", manifestó para ilustrar las divisiones que persisten en las diversas comunidades en la frontera.
Aún hoy día los asistentes que trabajan para Gallego en la legislatura expresan su irritación de que por ser latinos se les obligue a comprobar su ciudadanía en los retenes de la Patrulla Fronteriza, mientras que sus compañeros anglos casi nunca son cuestionados.
Pero Gallego es optimista de que las dinámicas sociopolíticas continuarán obligando a un cambio positivo en este estado. Los latinos, explica, "ya somos 33 por ciento de la población en Texas, y 51 por ciento de los niños en las primarias es hispano. Al continuar ampliando nuestra presencia cada vez más, en términos numéricos, será mas fácil explicar la importancia de los latinos y la frontera al resto de Texas".