Presentan en Buenos Aires un libro con motivo del medio siglo de su muerte
Evita, una de las primeras desaparecidas
políticas de Argentina: Marysa Navarro
Recuperar la dimensión histórica del personaje, interés
de la ensayista española
''Duarte Perón y Zapata son de los pocos mitos de AL que pueden
ser canibalizados''
PATRICIA VEGA
"Eva
Duarte de Perón es una de las primeras desaparecidas políticas
de Argentina. Cuando los militares toman el poder en 1955, encuentran su
cuerpo embalsamado en la Central General de Trabajadores (CGT). Ese cuerpo
es raptado por un comando militar debido a que es considerado una bomba
de tiempo desde el punto de vista de crear agitación social; entonces
se decide enterrarla de manera subrepticia en un lugar desconocido. Y el
entierro de Evita es una forma de desaparición: la esconden,
se llevan su cuerpo a la fuerza y se convierte en una de las primeras desaparecidas.
El mismo ensañamiento de los militares con los posibles guerrilleros
o amigos de la guerrilla en la década de los 70, se ejerció
contra Evita, cuyo cuerpo reaparece en las negociaciones del 72. Creo que
una de la múltiples razones del hecho anterior es ese palimpsesto,
la maleabilidad de esa figura, mediante la cual se vuelve a rescribir,
desde 1945, la historia de Argentina..."
Las afirmaciones anteriores son de Marysa Navarro (Pamplona,
España), quien es conocida y respetada en Argentina por ser la autora
del primer y único libro propiamente histórico sobre Eva
Perón (Evita, Editorial Planeta Argentina, 1997), que a la
fecha existe. Desde entonces la académica de la Universidad de Dartmouth,
Estados Unidos, ha profundizado en sus reflexiones sobre la idea de ver
a Eva Perón como una metáfora para entender los cambios en
la mitología que se ha elaborado en torno de dicho personaje.
Además de una propuesta para actualizar ese libro,
el resultado más reciente de estas reflexiones es el ensayo histórico
La mujer maravilla ha sido siempre argentina y su verdadero nombre es
Evita, que se incluye en el libro Evita, mitos y representaciones,
coordinado por la propia académica y publicado por la filial
argentina del Fondo de Cultura Económica, apenas presentado anoche,
en Buenos Aires, con motivo de los 50 años de la muerte de una figura
cuya interpretación sigue siendo objeto de agrias polémicas
y discrepancias imbricadas en el debate político no sólo
de Argentina, sino de América Latina.
La metáfora del palimpsesto
Navarro indica que además de su texto, en el que
se reúnen los ensayos Evita: cuerpo y cadáver de la literatura,
de Andrés Avellaneda; Las tres Evas: de la historia al mito en
cinemascope, de Nina Gerassi Navarro, y Evita: cuerpo político,
imagen pública, de Ana María Amar Sánchez. El
elemento común de todos los textos es el análisis de la despolitización
y manipulación de la figura de Eva Perón.
En el caso de La mujer maravilla ha sido siempre argentina
y su nombre verdadero es Evita, Marysa Navarro señala que presenta
un análisis de los textos fundacionales del mito antiperonista de
Evita que, en su opinión, es parte ''del enfrentamiento de Estados
Unidos con Argentina en los años 40, y aunque finalmente se resuelven
los problemas, entre ambos países se mantendrá una oposición
a Perón hasta muchos años después de que termina el
peronismo". El título del texto es, por supuesto, ''una alusión
irónica a la Wonder woman que en Estados Unidos defiende
a la democracia contra el nazismo y todos esos enemigos. Y a Evita siempre
la han acusado de ser agente del fascismo en Argentina, junto con Perón.
Además es una referencia al mito antiperonista que la acusa de tener
un poder extraordinario, cuando en realidad no lo tenía. Por ejemplo,
la mitología dice que Evita se enfrentó con las señoras
de la Sociedad de Beneficencia de la capital, que era una entidad filantrópica
muy importante en Argentina, y que decidió desaparecerla de manera
autoritaria. Pero resulta que si uno hace la investigación histórica
se encuentra con que el primer decreto que afecta a la Sociedad de Beneficiencia
tiene lugar en 1943, antes de que Evita conociera a Perón, en enero
del 44. ¿Se advierte que eso no tiene nada que ver con el enfrentamiento
de Evita con las señoras oligarcas de la Sociedad de Beneficencia?
Sin embargo ese mito se repite ad nauseam".
Como historiadora y feminista, Marysa Navarro se puso
a trabajar sobre Evita en 1972, cuando había poco material sobre
ella, y al revisar la bibliografía le extrañó que
nadie hubiera escrito un libro de historia sobre el personaje; se encontró
con que ''los historiadores que trabajaban sobre los mismos temas o sobre
historias paralelas, decían las cosas más insólitas
sobre Evita y las repetían como si cualquier cosa que dijeran fuera
posible desde el punto de vista histórico y sin abordar, por ejemplo,
qué papel político jugó ella en Argentina o en el
peronismo. Por eso, mi interés es empezar a mirar a Eva Duarte de
Perón".
Y en el camino de la recuperación de la realidad
histórica de la mujer que dio origen a una mitología, Navarro
dio con una clave para entender a Evita: ''Usar la metáfora del
palimpsesto -término académico que se refiere a un manuscrito
antiguo que conserva huellas de una escritura anterior borrada de forma
artificial- nos permite ver que Evita puede ser un texto, un cuerpo sobre
el cual se pueden escribir muchas ideas y concepciones de lo que es Argentina
y que ha sido el objeto de combate para las distintas clases sociales del
país, para distintos momentos históricos, y para un lugar
donde los gobiernos han desarrollado una política específica,
ya sea a favor o en contra de ciertos objetivos.
"Y cabe porque ella misma casi se define como un palimpsesto,
pues toma La razón de mi vida -un texto que ella habrá
dictado al principio, pero que otra persona escribió- como suyo.
Es un texto muy interesante porque en él, Evita casi no habla de
su infancia ni menciona a sus padres, siendo que la madre fue una figura
muy importante en su vida. Tampoco menciona a sus hermanas ni su escuela.
Sólo alude vagamente a su deseo de ser actriz.
''En La razón de mi vida, Evita nos da una
parte de su infancia bastante desdibujada y lo hace a propósito
porque, en mi opinión, estructuralmente ella quiere concentrar toda
la atención en la figura de Perón. Sin embargo, no es una
pleitesía tonta: sabe perfectamente que ella no es nadie si no es
la esposa de Perón. Pero al mismo tiempo ella sabe que es alguien
totalmente excepcional y esa es la belleza del texto: entender que sabía
que ella fue Eva Perón; una figura histórica de primera,
pero también sabe que lo era por su matrimonio con Perón.
''Evita no explica cómo alcanza el poder, deja
muchas cosas sin decir; ella borra lo que quiere de su propia vida, para
escribir lo que quiere. En cierto sentido, La razón de mi vida
es la primera capa del palimpsesto: lo que ella nos deja a todos sobre
su vida, con los claroscuros, los silencios y las exageraciones que tiene
el texto.
''Pero en el momento que ella se escribe a sí misma,
también la están escribiendo desde la oposición y
desde el poder. La oposición ve la presencia de Evita -y reacciona
a lo que es el peronismo- en una estructura de poder a la que ella, por
ser mujer, no puede pertenecer. Y, por otra parte, está la visión
de una estructura de poder peronista que es cada vez más rígida
y autoritaria, proceso al que Evita ayudará sin duda alguna. Es
una especie de exaltamiento impresionante de Evita, que es la contrapartida
del texto antiperonista.
''Y hay una versión más que es texto de
la población, de los dirigentes sindicales, hombres y mujeres que
ven en ella cosas muy diferentes también. En general hay una identificación
con ella como mujer migrante del interior, además es una cosa que
ella dice constantemente. Ella fue una 'cabecita negra' como ellos y lo
reconoce, lo asume y dirá con orgullo que es una laborante y lo
seguirá siendo al ser la esposa del presidente; así ella
siguió conectada con la clase obrera, con las mujeres que trabajaban
y con las chicas jóvenes que iban a trabajar a la fábrica
o iban a trabajar en los servicios en Buenos Aires".
Zapata y Evita, figuras vigentes
Marysa Navarro concluye su análisis con una audaz
comparación entre las figuras de Emiliano Zapata y Eva Perón:
''Ambos son mitos que en determinados momentos históricos se adscriben
cosas que podrían haber dicho y que son coherentes. Por ejemplo,
si se leen los discursos de Evita, pueden ser recuperados en los años
70 para la Evita montonera, porque ella usaba una retórica muy revolucionaria
encuadrada dentro de un contexto político definido por Perón;
pero si se usan los discursos nada más se pueden convertir en retórica
revolucionaria. Es una mala apropiación, pero es una apropiación.
''Y lo mismo sucede con Zapata en la medida en que él
se transforma en icono de la Revolución Mexicana, cuando este movimiento
está adoctrinado y estructurado por el Partido Revolucionario Institucional
y es, al mismo, la bandera de los neozapatistas, en Chiapas, encabezados
por el subcomandante Marcos.
''Evita y Emiliano Zapata empiezan a tener otra biografía
a partir de su muerte y son de los pocos mitos latinoamericanos que pueden
ser canibalizados porque en ambos existe la posibilidad de apropiación.
Los dos son figuras vigentes que siguen alimentando amplios movimientos
sociales porque su propia actuación y su propia vida detonan un
eco muy fuerte en los sectores populares."