Sugirió una nueva dictadura para enfrentar la crisis en Argentina
Dornbusch, polémico hasta sus últimos días
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
"De oficio provocador". Así tituló este sábado el diario argentino Página 12 el obituario para dar cuenta de la muerte, el jueves pasado, del economista Rudiger Dornbusch, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Observador permanente de las economías latinoamericanas, Dornbusch centraba sus recomendaciones hacia la región en que la prioridad de los gobiernos debía ser instrumentar políticas que mantuvieran la confianza de los mercados de capital. Poco o nada, sobre los mecanismos para mejorar la distribución de la riqueza, una asignatura en la que la región acusa una desigualdad mayor que el sureste de Asia o de Europa oriental
Apenas en marzo anterior, Dornbusch levantó polémica con un artículo publicado en el diario londinense Financial Times, en el que sin rodeos aseguró que la comunidad internacional estaba obligada a proveer ayuda financiera a Argentina, pero bajo condición y aceptación por parte de ese país, sumido en una recesión que se prolonga ya por cuatro años, "de reformas radicales y (de) que manos extranjeras asuman el control y supervisión del gasto público, la impresión de dinero y la administración tributaria".
En ese artículo señalaba: "los argentinos deben entender que sin asistencia masiva e intromisión externa no pueden salir de este desastre". Poco después, según Página 12, Dornbusch escribió otro artículo de circulación reservada entre bancos de inversión en el que "dejaba entrever la posibilidad de que en un futuro cercano un nuevo dictador se hiciera cargo del poder en Argentina".
A mediados de 1994, cuando todavía no concluía la administración del ex presidente Carlos Salinas, el economista del MIT declaró que el peso mexicano se encontraba sobrevaluado frente al dólar y que una devaluación era recomendable para evitar una crisis. El gobierno de entonces -Pedro Aspe, secretario de Hacienda, había sido alumno de Dornbusch- desestimó el pronóstico y la gestión del sucesor, Ernesto Zedillo, inició prácticamente con una abrupta depreciación de la moneda que sumió al país en la mayor crisis en 60 años.
En septiembre de 2000, en el marco de la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, en Praga, Dornbusch se refirió a Vicente Fox, quien había ganado la elección presidencial dos meses antes.
La expectativa de cambio generada entre los mexicanos por el triunfo de Fox, decía el economista estadunidense, terminará en una "decepción". Dijo entonces: "México tiene ahora un nuevo presidente que no tiene idea, no tiene equipo ni un Congreso que controlar".