Hoy se conmemora el centenario del filósofo austriaco
Karl Popper se manifiesta en su obra como escéptico pertinaz
"La historia de la humanidad no existe; sólo se exalta a los mayores criminales", escribió en La sociedad abierta...
CESAR GÜEMES /I
De los 92 años de existencia que le correspondieron aplicó, a juzgar por sus publicaciones, 60 a investigar y escribir, y los mismos a repeler ataques frontales o laterales de quienes no pensaban como él, que no eran pocos.
Hoy se conmemora el aniversario del natalicio de Karl Popper, quien nació en Viena el 28 de julio de 1902 y murió en Londres el 17 de septiembre de 1994, no sin antes participar en las diversas revoluciones del pensamiento social de las varias épocas que le tocaron en suerte, publicar decenas de obras y recibir los más diversos reconocimientos, entre ellos el título de sir por parte de la reina Isabel II.
En México es posible seguir la pista de Popper a través de las distintas ediciones de su trabajo que ha realizado la editorial Paidós, de las cuales cinco títulos son básicos en el pensamiento de Popper. La sociedad abierta y sus enemigos, uno de los primeros que diera a conocer el vienés, resultó para el año de su publicación, 1945, una vuelta de tuerca. Dice por ejemplo: "La historia de la humanidad no existe; sólo existe un número indefinido de historias de toda suerte de aspectos de la vida humana. Y uno de ellos es la historia del poder político, la cual ha sido elevada a categoría de historia universal. Pero esto es, creo, una ofensa contra cualquier concepción decente del género humano y equivale casi a tratar la historia del peculado, del robo o del envenenamiento, como la historia de la humanidad. En efecto, la historia del poder político no es sino la historia de la delincuencia internacional y del asesinato en masa, incluyendo, sin embargo, algunas de las tentativas para suprimirlo. Esta historia se enseña en las escuelas y se exalta a la jerarquía de héroes a algunos de los mayores criminales del género humano".
"ƑNo existe ninguna historia universal que configure realmente una historia concreta del género humano? Lo digo nuevamente: ello no es posible, y ésta debe ser, creo yo, la respuesta de todo humanista y, especialmente, de todo cristiano. Una historia concreta de la humanidad, si la hubiera, tendría que ser la historia de todos los hombres, de todas las esperanzas, luchas y padecimientos humanos. En efecto, no existe ningún hombre más importante que otro; y, evidentemente, esta historia concreta no puede escribirse. Debemos hacer abstracciones, debemos eliminar, seleccionar y con esto llegamos por fuerza a la multiplicidad de historias, y entre ellas, a aquella historia de la delincuencia internacional y el asesinato en masa que se ha entronizado como historia de la humanidad".
Casi dos décadas después, ya que Popper había sido catedrático de varias universidades de renombre, su escepticismo no mejoró. En el 63 ofreció a sus lectores Conjeturas y refutaciones, subtitulado El desarrollo del conocimiento científico, generoso volumen que abre con una amplia disertación sobre las fuentes de la ignorancia. Sostenía Popper la existencia de "una serie de doctrinas filosóficas históricamente importantes aunque no registradas, entre ellas (aparte de la doctrina que afirma que la verdad es manifiesta), especialmente, una teoría conspiracional de la ignorancia, que interpreta a ésta no como una mera falta de conocimiento, sino como la obra de algún poder malévolo, fuente de influencias impuras y perniciosas que pervierten o enajenan nuestras mentes e instan en nosotros el hábito de la resistencia al conocimiento".