Se pretende dar un giro a ese espacio con piezas
que "sí se vean, que gusten": Güero Castro
Cárcel de mujeres, propuesta de teatro
barato en el foro Jorge Negrete
La puesta en escena alecciona sobre la necesidad de
fortalecer el núcleo familiar
Lucero Campos y Maricarmen Resendess desempeñan
los papeles estelares
ARTURO CRUZ BARCENAS
"Teatro
barato para el pueblo; esta es nuestra propuesta", expresó Víctor
Manuel Güero Castro, director y autor del libreto de Cárcel
de mujeres (en musical), que se escenifica en el teatro Jorge Negrete,
en el corazón de la colonia San Rafael; con la obra pretende dar
un nuevo giro al foro de Altamirano 128, de la ANDA, "con piezas que sí
se vean y gusten".
La puesta en escena trata de la vida tras los barrotes,
entre cuatro paredes, con horario para tomar el sol, para dormir. El tiempo
es una experiencia interior; pasa lento o rápido, según se
viva. El Güero Castro desarrolló la idea poco a poco;
le dio forma. La centró en el contraste de los reclusorios modernos
y los de antaño, donde existían tétricas celdas comunales.
Ahí convivían las criminales más peligrosas.
Una a una, las reas de Cárcel de mujeres van
contando su vida, por qué están ahí. En este caso
los móviles, en su mayoría, son pasionales. Cohabitan pobres
y ricas, tontas e inteligentes, tímidas y atrevidas, lesbianas y
heterosexuales. Se explota visualmente el atractivo de algunas actrices,
sus torneadas piernas, el talle grácil, la cintura de avispa.
Antes de que comience la función, en las esquinas
del escenario se muestran dos mujeres encarceladas. Al fondo se ven los
catres.
Es un musical y se van intercalando canciones que abordan
estados de ánimo. Es un teatro musical de barrio, no de los producidos
por los grandes emporios. Hay que valorar el esfuerzo, el deseo histriónico.
¿Cómo fuman los presos? Se fuman el tiempo.
Por eso aspiran profundo, aprovechando las bocanadas. La mirada de un preso
se pierde en algún lejano horizonte, en una coordenada de su pasado.
Quizá en el de su familia, en el del ser que lo obligó a
delinquir. El arrepentimiento ocurre, pero puede más la venganza.
Ratos de tristeza, farsa y algunos gags
Pasa la historia del Güero Castro por ritmos
de tristeza y algunos gags, varios involuntarios. Tiene sus ratos
de farsa. Hay algo de violencia y una pasadita de sexo. En una de las funciones,
una mamá tapó con la mano los ojos a su vástago, un
menor que los abría al máximo cuando una de las señoras
actrices mostraba sus maduras extremidades.
La obra tiene su lado didáctico, pues alecciona
sobre la necesidad de fortalecer el núcleo familiar, de cuidar a
las hijas. Ubica que la pasión es una causa que explica móviles.
Es la única que da razón a un crimen. Lloran las presas y
cada una hizo lo que la llevó ahí "por amor", "por venganza",
"porque no había de otra".
Encuentros de fantasía, amistades imposibles
Hay líneas inverosímiles, encuentros de
fantasía, amistades imposibles, desenlaces hiperfortuitos, más
de truco que de magia. Se busca el efecto en el público para que
se lleve un cúmulo de sensaciones. Al Güero Castro no
le basta el tiempo. La pieza se alarga hasta las dos horas. No narramos
el final porque se arruinaría el suspenso para ir a ver esta trama.
Pero ni Papillón, de verdad.
Los papeles estelares los realizan Lucero Campos (quien
protagoniza a La Macabra, la lideresa de la peni) y Maricarmen Resendess
(Dalila). Las acompaña una cauda de actrices con experiencia varia,
como Ana Berumen, Angélica Infante, Adriana Vargas, Elida Contreras,
Jessika Farrell, Luci Bravo, Letty Uri, Ana Patricia Arceo, Sol Angel y
Sonia Piña, quien personifica a La Dichosa, por su afición
a pronunciar dichos.
Intervienen Alejandro Rojas, Félix Ventura, Martín
Cambron y Eduardo Alcántara. Participa el bailarín Joel Gussa.
Cárcel de mujeres, Teatro Jorge Negrete
de la ANDA, Altamirano 128, colonia San Rafael, teléfono 5535-2246.
Funciones: lunes, martes y miércoles, a las 20 horas, y jueves 17
y 20. Localidades: 50 pesos.