Se trata del inicio de la "globalización de la solidaridad", coinciden en Chiapas
El municipio zapatista El Trabajo y el catalán La Garriga formalizaron su hermandad
JUAN BALBOA CORRESPONSAL
Roberto Barrios, Chis., 9 de agosto. Del Mediterráneo barcelonés a la selva Lacandona, zapatistas y catalanes formalizaron en este Aguascalientes la hermandad entre los municipios El Trabajo y La Garriga, en una fiesta calificada por ambos como el inicio de la "globalización de la solidaridad", pero más aún del encuentro de dos culturas, distantes pero con historias similares, que se resisten a perder sus costumbres, que luchan por mantener su lengua y buscan la consolidación de su autonomía.
Con dos tradicionales torres humanas de Cataluña -formadas con brazos de zapatistas y de catalanes venidos de cuatro municipios y del Fondo Catalán de Cooperación al Desarrollo- que sostenían las banderas de Cataluña y del EZLN, quedó formalizada la relación de "hermanos" entre estos dos municipios que buscan compartir su cultura, experiencias, apoyos para el desarrollo y sus historias en la búsqueda de justicia, libertad y autonomía.
Los actos que durante tres días se realizaron en el Aguascalientes zapatista de Roberto Barrios, uno de los cinco centros culturales del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, tuvieron un carácter festivo, con un gran desplante de creatividad cultural: danzas de las dos regiones (del Tigre, los Listones, los Bastones) los bailes populares (de la Cebada), obras de teatro (El doctor y el curandero, El maíz triste), música y poesía.
Hombres, mujeres, niños y ancianos de los municipios autónomos zapatistas El Trabajo, Vicente Guerrero, Francisco Villa y San José La Montaña se entremezclaron con catalanes de los municipios de La Garriga, Reus, Pineda del Mar y Sant Cloni para participar en el Vall de Rama (música antigua de Cataluña utilizada en las fiestas populares), moverse con el Baile de la Cebada o participar en la integración de la piña (base) de las torres humanas que alcanzaron hasta cinco metros de altura.
El río crece cuando los arroyos se juntan
"Un gran río se formó ahora que vino mucha gente como arroyos a darnos su solidaridad y apoyo", era la expresión de Domingo, un zapatista convencido de que la presencia de los catalanes "alegra el corazón y desaparece la tristeza". Y no estaba equivocado.
Una nube de humo de incienso bañaba los rostros de los más ancianos del municipio de El Trabajo. Vestidos con sus trajes de gala, los ancianos, "los más sabios", agradecían la presencia de unos 40 catalanes en tierras zapatistas y avalaban con su presencia el hermanamiento de los hombres del Mediterráneo con los indígenas de la selva Lacandona.
Cuatro años han transcurrido desde que el primer catalán llegó al Aguascalientes de Roberto Barrios. Durante ese tiempo, las escuelas de Cataluña Els Pinetons y Manuel Blancafort (las dos del municipio de La Garriga) se hermanaron con las escuelas Nuevo Sembrador de Santo Domingo (del municipio autónomo de El Trabajo) y Mariano Matamoros de Guanal (del municipio autónomo General Emiliano Zapata). Próximamente la escuela Santa Cruz Compañero Pedro hará lo mismo con la escuela Pompeu Fabra del municipio de Reus.
La fiesta por el hermanamiento de los dos municipios inició a fines de julio en La Garriga, lugar en donde constantemente se realizan eventos -tómbolas, fiestas, actos culturales y políticos- con el objetivo de lograr apoyos económicos para escuelas, financiar capacitación técnica en oficios varios, en áreas de administración y gestión.
El alcalde de La Garriga, Alfredo Vilar, junto con el grupo de 40 catalanes vivió durante tres días una experiencia novedosa. Fueron de sorpresa en sorpresa. Primero, el recibimiento de las autoridades tradicionales, las expresiones de amistad y el respeto a la palabra: "Ustedes dieron su palabra y la cumplieron", recuerda el artista Pere Folch que le decían los zapatistas.
El segundo día, ambas autoridades realizaron el intercambio de regalos en una ceremonia en la que aparecieron cientos de personas con paliacates cubriéndoles el rostro. Tres cestos de mimbre contenían los productos del campo -maíz, frijol, principalmente- que los zapatistas entregaron a los catalanes.
Los visitantes entregaron poemas escritos por niños de Cataluña para los zapatistas, un álbum de fotos de la región, una guitarra, objetos de la zona, una figura de madera de la virgen de Cataluña (La Moreneta).
Lo que despertó la admiración de los mayores, la risa de los niños y la curiosidad de las mujeres fue el regalo más grande que cualquier movimiento de solidaridad haya entregado a un municipio autónomo zapatista: un espectacular y enorme pájaro rojo de más de tres metros que un grupo de teatro donó al municipio del EZLN. Nadie sabe cómo lograron traerlo en el avión, lo cierto es que viajó del aeropuerto de Barcelona al de Villahermosa, Tabasco.
Micaela es oriunda de la comunidad León Brindis. Fue la mujer más popular entre la comunidad catalana reunida en Roberto Barrios. Sus tortillas hechas "de maíz de verdad", deleitaron los paladares de los visitantes. Su pollo aliñado "a lo zapatista" dejaba a todos sorprendidos.
Pero nadie olvidará la risa de Manuelito, el niño zapatista inquieto e inteligente, quien sin entrenamiento previo y con destreza de escalador catalán logró subir a la cima de una torre humana de cuatro metros para elevar su brazo al cielo sellando el hermanamiento entre el municipio zapatista de El Trabajo y el catalán de La Garriga.