Es incompatible con el conocimiento moderno, advierte José Antonio de la Peña

Sería un retroceso abrir el paso a la Iglesia en la educación: Academia Mexicana de Ciencias

Las fallas educativas han allanado el camino a crencias religiosas y esotéricas, señala

KARINA AVILES

Si se abre el paso a la Iglesia en la educación significará un retroceso para el país, porque las metas de carácter religioso no son compatibles con la educación científica, con los valores de la ciencia y con el conocimiento contemporáneo, afirmó el presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), José Antonio de la Peña, al señalar que "pareciera" que la Iglesia piensa que le llegó "su hora" de intervenir en el sector al considerar que el escenario y las condiciones políticas son las adecuadas para hacerlo.

Sin embargo, destacó, a la Iglesia no le puede llegar su hora de intervenir en la educación porque la Constitución establece que el Estado es laico y ese carácter debe mantenerse.

En entrevista con La Jornada el científico expresó algunas de sus consideraciones luego de que el presidente de la Comisión de Educación de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Ramón Godínez, afirmara que la jerarquía católica confía en cumplir uno de sus objetivos de incluir valores religiosos en el sistema educativo. Esto, a raíz de que la administración foxista consensuó con representantes de la Iglesia la creación del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

De la Peña manifestó que después de la visita del papa Juan Pablo II "es más fácil que la Iglesia aproveche para presionar porque la atención pública ha estado centrada en los asuntos religiosos" recientemente. Por ello, añadió, es probable que la jerarquía eclesiástica haya considerado que este es el momento de ejercer presión para "hacerse de un hueco más".

Abundó: "pareciera que la Iglesia piensa que le llegó su hora y que políticamente le conviene tomar una posición adelante al considerar que otros sectores la pueden apoyar para ganar posiciones".

Sin embargo, sería "muy grave" que tuviera injerencia en la definición del sistema educativo. Por lo que la sociedad civil, los medios de comunicación y la comunidad académica deben estar muy atentos de que esto no se refleje en la realidad, apuntó.

De la Peña es también compilador del libro Algunos problemas de la educación en matemáticas en México, en el que con una metodología rigurosa se da cuenta de que el hueco que ha dejado la carencia de conocimientos científicos elementales entre la población ha sido llenado por creencias religiosas, esotéricas, ocultistas y seudocientíficas, en detrimento de la educación. Baste mencionar que en el texto se constata que 22.6 por ciento de los habitantes de la capital cree que el sexo de un ser en formación lo determina Dios.

El presidente de la AMC subrayó que las metas de la Iglesia "no son compatibles con una educación científica que respete los conocimientos contemporáneos y las libertades individuales para profesar el culto que mejor le convenga a cada quien".

Respetuoso de las creencias religiosas, consideró que la jerarquía eclesial es un sector más "al que no le asignaría un papel especial", pues para introducir los valores universales como los de la tolerancia o el respeto a los derechos no se necesita meter a la Iglesia.

Enfatizó que las metas de las prácticas religiosas son de fe y, por lo tanto, carecen de una metodología rigurosa o científica. El Estado no puede incluir valores de la religión en la educación porque sencillamente son distintos.

Las creencias religiosas son válidas pero deben mantenerse en la esfera de lo individual y ajenas a las definiciones políticas, añadió. Echar abajo la laicidad representaría un retroceso para el país, por lo que confió en que las autoridades educativas "no estén pensando" en hacerlo.

Por otra parte, el también director del Instituto de Matemáticas de la UNAM se refirió a la exclusión de los libros de Carlos Fuentes y Octavio Paz de la selección de títulos que realizó la SEP para incluirlos en las bibliotecas de aula.

De la Peña afirmó que la metodología para la selección de los libros "no fue la adecuada, porque primero debió haberse elegido cuáles eran los títulos que deberían tener las bibliotecas y después poner a concurso cuáles eran las editoriales que podían imprimirlos a bajo costo. Sin embargo, la selección se hizo al revés, primero se les preguntó a las editoriales qué libros aceptaban imprimir a precios más baratos y sobre la lista ofrecida se hizo la selección".

-ƑCon ese método utilizado se puede hablar de un criterio educativo y de calidad? -se le preguntó.

-No -fue la respuesta contundente