José Rivera fue galardonado por mejor coreografía
Resultados satisfactorios del Festival de Danza Lila López
Ballet Independiente rubricó el encuentro en SLP
Traer más compañías extranjeras en 2003, uno de los retos
ANASELLA ACOSTA NIETO ENVIADA
San Luis Potosi, SLP, 12 de agosto. Con la presentación de 35 compañías, nueve exposiciones plásticas, ocho talleres de técnicas dancísticas, la entrega de ocho premios y reconocimientos, la realización de la sexta versión del Encuentro de Críticos de Danza y el reto de traer más compañías extranjeras de calidad para 2003 finalizó el 22 Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
El domingo por la noche, el Ballet Independiente que dirige Magnolia Flores cerró las participaciones de las compañías en el Teatro de la Paz con la presentación de Ku-ka-Limoku, de Duane Cochran; Alas, de José Luis Hernández y Pervertida, de Raúl Flores Canelo.
Antes, en el Centro de Difusión Cultural del Instituto Potosino de Bellas Artes, Dantempo Danza Contemporánea, compañía michoacana bajo la dirección de Rocío Luna, presentó Cuna de hombre, obra que transcurrió sobre la tierra e hizo llover sobre el escenario, de forma literal, en el intento por mostrar una de las condiciones humanas de mayor valía: ''La capacidad humana para sobrevivir pese a cualquier circunstancia".
Arturo García, premio DIF-Waldeen
Durante la ceremonia de clausura se entregó el premio DIF-Waldeen al mejor bailarín, Arturo García Pineda, de Teoría de la Gravedad, compañía de Monterrey.
El galardón San Luis Potosí a la mejor coreografía, votado por el público, fue para José Rivera, director de la Cebra, Danza Gay, que presentó las obras Bailemos a Mozart, Yo no soy Pancho Villa ni me gusta el futbol, Danza del mal amor o mejor me voy y Antes que amanezca.
En entrevista la coordinadora del festival, Carmen Alvarado, consideró que los objetivos del encuentro dancístico, centrados en dar continuidad a la labor realizada por la bailarina, coreógrafa y promotora cultural Lila López, se cumplieron.
Héctor Garay, coordinador de Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, destacó la asistencia a los talleres impartidos este año, que de acuerdo con Alvarado fue de 130 alumnos provenientes de diversas partes de la República, incluso de Texas.
Respecto de la asistencia del público, que se calcula entre 35 y 40 mil personas, la coordinadora del festival dijo que fue ''muy digna", pues en promedio se registró una venta diaria de 75 por ciento del boletaje.
Sobre el riesgo de que el festival pierda el carácter de internacional por la escasa participación de grupos extranjeros, pues sólo participaron tres, Garay descartó que eso ocurra y explicó que ''los tiempos y la situación económica nos ganaron".
Hay que recordar además, dijo, que la importancia de este encuentro se centra en la presentación de los grupos nacionales provenientes de diferentes estados y en brindar oportunidad a los grupos que se inician, cuyo trabajo todavía no es reconocido.
Sobre la polémica generada en el festival por el insuficiente apoyo estatal a la danza y la necesidad de las compañías de establecer alianzas con la iniciativa privada, Garay señaló que ''hay una gran tradición del Estado mexicano de apoyo a la creación, producción y difusión del arte a la que éste no va a renunciar nunca". Se trata, explicó, de buscar financiamientos complementarios.
Descartó además que las propuestas estéticas de los coreógrafos se alteren por el patrocinio de la iniciativa privada, pues ''ninguna empresa puede obligar a que una compañía incluya una botella de licor en sus coreografías".