Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 17 de agosto de 2002
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Economía

Derrumbe de compañías de Internet y explosión de la burbuja de la nueva economía, causas

La crisis llegó a Valle del Silicio; cada mes, 30 mil despedidos en empresas de alta tecnología

La gente creyó que podía hacer dinero fácil; era especulación, afirma la consultora Kelly Lidsky

ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADO

San francisco, 16 de agosto. Hasta hace algunos meses era conocido como el Valle de la Prosperidad. Ahora, el Valle del Silicio, la meca de la alta tecnología, no logra reponerse completamente del derrumbe de las empresas de Internet y la explosión de la burbuja de la "nueva economía". Asentada en el norte de California, la región, que entre 1996 y 2001 llegó a crear 64 millonarios por día, enfrenta una de las tasas de desempleo más altas del país y, como en cualquier ciudad de una nación no desarrollada, los asaltos a taxistas están a la orden del día mientras el mercado de bienes raíces languidece.

El californiano Valle del Silicio, donde por cierto no hay silicio, se extiende desde San Francisco hacia el sur, hasta San José, e incluye 35 ciudades. En las primeras décadas del siglo XX predominaban en esta zona las orquídeas. El lugar, entonces, era conocido como el Valle del Placer del Corazón.

El auge de las empresas de alta tecnología en esta región, donde en los años 50 fue construido el primer transistor, se inició hace poco más de cuatro décadas, cuando la Universidad de Stanford enfrentaba problemas financieros y sus autoridades decidieron rentar una parte de sus terrenos a compañías de alta tecnología durante 99 años.

Varias de las principales empresas estadunidenses, como Eastman Kodak, General Electric, Admiral Corporation y Hewlett-Packard instalaron en el Valle del Silicio sus factorías. El gobierno realizó, entonces, inversiones en la industria de la defensa que atrajeron a cientos de ingenieros y técnicos a la zona, donde fue realizada la primera emisión radiofónica comercial del mundo, fueron inventados los microprocesadores, las computadoras personales, los videojuegos y el diseño en tercera dimensión.

Internet hizo su aparición por el valle -como llaman a la región sus residentes- en los años 90. Netscape creó el primer navegador y la red comenzó a ser vista como una opción de negocio. Fue el inicio de la llamada "nueva economía", un concepto en el que sus promotores creyeron haber encontrado una moderna versión del Vellocino de oro.

La burbuja de Internet

Los inversionistas de capital de riesgo comenzaron a depositar dinero en empresas, que más bien eran marcas, y que eran llevadas a la bolsa aun cuando no produjeran nada tangible. "Los capitalistas invertían en cualquier idea más o menos plausible", recuerda Richard Brandt, un experto columnista de la revista Upside.

La burbuja de la "nueva economía" llevó a miles de empresas que ofrecían grandes dividendos a futuro a ser inscritas al mercado electrónico de valores Nasdaq. Esta bolsa electrónica, el emblema del auge de la tecnología, llegó a cotizar arriba de los cinco mil puntos y ahora no supera las mil 300 unidades.

Antes de explotar a finales de 2000, la burbuja de las empresas punto com había logrado en cuatro años que en el valle surgieran 250 mil millonarios. En esta zona, el ingreso personal crecía a una tasa de 36 por ciento anual, mientras que el promedio del país era de 7 por ciento. Nadie quería dejar de ganar dinero fácil. La primera señal de alerta llegó a principios de 2000, cuando el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Alan Greenspan calificó el auge de los mercados (el Dow Jones sobrepasaba 10 mil puntos y el Nasdaq estaba arriba de las cinco mil unidades) como una "exuberancia irrracional".

Las cosas han cambiado desde entonces. "El momento en que supimos que la crisis había llegado al valle fue hasta inicios de este año", comenta Roberto Betancourt, un ingeniero mexicano experto en tecnología de satélites que lleva varios años viviendo en la zona.

Betancourt, quien coordina el equipo de la empresa Satmex en Valle del Silicio, informa que cada mes son despedidas 30 mil personas de empresas de alta tecnología. "Quizá esos desplazados no tengan problema para encontrar una nueva ocupación. Se trata de profesionistas de varias especialidades altamente calificados".

Las cifras son reveladoras: ahora, 40 por ciento de las oficinas y espacios disponibles en Valle del Silicio están desocupadas. En los momentos del auge, hace poco más de un año, era imposible encontrar un espacio disponible.

El empleo es otra muestra. En el norte de California la tasa de desocupación alcanzó en julio 5 por ciento. En particular, la de San Francisco fue de 6.9 por ciento. Pero en el condado de Santa Clara, el corazón del debilitado Valle del Silicio, la cifra alcanzó 7.6 por ciento el mes pasado, el porcentaje más alto para un condado urbano en todo el estado, de acuerdo con un reporte del Departamento de Empleo difundido el lunes pasado.

No son sólo los números los que reflejan el letargo económico en que ha caído el valle después del derrumbe de las empresas de Internet. Aunque las cifras ofrecen una buena perspectiva de comparación entre lo que ocurrió hace apenas unos meses y el presente. Desde marzo de 2000, los mercados accionarios de Estados Unidos acumulan una pérdida en el valor de capitalización de 7.7 millones de millones de dólares. Si el mercado tecnológico Nasdaq lograra una tasa sostenida de crecimiento de 10 por ciento al año, el índice volvería a alcanzar los cinco mil puntos hasta 2016.

Es algo que se antoja poco probable. El mercado Nasdaq, que había logrado una espectacular alza de 78.73 por ciento en 1999, tuvo en 2000 una caída de 36.11 por ciento, es decir, perdió más de un tercio de su valor. En 2001 la pérdida fue de 33.34 por ciento y en 2002 acumula un retroceso de 32 por ciento.

La venta de semiconductores, que son una especie de plasma de la tecnología de la información, alcanzó en 2001 la cifra de 140 mil millones de dólares, 30 por ciento menos que en el año precedente, lo que significó la caída más pronunciada en toda su historia, de acuerdo con la Asociación de la Industria de Semiconductores.

En la calle también se ha dejado sentir el choque de la crisis. Esta semana, agrupaciones de taxistas de la zona lanzaron una llamada de auxilio a las autoridades: después de los policías y los bomberos, el oficio de taxista se "ha convertido en la profesión más mortal", comenta Ruach Graffis, un dirigente de la unión de conductores de autos de alquiler en San Francisco.

Es parte de la crisis, dice. Atribuye el aumento de los asaltos a taxistas a la crisis de las empresas de Internet que, asegura, ha significado una fuerte caída en sus ingresos. "Ahora hay más gente en las calles dispuestas a ganar dinero como sea".

Migración a la inversa

Durante décadas, miles de ciudadanos de países asiáticos llegaron a esta zona para emprender una nueva vida. Desde 1964, Estados Unidos eliminó las barreras para la migración china. Las cosas han cambiado después de la crisis de empresas tecnológicas, por decisión de los propios inmigrantes.

Como consecuencia de la crisis, el esposo de Grace Ming, Tandel, fue despedido de una empresa de tecnología y debió aceptar un empleo en Hong Kong. Ahora, la pareja ha decidido enviar a su hijo con sus parientes en China.

"Presionados por la pérdida de empleos en el área de la Bahía (de San Francisco) y el exhorbitante costo de la vida, muchos profesionistas de origen chino están enviando a sus pequeños hijos con sus parientes en China, donde los costos de la educación son mucho más bajos", explica Vanessa Hua, una especialista sobre temas de la comunidad chino-americana.

En 2000, Webvan, una empresa que ofrecía servicio de repartición de alimentos por internet, se declaró en quiebra después de haber reunido 800 millones de dólares de inversionistas a quienes prometió jugosas ganancias en el futuro. A mediados de marzo pasado, surgió Safeway, que se proclama como la mejor empresa de supermercados de California. Es el primer supermecado en red que hace su aparición después de la crisis de las empresas puntocom.

El hecho, junto con el surgimiento de otras compañías en las últimas semanas -por ejemplo, InVision ofrece en red máquinas capaces de detectar explosivos en aeropuertos- ha comenzado a ser interpretado como el regreso de la prosperidad al Valle del Silicio. Kelly Lidsky, consultora de inversiones en tecnología, lo resume así: "La gente creyó que podía hacer dinero fácil, pero eso era especulación. No hay forma de que una empresa prospere sin bases sólidas de crecimiento y generación de ganancias. Muchos lo olvidaron y dieron dinero para cualquier idea. Creo que la lección fue clara. Sólo espero que los desarrolladores de empresas y los inversionistas hayan tomado nota".

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