ENTREVISTA
ALBERTO BLANCO, POETA, TRADUCTOR Y ENSAYISTA
Imágenes del sueño y la vigila, origen de
la poesía
PRESENTO EN AMBERES ANTOLOGIA BILINGUE DE SU OBRA POETICA
La poesía, si es poesía, no puede ser
racionalista, pues trabaja en otro sentido, con otra lógica. Digamos
que la poesía es una alternativa distinta del lenguaje, incluso
se cree que es la otra manera de usar el lenguaje
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid. El poeta mexicano Alberto Blanco escribe
porque, observa, las palabras acuden a él desde esa ''zona desconocida
entre el sueño y la vigilia" en la que nace su prolífica
obra literaria y en la que las palabras son utilizadas ''al revés":
no para decir, sino para escuchar.
Autor de más de 20 libros y siempre en pos de la
experimentación y la originalidad, Blanco participó en el
reciente Festival de Poesía de Amberes para presentar su primer
libro editado en Europa: una antología bilingüe de su poesía
traducida al flamenco, que además coincide con la publicación
de Pequeñas historias de misterio, en España.
Blanco, nacido en la ciudad de México en 1951,
publicó su primer libro en 1978 y fue precisamente Pequeñas
historias de misterio ilustradas, que reúne sólo una
tercera parte de la reciente edición -a la que suprimió la
palabra ''ilustradas"- elaborada en España por José Miguel
Ullán, Manuel Cuevas y la Galería Estampa. Entre sus trabajos
también se incluyen los libros Canto a la sombra de los animales
y El libro de los pájaros, hechos en colaboración
con el pintor oaxaqueño Francisco Toledo.
En entrevista con La Jornada, el poeta, traductor
y ensayista reconoció su satisfacción por las ediciones de
sus libros en el viejo continente y ahondó en la eterna discusión
sobre el ''origen de las palabras", sobre la poesía.
''La poesía siempre nace de la observación,
de esas imágenes que suceden en esa zona entre el sueño y
la vigilia, cuando uno comienza a despertarse. Y todavía la estructura
y la imaginería es la del sueño, pero ya hay la suficiente
organización para recuperar descripciones y narraciones largas.
Y podemos observar lo que en la realidad nos propongamos: unas aceitunas,
una grabadora; lo que se nos presente andando, porque la mejor alternativa
es observar lo que sucede. Observar lo que no sucede es más difícil.
''No todo lo que observamos lo captamos con los ojos;
lo hacemos con todos los sentidos y podríamos decir que también
observamos con la conciencia.
''Creo que los sentidos son fundamentales, pues son las
puertas, como decía William Blake, para entender y entrar en contacto
con el mundo, para sobrevivir. Me gusta más observar que pensar,
por ejemplo. No tengo nada en contra de pensar -también lo hago-
pero no todo el tiempo."
-¿En qué lugar queda entonces la razón?
-La
poesía, si es poesía, no puede ser racionalista, pues trabaja
en otro sentido, con otra lógica. Digamos que la poesía es
una alternativa distinta del lenguaje, incluso creo que es la otra manera
de usar el lenguaje. Cada vez que se va a la etimología de una palabra
o a las raíces de una expresión, tarde o temprano se encuentra
una metáfora, lo que pasa es que esas metáforas nos resultan
tan lejanas y se han esclerotizado y petrificado de tal manera que ya no
recordamos que su origen es una metáfora. En el habla cotidiana
utilizamos metáforas sin darnos cuenta: por ejemplo, ahora que hablamos
sobre la raíz del origen del lenguaje, pues pensar en la raíz
ya es una metáfora, o hablar del origen del lenguaje, lo que significa
entonces que es un ser vivo que ha nacido y que, por tanto, tiene todo
un desarrollo vital y llegará el día en que morirá.
''Con la poesía uno está muy al tanto observando
esas peculiaridades del lenguaje, porque a diferencia de cómo utilizamos
el lenguaje normalmente, que tratamos de darnos a entender para expresar
lo que sentimos, lo que soñamos o lo que recordamos; con la poesía
resulta que no utilizamos el lenguaje para decir lo que sabemos, sino que
se convierte en un medio o en un puente para asomarnos a lo que no conocemos.
Para entrever lo que no hemos soñado. En cierto modo me puedo imaginar
al lenguaje común en la poesía como una lámpara encendida
para echar luz en la zona oscura. Y las palabras van iluminando eso que
no se ve, de tal manera que en un poema no digo lo que sé ni lo
que quiero sino que las palabras me llevan a descubrir lo que no sé,
lo que nunca había imaginado ni soñado. Por eso digo que
la poesía es la otra manera de usar las palabras, casi podríamos
decir que es usar las palabras al revés.''
-O que las palabras dictan el poema...
-Eso es sólo otra manera de decirlo, pero cuando
lo decimos así pareciera que sugerimos que hay alguien o algo ahí,
una voluntad en el lenguaje, que se sirve de nosotros. Eso es decir demasiado,
pero nos podemos perder en muchas disquisiciones de términos; sin
embargo, de un modo u otro podemos observar que los poetas a lo largo del
tiempo, en épocas y tradiciones diferentes, ajenas unas de otras,
han llegado de un modo u otro a plantear lo mismo: que no es la persona
o la razón quien está hablando, sino que hay algo o alguien
-una presencia, el duende, el espíritu, el tao, lo desconocido,
el espíritu del lenguaje, la divinidad, el inconsciente colectivo-:
que habla y que a nosotros nos toca escuchar.
''Por eso decía que las palabras las utilizamos
más para escuchar que para decir. Al escribir poesía no se
tienen las riendas del lenguaje; se va a caballo, pero montado a pelo.''
En cuanto a la publicación de una antología
de su poesía por la prestigiosa editorial holandesa Wagner van Santen,
coordinada por Bart Vonck, Blanco explicó que se presentó
en el Festival de Poesía de Amberes y que ''los poemas que aparecen
ahí son de varias etapas, desde Caminos de papel -publicado
en 1978 por el Fondo de Cultura Económica (FCE)- hasta Mapas,
que es un poema que yo no sabía que era un poema y surgió
por una petición que me hizo Francisco Toledo de que escribiera
un texto sobre una exposición que él preparó sobre
mapas en Oaxaca.
''Hay otro poema dedicado a Gabriel Macotela, o Los
pericos, que es otro texto que se publicó en el libro que hice
con Francisco Toledo, Canto a la sombra de los animales. Hay un
poco de todo, y ahora la idea del editor es hacer antología de mi
poesía pero más grande. En todo caso me sorprendió
mucho que fuera Flandes y no España, donde se publicara mi primer
libro en Europa."
En cuanto a la cuidada y bellísima edición
elaborada en España de Pequeñas historias de misterio,
Alberto Blanco abundó: ''Han pasado 25 años para que se publicara
este libro, pero una de las muchas ventajas prácticas que tiene
la poesía es que no hay prisa. De la publicación del libro
en España también estoy muy agradecido, pues el trabajo que
ha realizado Manuel Cuevas es espléndido y se publica gracias a
los buenos oficios de José Miguel Ullán. Además, las
ilustraciones de Luis Mayo son muy buenas".
Asimismo se publicara en España una traducción
de Blanco de un texto budista, El Dhammapada, ya que el FCE quiere
hacer una nueva edición con fotografías que podrían
ser del catalán Pepe Navarro.
Entre los libros de Alberto Blanco destacan, además,
El largo camino hacia ti (1980); Antes de nacer (1983); Tras
el rayo (1985); Cromos, publicado en 1987 y que le valió
ganar el Premio Carlos Pellicer; Materia prima (1992); Cuenta
de los guías (1992); Triángulo amoroso (1992);
La sombra de cada día (1994), y El corazón del
instante, amplía antología publicada en 1998.