Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 17 de agosto de 2002
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Cultura
ENTREVISTA

ALBERTO BLANCO, POETA, TRADUCTOR Y ENSAYISTA

Imágenes del sueño y la vigila, origen de la poesía

PRESENTO EN AMBERES ANTOLOGIA BILINGUE DE SU OBRA POETICA

La poesía, si es poesía, no puede ser racionalista, pues trabaja en otro sentido, con otra lógica. Digamos que la poesía es una alternativa distinta del lenguaje, incluso se cree que es la otra manera de usar el lenguaje

ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL

Madrid. El poeta mexicano Alberto Blanco escribe porque, observa, las palabras acuden a él desde esa ''zona desconocida entre el sueño y la vigilia" en la que nace su prolífica obra literaria y en la que las palabras son utilizadas ''al revés": no para decir, sino para escuchar.

Autor de más de 20 libros y siempre en pos de la experimentación y la originalidad, Blanco participó en el reciente Festival de Poesía de Amberes para presentar su primer libro editado en Europa: una antología bilingüe de su poesía traducida al flamenco, que además coincide con la publicación de Pequeñas historias de misterio, en España.

Blanco, nacido en la ciudad de México en 1951, publicó su primer libro en 1978 y fue precisamente Pequeñas historias de misterio ilustradas, que reúne sólo una tercera parte de la reciente edición -a la que suprimió la palabra ''ilustradas"- elaborada en España por José Miguel Ullán, Manuel Cuevas y la Galería Estampa. Entre sus trabajos también se incluyen los libros Canto a la sombra de los animales y El libro de los pájaros, hechos en colaboración con el pintor oaxaqueño Francisco Toledo.

En entrevista con La Jornada, el poeta, traductor y ensayista reconoció su satisfacción por las ediciones de sus libros en el viejo continente y ahondó en la eterna discusión sobre el ''origen de las palabras", sobre la poesía.

''La poesía siempre nace de la observación, de esas imágenes que suceden en esa zona entre el sueño y la vigilia, cuando uno comienza a despertarse. Y todavía la estructura y la imaginería es la del sueño, pero ya hay la suficiente organización para recuperar descripciones y narraciones largas. Y podemos observar lo que en la realidad nos propongamos: unas aceitunas, una grabadora; lo que se nos presente andando, porque la mejor alternativa es observar lo que sucede. Observar lo que no sucede es más difícil.

''No todo lo que observamos lo captamos con los ojos; lo hacemos con todos los sentidos y podríamos decir que también observamos con la conciencia.

''Creo que los sentidos son fundamentales, pues son las puertas, como decía William Blake, para entender y entrar en contacto con el mundo, para sobrevivir. Me gusta más observar que pensar, por ejemplo. No tengo nada en contra de pensar -también lo hago- pero no todo el tiempo."

-¿En qué lugar queda entonces la razón?

-La poesía, si es poesía, no puede ser racionalista, pues trabaja en otro sentido, con otra lógica. Digamos que la poesía es una alternativa distinta del lenguaje, incluso creo que es la otra manera de usar el lenguaje. Cada vez que se va a la etimología de una palabra o a las raíces de una expresión, tarde o temprano se encuentra una metáfora, lo que pasa es que esas metáforas nos resultan tan lejanas y se han esclerotizado y petrificado de tal manera que ya no recordamos que su origen es una metáfora. En el habla cotidiana utilizamos metáforas sin darnos cuenta: por ejemplo, ahora que hablamos sobre la raíz del origen del lenguaje, pues pensar en la raíz ya es una metáfora, o hablar del origen del lenguaje, lo que significa entonces que es un ser vivo que ha nacido y que, por tanto, tiene todo un desarrollo vital y llegará el día en que morirá.

''Con la poesía uno está muy al tanto observando esas peculiaridades del lenguaje, porque a diferencia de cómo utilizamos el lenguaje normalmente, que tratamos de darnos a entender para expresar lo que sentimos, lo que soñamos o lo que recordamos; con la poesía resulta que no utilizamos el lenguaje para decir lo que sabemos, sino que se convierte en un medio o en un puente para asomarnos a lo que no conocemos. Para entrever lo que no hemos soñado. En cierto modo me puedo imaginar al lenguaje común en la poesía como una lámpara encendida para echar luz en la zona oscura. Y las palabras van iluminando eso que no se ve, de tal manera que en un poema no digo lo que sé ni lo que quiero sino que las palabras me llevan a descubrir lo que no sé, lo que nunca había imaginado ni soñado. Por eso digo que la poesía es la otra manera de usar las palabras, casi podríamos decir que es usar las palabras al revés.''

-O que las palabras dictan el poema...

-Eso es sólo otra manera de decirlo, pero cuando lo decimos así pareciera que sugerimos que hay alguien o algo ahí, una voluntad en el lenguaje, que se sirve de nosotros. Eso es decir demasiado, pero nos podemos perder en muchas disquisiciones de términos; sin embargo, de un modo u otro podemos observar que los poetas a lo largo del tiempo, en épocas y tradiciones diferentes, ajenas unas de otras, han llegado de un modo u otro a plantear lo mismo: que no es la persona o la razón quien está hablando, sino que hay algo o alguien -una presencia, el duende, el espíritu, el tao, lo desconocido, el espíritu del lenguaje, la divinidad, el inconsciente colectivo-: que habla y que a nosotros nos toca escuchar.

''Por eso decía que las palabras las utilizamos más para escuchar que para decir. Al escribir poesía no se tienen las riendas del lenguaje; se va a caballo, pero montado a pelo.''

En cuanto a la publicación de una antología de su poesía por la prestigiosa editorial holandesa Wagner van Santen, coordinada por Bart Vonck, Blanco explicó que se presentó en el Festival de Poesía de Amberes y que ''los poemas que aparecen ahí son de varias etapas, desde Caminos de papel -publicado en 1978 por el Fondo de Cultura Económica (FCE)- hasta Mapas, que es un poema que yo no sabía que era un poema y surgió por una petición que me hizo Francisco Toledo de que escribiera un texto sobre una exposición que él preparó sobre mapas en Oaxaca.

''Hay otro poema dedicado a Gabriel Macotela, o Los pericos, que es otro texto que se publicó en el libro que hice con Francisco Toledo, Canto a la sombra de los animales. Hay un poco de todo, y ahora la idea del editor es hacer antología de mi poesía pero más grande. En todo caso me sorprendió mucho que fuera Flandes y no España, donde se publicara mi primer libro en Europa."

En cuanto a la cuidada y bellísima edición elaborada en España de Pequeñas historias de misterio, Alberto Blanco abundó: ''Han pasado 25 años para que se publicara este libro, pero una de las muchas ventajas prácticas que tiene la poesía es que no hay prisa. De la publicación del libro en España también estoy muy agradecido, pues el trabajo que ha realizado Manuel Cuevas es espléndido y se publica gracias a los buenos oficios de José Miguel Ullán. Además, las ilustraciones de Luis Mayo son muy buenas".

Asimismo se publicara en España una traducción de Blanco de un texto budista, El Dhammapada, ya que el FCE quiere hacer una nueva edición con fotografías que podrían ser del catalán Pepe Navarro.

Entre los libros de Alberto Blanco destacan, además, El largo camino hacia ti (1980); Antes de nacer (1983); Tras el rayo (1985); Cromos, publicado en 1987 y que le valió ganar el Premio Carlos Pellicer; Materia prima (1992); Cuenta de los guías (1992); Triángulo amoroso (1992); La sombra de cada día (1994), y El corazón del instante, amplía antología publicada en 1998.

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