La reforma foxista permitiría que empresas suministren a grandes
consumidores
Los fondos para el retiro serían usados para
generación eléctrica
Se aprovecharían para lograr "un apalancamiento financiero", según
la iniciativa
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
La iniciativa de reforma al sector eléctrico propuesta
por el presidente Vicente Fox establece que no será privatizado
ninguno de los activos de las dos empresas públicas del sector,
pero pretende que particulares se encarguen del suministro a grandes consumidores
y el libre acceso a la red de transmisión. Las reformas plantean
que, además de la inversión privada, los recursos de los
trabajadores depositados en las Administradoras de Fondos para el Retiro
(Afore) sean empleados por empresas privadas para aumentar la capacidad
de generación, informaron este domingo funcionarios del gobierno.
La propuesta gubernamental, que se encuentra desde el
viernes pasado en el Senado pero no se ha hecho pública, prevé
cambios a los artículos 27 y 28 de la Constitución, eventualidad
que han rechazado los partidos Revolucionario Institucional y de la Revolución
Democrática. El secretario de Energía, Ernesto Martens Rebolledo,
afirmó ayer que si el Congreso decide aprobar una reforma diferente
a la del Ejecutivo, el órgano legislativo "deberá vigilar
que México no quede castrado en su proyección de energía
hacia el futuro".
Adecuación de los artículos 27
y 28
En conferencia de prensa, Nicéforo Guerrero Reynoso,
subsecretario de Electricidad de la Secretaría de Energía,
confirmó que el proyecto de reformas legales plantea la "adecuación"
de los artículos 27 y 28 constitucionales, preceptos que actualmente
establecen que el de la electricidad es un servicio público, estratégico,
cuya prestación es exclusiva del Estado.
"En
estos artículos, la reforma no pretende quitar ni la rectoría
del Estado ni mucho menos un esquema de seudoprivatización. Lo que
se busca es la garantía para los ciudadanos mexicanos de que el
servicio público de energía será prestado por el Estado",
apuntó Guerrero Reynoso.
Indicó que en particular, en el artículo
28 constitucional, la reforma del gobierno foxista abre la posibilidad
de venta de fluido eléctrico a usuarios calificados y el libre acceso
a la red de transmisión. Para estos efectos, los usuarios calificados
son los grandes consumidores de energía. Así, las paraestatales
del sector se encargarían de atender a los consumidores domésticos.
El funcionario planteó que la propuesta de reformar
el artículo 27 constitucional consiste "básicamente en quitarle
los conceptos de cuando dice: generar, distribuir, transformar, abastecer
de energía eléctrica, ahora solamente dirá: al Estado
le corresponde la prestación del servicio público de electricidad".
Además, la reforma plantea agregar al texto de
ese artículo que la electricidad producida por los particulares
para el autoconsumo o para venta de los particulares a grandes usuarios
"sea ahora factible y no forme parte del servicio público". Establece,
asimismo, la obligación para la Comisión Federal de Electricidad
(CFE) de tener abierta la red de transmisión y de distribución
a todos los usuarios.
En abril de 2001, el presidente Vicente Fox emitió
un decreto que permitía que los productores independientes, que
hasta ahora están obligados a vender sus excedentes a la CFE, pudieran
aumentar sus ventas de electricidad. En mayo de este año, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación determinó que ese decreto
era ilegal.
Autonomía para la CFE
En la conferencia de prensa, Alfredo Elías Ayub,
director general de la CFE, explicó que la iniciativa de reforma
enviada por el Ejecutivo al Senado busca dotar a la junta de gobierno de
la empresa de la facultad de tomar las decisiones "sin que éstas
tengan que ser aprobadas posteriormente por otras dependencias, como sucede
actualmente".
Si la reforma es aprobada, dijo, la junta de gobierno
de la CFE tendría facultades para tomar las decisiones de la empresa
dentro de un presupuesto global aprobado por el Congreso. "Respecto al
régimen fiscal -ahora el gobierno se apropia de todas las utilidades
de la paraestatal-, lo que se pretende, pero no es parte de la propuesta
legislativa, sino de las negociaciones que habrá de llevar a cabo
la CFE con el Congreso y la Secretaría de Hacienda, es eliminar
el impuesto por aprovechamiento y sustituirlo por una tributación
que sea más parecida a la de las empresas productivas", indicó.
Interrogado con respecto a la estimación del gobierno
sobre los recursos privados que fluirían a la industria eléctrica
con las reformas propuestas, Elías Ayub respondió: "lo que
se requiere son 5 mil millones de dólares por año de inversión
entre el sector público y el privado. De éstos, son aproximadamente
la mitad para generación, que es la parte que entra ahora en la
propuesta. Tenemos que tener aproximadamente 23 mil millones de dólares
en los próximos diez años invertidos en generación.
La distribución que habrá entre inversión pública
y privada dependerá de la aceptación que tenga entre los
inversionistas la reforma que apruebe el Congreso".
En este punto, Nicéforo Guerrero explicó
que además de la inversión privada la iniciativa plantea
que "el sector social" se involucre en el financiamiento para generación
de energía. "En relación con el sector social, están
los recursos de las Afore que podrían ser aprovechados por empresas
mexicanas para hacer proyectos de generación eléctrica y
tener un apalancamiento financiero que sirviera para la producción
de energía eléctrica."
De acuerdo con información de la Comisión
Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), el monto de los
fondos de los trabajadores depositados en las Afore alcanzan 435 mil millones
de pesos, unos 45 mil millones de dólares.
No habrá un nuevo Fobaproa
El secretario de Energía, Er-nesto Martens, garantizó
que la reforma eléctrica del Ejecutivo no va a terminar en un proceso
con alto costo económico y social para los mexicanos, como ya ocurrió
con la venta de los bancos y la concesión de autopistas. "No vamos
a privatizar los activos de la CFE o de Luz y Fuerza. Consecuentemente,
no hay el riesgo que tuvieron las carreteras o la banca. Lo que se busca
es la complementación, combinar lo que hoy hacen las dos empresas
públicas con lo que se requiere por necesidades obvias de crecimiento
y para ello es necesaria la inversión privada."
Martens declinó afirmar si la propuesta gubernamental
cuenta con apoyo de las diferentes fracciones políticas representadas
en el Legislativo. "Tenemos la esperanza y el convencimiento de que hay
los argumentos para que se piense favorablemente la propuesta del Ejecutivo",
planteó.
-¿Tiene el gobierno un plan b, por si ocurre
algo similar a la frustrada reforma fiscal? -fue interrogado Martens.
-El plan b -respondió- está basado
en que el Congreso va a aprobar modificaciones a la Constitución
y a leyes, que es lo que esperamos. Si fuese diferente deberá vigilar
que México no quede castrado en su proyección de energía
hacia el futuro y que no queden sus hijos y mis nietos sujetos a lidiar
con un país que está medio apagado.