El sistema va contra la simplificación: consultores
Podría bajar la captación por problemas con la tarjeta tributaria
DAVID ZUÑIGA
El pago electrónico de impuestos podría causar un descenso en la captación tributaria debido a las fallas en la planeación y en la aplicación de este nuevo sistema, que entró en vigor este mes y que va en contra de la simplificación y de ampliar la base de contribuyentes, auguró Consultores Internacionales.
La firma destaca que el nuevo método de pago no toma en cuenta las diferencias entre las empresas que tienen tecnología moderna y aquellas que todavía utilizan métodos tradicionales. Asimismo, señala que el nuevo sistema, además de ser más complejo, agrega obstáculos para pagar impuestos: el tiempo que toma tramitar la tarjeta tributaria y aprender a utilizarla, actualización del sistema de cómputo, fallas del proveedor de Internet, saturación de los deficientes sistemas informáticos de los bancos e insuficiente capacidad del sitio del Sistema de Administración Tributaria (SAT).
El documento señala que si bien el pago individual de impuestos facilita la administración tributaria, para los usuarios implica más gasto en servicios de contabilidad, navegación en Internet o hacer más fila en los bancos; además, esta modalidad obliga al uso de claves confidenciales para autorizar transferencias bancarias, lo que puede propiciar fraudes.
Para muchas micro, pequeñas y medianas empresas, agrega la consultora, pagar impuestos por Internet significa comprar una computadora, contratar servicio de Internet e incluso invertir en capacitación. Además, México es uno de los pocos países donde el pago de impuestos implica un costo adicional de 2 mil a 3 mil pesos en comisiones para los bancos.
De acuerdo con cifras oficiales, en el año 2000 había poco más de 7 millones de contribuyentes activos obligados a declarar impuestos; de ellos, 93 por ciento son personas físicas 7 por ciento personas morales.
Si cada contribuyente dedica una hora a pagar sus impuestos y cada hora tuviera un costo de 5.26 pesos (con base en el salario mínimo general de la zona A), resulta que esta pérdida de tiempo le costará poco más de 442.5 millones de pesos a la economía mexicana cada mes.