Apelará ante la Suprema Corte, bajo régimen
civil
Ratifica corte islámica condena de lapidación
a mujer en Nigeria
DPA
Nairobi/abuja, 19 de agosto. Una corte de apelaciones
del norte de Nigeria confirmó la condena a muerte por lapidación
contra Amina Lawal, de 31 años, quien fue acusada de adulterio.
Tras
cinco semanas de deliberaciones, los cuatro jueces que se rigen por la
sharia (ley islámica) anunciaron el fallo en Funtua (estado
de Katsina), en un caso que aumenta la tensión en el país,
dividido por motivos religiosos.
La sentencia sorprendió a las organizaciones de
derechos humanos que apoyan a Lawal, quienes criticaron el fallo y anunciaron
que apelarán a la Corte Suprema del país, última instancia
que queda y que se rige bajo el derecho civil y no el islámico.
El delito de la mujer fue quedar embarazada poco antes
de que se cumplieran dos años de su divorcio, lo que según
la sharia es considerado adulterio. La ley islámica fue introducida
en 12 estados musulmanes del norte del país en los últimos
dos años, por lo que Nigeria se encuentra jurídicamente dividida
en dos sistemas.
De concretarse el fallo, Lawal podría ser la primera
mujer lapidada en Nigeria por adulterio.
En marzo fue condenada por un tribunal pese a que no recibió
asistencia jurídica. Poco después la sentencia fue pospuesta
por dos años para que en ese tiempo se dedique a criar a su hija
Wasila, de nueve meses de edad. Su familia debe entregarla en enero de
2004 para la ejecución.
Lawal es la segunda mujer condenada a muerte por adulterio,
luego del caso de Safyia Hussaini, madre de cinco niños, quien fue
finalmente liberada por una corte islámica de apelaciones en Sokoto
en marzo pasado.
Los casos de ambas han atraído la atención
internacional y causado tensión en Nigeria. El gobierno del presidente
Olusegun Obasanjo declaró anticonstitucional la sharia, pero
hasta ahora no se ha enfrentado con los tribunales islámicos.
Zanfara fue el primer estado en introducir la ley islámica,
en 1999, y ha cumplido ya numerosas sentencias de amputación de
miembros y latigazos.
"Un musulmán no debe ser castigado de forma más
severa por un delito que otro nigeriano cualquiera", dijo en marzo pasado
el ministro de Justicia, Godwin Agabi.
Algunos analistas internacionales creen que el caso puede
convertirse en una nueva batalla por el poder en ese país, dividido
por la religión, justo antes de las elecciones presidenciales a
cebrarse en mayo de 2003.