MUSICA DE BACH Y DE THE PRODIGY MATA A RATONES

Londres, 19 de agosto. Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge fue amonestado por haber provocado la muerte de ratones de laboratorio haciéndolos escuchar música tecno y de concierto a volumen muy alto bajo el efecto de anfetaminas, declaró este lunes el Ministerio Británico del Interior. Siete ratones, drogados con anfetaminas, murieron después de haber sido obligados a escuchar música de The Prodigy, conocido grupo de tecno. Otros cuatro tuvieron la misma suerte después de oír el Concierto para violín en la menor, de Juan Sebastian Bach. La investigación fue iniciada a petición de la Unión Británica para la Abolición de la Vivisección. El experimento se realizó con 238 ratones. A la mitad se les inyectó anfetaminas o speed y al resto agua salada. La segunda mitad durmió sin problemas, pero la música a volumen muy alto provocó daños cerebrales graves a los que habían recibido anfetaminas, llevando a la muerte a 11. Esos resultados sugieren que la audición a volumen alto del tipo de música que escuchan los jóvenes en las discotecas aumenta los efectos tóxicos de las drogas. "El estudio sobre las relaciones entre droga y música forma parte de una investigación sobre la enfermedad de Huntington", padecimiento neurológico raro que afecta a una de cada 10 mil personas. El equipo de Cambridge obtuvo una licencia para experimentar con animales, según el ministerio.

nueva york. La directora estadunidense de cine trash (basura) Doris Wishman, que con cintas pornográficas de bajo presupuesto se convirtió en los años 70 en figura de culto, murió el 10 de agosto en Coral Gables, Florida, informó hoy el NewYork Times. La edad a la que falleció no está clara. Según su pasaporte, tenía 82 años; su familia, en cambio, sostiene que se acercaba a los 90. Las alrededor de 30 películas que rodó esta autodidacta en Nueva York, que algunos consideraban pornografía de aficionados y otros una búsqueda artística de la liberación sexual y espiritual, tuvieron una segunda época de gloria en los 90, cuando la Universidad de Harvard las rescató de su archivo y les dedicó una retrospectiva. Sus cintas, entre las que figuran A night to dismember y Nude on the moon, fueron filmadas muchas veces en contra de todas las reglas cinematográficas. Largos planos de los pies, poca nitidez, diálogos murmurados y actores a los que sólo se ve por la espalda durante mucho tiempo cuando hablan son algunas de las características de sus producciones. Su película porno soft Nude on the moon, en la que astronautas se enamoran de niñas habitantes de la luna desnudas, fue censurada en Nueva York con el argumento de que los campos nudistas en el satélite no eran realistas. Bad girls go to hell (1966), en la que reflejó la pesadilla de una mujer que asesina a su violador y luego se ve envuelta en una red de crímenes y persecuciones, se convirtió en una cinta de culto.