CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Complicidad PRI-PAN
EN EL SEGUNDO periodo del neoliberalismo en el país, que inició Miguel de la Madrid y continúa hasta la fecha, el panismo cómplice llegó hasta Los Pinos para acordar con Carlos Salinas las condiciones políticas que dieran viabilidad al proyecto de gobierno que ha llevado a la pobreza a más de 60 por ciento de los mexicanos.
AYER, OTRA VEZ, bajo el mismo proyecto, PRI y PAN se reunieron en el mismo lugar para determinar la aprobación de una ley definitivamente contraria a los intereses de México.
LA DIFERENCIA ENTRE lo que pasó con Salinas y lo ocurrido ayer de noche es la posición que guardaron entonces las partes. Esta vez Vicente Fox, el PAN, estuvo en la cabecera de la mesa y el PRI fue el cómplice, pero el acuerdo es tácito. El proyecto de estas dos organizaciones políticas va en el mismo sentido: beneficiar a la iniciativa privada por encima de las necesidades y urgencias de la gente.
DE LA REUNION con Salinas, Acción Nacional pagó una mínima parte, el PRI asumió los costos políticos, pero ahora el mismo tricolor quiere tener el menor costo y supone que será el PAN quien corra con la mayor parte de la deuda política hacia la sociedad.
Y ES EN ese punto donde todo hace indicar que la historia no se repetirá. La señora Elba Esther, que asume con felicidad el papel de Diego Fernández en aquella reunión con Salinas, más que ser cuestionada por los militantes de su partido, ha causado una nueva ola de deserción en el PRI.
NO SE TRATA de anuncios o de conferencias de prensa donde se maldiga la actitud de la señora -la frustración de los militantes priístas ya no da para tanto-: uno a uno, algunos incluso en grupo, han hecho maletas y con toda la carga de su desesperanza abandonan el barco con la conciencia del inevitable naufragio.
CADA UNO, CUANDO menos con los que he podido platicar del asunto, fue entusiasta defensor del madracismo e incluso se plegó a la idea de saberse bajo el mando de Elba Esther; todos lo aceptaron.
EL ENEMIGO, LO tenían como certeza, estaba en Los Pinos y se vestía de azul. La batalla se daría en un campo donde no cabían los acuerdos ni las componendas; era -lo decían animados- una lucha a muerte entre dos formas de ver el país -así lo decían- totalmente diferentes.
PRONTO TERMINO LA ilusión. Elba Esther se halla más cercana a Fox que al propio Madrazo, quien tampoco está muy alejado de la visión panista, y eso, a una buena parte de los priístas de cepa les ha dado la puntilla.
LO GRAVE DEL asunto es que descontrolados como se encuentran han optado por subirse al primer barco que pasa, sin tener en cuenta que en los mares de la política de hoy navegan muchos piratas.
TARDE SE DARAN cuenta del error. Ya embarcados descubrirán los verdaderos colores del buque y tal vez ya no exista otra oportunidad para rehacer el camino, tal vez se hallen con que al mando de su barco de salvación también esté otro "líder", igual o peor del que huyen, y aunque vista galas de almirante tendrá junto a sí como capitana a Elba Esther, pero ya será muy tarde.
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