El mandatario fue prolífico en promesas y optimismo al reunirse con labriegos

Fox pide a campesinos e indígenas dedicarse a trabajar y no a grillar

Almorzó en Hidalgo con la familia 4 millones en recibir apoyos del programa Oportunidades

JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO

La Palma, Hgo., 21 de agosto. Se lanzó contra los "grillos" que no trabajan, pidió que "en buen plan" el Congreso le apruebe sus iniciativas de reformas al sector energético, presumió encabezar un gobierno que "ya no impone ni reprime", festejó ante campesinos que no habían almorzado la "rica" barbacoa que él ya había degustado en la mesa de la familia "4 millones" del programa Oportunidades (antes Progresa), y puso por delante a su esposa en el compromiso de llevar computadoras a una escuela de la localidad... así anduvo el presidente Vicente Fox Quesada este martes en gira por Hidalgo.

También fue prolífico en sus promesas: con hechos "vamos a demostrar" que nuestra prioridad son los millones de mexicanos en la pobreza, habrá proyectos productivos para todos, becas para escuela y oportunidades para que tengan un patrimonio propio, se construirán el próximo año 15 hospitales generales de tercer nivel, "de alta especialidad", en todo el país, y se dispondrá -por medio de los Pideregas- de 400 mil millones de pesos para invertir en Pemex, en gas, en petroquímica y en energía eléctrica.

Es el país en la visión de Fox, donde "no cabe el desánimo", ni se vale "quejarse". Es el país que se puede construir "echando a andar la imaginación y la inteligencia", cualidades que también prometió, pues en este gobierno "cuando topamos con pared, no nos cruzamos de brazos".

Oportunidades, entre "rica" barbacoa

Preparado todo con anticipación por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso), el Presidente llegó temprano a la comunidad de Huixmi (a unos 20 minutos de Pachuca) acompañado por la titular del área, Josefina Vázquez Mota, y del gobernador Manuel Angel Núñez Soto.

Jorge Copca y Elvira Hernández, que con sus hijos David, Jorge Felipe y América fueron elegidos como "la familia 4 millones en recibir los beneficios del programa Oportunidades", tuvieron la responsabilidad de ser anfitriones del mandatario. En los alrededores del domicilio también se reunió a unos 100 campesinos, todos simpatizantes del Presidente.

En la casa -una pieza de cuatro por seis metros- desayunarían con Fox. Consomé y barbacoa, refrescos y café, llenaron la mesa de la "privilegiada" familia, como la calificó Vázquez Mota.

El Estado Mayor Presidencial permitió sólo unos minutos la presencia de los medios. La secretaria y el gobernador flanqueaban a Fox al centro del comedor. Frente a ellos los tres niños y doña Elvira, nerviosa ante tanta cámara, ponía tortillas, servía el consomé y acercaba los platos con barbacoa.

Poco hablaba don Jorge, taxista a veces y otras jornalero. Sin entrada fija de recursos. Fox se ocupó de los niños, que un poco más sueltos que sus padres, contaron que van a la escuela. Que les gusta estudiar y ayudar a su mamá. A los niños les gusta el futbol y le van "al América y a los tuzos del Pachuca".

Los reporteros -también convidados a la barbacoa- fueron invitados a salir de la casa y esperar afuera al mandatario. Después de poco más de una hora Fox salió sonriente del almuerzo. Su optimismo aumentó cuando fue ovacionado por la centena de campesinos que seguían ahí.

Tal vez esperaban un saludo, un mensaje. A ellos no les tocó el privilegio de ser "la familia 4 millones", pero seguramente querían hacerse oír. Fueron generosos en el aplauso. A cambio sólo escucharon el fuerte grito de Fox:

-ƑYa almorzaron?

-šNooooo!

-šAhhh! šPues yo ya..! -contestó el mandatario llevándose la mano izquierda al estómago y alzando el pulgar de la derecha.

"Le voy a decir a la señora Marta"

Fox y sus acompañantes ya se dirigían a la escuela primaria de la localidad. A sugerencia de doña Elvira, iría a constatar "todo lo que hace falta".

Ahí estaban los niños formados. De primero a sexto grado se aprendieron las porras que dirigía su profesor. "šGracias señor Presidente!", era la frase recurrente.

El maestro Alfredo Muñoz solicitó a Fox más aulas, la construcción de una secundaria y computadoras.

"Bueno, está bien", les dijo el Presidente, "pero hay que entrarle también al Programa de Escuelas de Calidad, šeh!"

Tiene que haber calidad de instalaciones, de equipos, de maestros, de alumnos, planteó el Presidente. Y ofreció: "vamos a ver las dos cosas: la calidad y, bueno, de las computadoras, le voy a decir a la señora Marta (Sahagún)".

-šAh, claro que sí! -se le iluminaron los ojos al profesor de la primaria rural Ignacio Zaragoza de Huixmi.

-Sí, ella te va a mandar las computadoras, por medio de la fundación Vamos México -dijo convencido el Presidente, para luego añadir: "Yo me encargo, con la señora Marta, para mandarlas rápido".

"Talento e inteligencia", promete para cumplir ofertas

Fox seguía alegre, hasta despreocupado parecía por momentos. Confió a los reporteros sobre el desayuno: "muy rico, muy rico... pero sobre todo la plática. Fue una plática que motiva mucho".

Y de la escuela primaria se trasladó a la vecina comunidad de La Palma, donde estaba todo preparado también para la presentación oficial de la "familia 4 millones". Cientos esperaban al Presidente. Seguía la sintonía profoxista, sólo un poco empañada aquí por un pequeño grupo que gritó al paso de la comitiva presidencial: "tierras sí, aeropuerto no".

Pero ni caso les hizo Fox a quienes temen que se retome la idea de construir en esta entidad el nuevo aeropuerto, una vez abandonado el proyecto en Texcoco. "Los engañaron, no hagan caso... no hay nada", dijo el Presidente. Y efectivamente, no hay nada sobre el destino de la nueva terminal aérea.

El ánimo profoxista se retomó en la presentación de los integrantes del presidium. Aplausos para todos y un sonoro abucheo al gobernador Núñez Soto, el único priísta de entre los más visibles. Se vieron tan mal los panistas que la regidora de Pachuca, Marisol Vargas, les pidió compostura y respeto para todos. Ella, a final de cuentas, compartía la responsabilidad institucional del acto, ante el accidente que tuvo el alcalde José Antonio Tellería, que sufre un derrame cerebral.

Llegó el momento de las promesas, de las ofertas, todas para los más pobres de este país, que tendrán "oportunidades" en educación, en vivienda, en salud, en trabajo, en proyectos productivos. Porque ahí, donde haya pobreza, "estaremos enfilando todas nuestras baterías", enfatizó Fox Quesada.

Porque a pesar del "escasísimo margen de maniobra que heredamos", no hay en ningún otro país de América Latina donde exista un programa que dé cobertura a tanta población. Son 4 millones de familias en Oportunidades, son "algo más de 21 millones de mexicanos y mexicanas... es prácticamente el doble que se tenía en 2000", cuando al programa se le conocía como Progresa, festejó el mandatario.

"Habremos de escribir una gran historia de éxito", subrayó el mandatario.

El momento culminante de las promesas vino más adelante, en la zona arqueológica de Tula de Allende, donde se firmó el convenio para su rescate y desarrollo turístico entre el estado y la Federación.

Allí, Fox fue efusivo: "no venimos a quejarnos sino a dar soluciones... y si nos topamos con pared en limitaciones presupuestales y de ingresos, no nos cruzamos de brazos, šechamos a andar el talento y la inteligencia!"

Con ese "talento" y con esa "inteligencia" se invertirá en nuestra industria y "vamos a dedicarnos a construir universidades, hospitales, escuelas, caminos, carreteras, agua potable, drenaje...". En fin, el nuevo México en la visión de Fox.

Y para lograrlo, sólo terminó exigiendo: "šhay que dedicarse a trabajar y no a grillar!".