Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 26 de agosto de 2002
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Política
REPORTAJE

MEDICAMENTOS: ALTERNATIVAS DE PRECIO, CALIDAD Y ABASTO

En cinco años se superará el problema, afirma

Venden fármacos que no han probado eficacia: Ssa

Parte de la problemática está en el precio de los medicamentos, que se ha disparado. Tan sólo entre 1996 y 1998 se incrementó en promedio 200 por ciento, por lo que las autoridades sanitarias buscaron alternativas en los genéricos intercambiables, casi en el mismo momento en que surgieron los similares. En ese contexto, en breve se anunciará la nueva política farmacéutica oficial

ANGELES CRUZ /I

En México, la calidad de los medicamentos no está garantizada y un sinnúmero de los que están a la venta en el mercado privado, así como la mayoría de los que se distribuyen en las instituciones públicas, nunca han certificado su efectividad terapéutica, afirma la Secretaría de Salud (Ssa).

Lo anterior, sumado al sistemático desabasto de medicinas, que en algunas zonas del país llega a 40 por ciento, y a que una quinta parte de los mexicanos posterga la atención de su salud, e incluso la cancela por carecer de los recursos económicos para sufragar esos gastos, conforman una compleja y grave situación sanitaria que ya es insostenible, manifiesta.

Parte de la problemática está en el precio de los medicamentos, que se ha disparado. Tan sólo entre 1996 y 1998 se incrementó en promedio 200 por ciento, por lo que el gobierno buscó alternativas en los genéricos intercambiables (GI), casi en el mismo momento en que surgieron los similares.

En víspera de que el gobierno federal anuncie su nueva política farmacéutica integral, Miguel Angel Lezana, coordinador de asesores de la Ssa, admite que hasta ahora los esfuerzos por superar el rezago han sido aislados y han tenido muy poco éxito.

Entre los retos que debe enfrentar el sector salud en este rubro, señaló que se debe mejorar el abasto, los precios y las acciones de los gobiernos para impulsar la investigación, el desarrollo y transferencia tecnológicas. Asimismo, lo relativo a las patentes, los registros de los fármacos, la comercialización, la distribución y las compras del sector público y privado. También, la publicidad, la prescripción y el uso racional de los fármacos, e incluso la piratería y el contrabando.

Desabasto de hasta 40 por ciento

Respecto al desabasto, la Ssa admite que en algunas zonas del país y en determinados momentos llega a ser de 40 por ciento. Lezana explica que el problema es complejo y en parte tiene su origen en las políticas que se siguen en las compras del gobierno. De entrada, son distintas para cada una de las instituciones del sector. Mientras la Ssa está totalmente descentralizada, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no es así. Además existe la sospecha de que hay actos de corrupción, aunque todavía no es posible determinar de qué magnitud. Van desde el robo hormiga hasta cuestiones de más alto nivel, relacionadas con las licitaciones públicas, afirma.

"Sin duda faltan recursos económicos", admite, aunque también incide en la problemática que no se tengan mecanismos más eficientes para comprar y distribuir.

Por eso el gobierno federal evalúa incorporar en la nueva estrategia a empresas exitosas en la distribución de productos a los lugares más alejados. Además se abordarán los problemas de insuficiencia de recursos, eficiencia en la administración y transparencia en los procesos administrativos.

Lezana agrega que uno de los pilares de la nueva política son los GI, a los que se dará nuevo impulso. A cuatro años de haber iniciado el programa de genéricos, apenas representan 3 por ciento del mercado, unas 50 millones de unidades (cajas).

Para ingresar al catálogo de GI, los fármacos deben acreditar una serie de pruebas clínicas (bioequivalencia, biodisponibilidad y disolución, entre otras), con las que se asegura la calidad y la eficacia curativa de los productos que no tienen el respaldo de la investigación y el desarrollo tecnológico de los medicamentos de patente.

En países como Estados Unidos y los europeos, los GI representan de 20 a 30 por ciento del mercado de medicamentos. Idealmente, México debería llegar a esos niveles. Pero si hasta ahora la participación de los genéricos es poco significativa, esto se debe, entre otros factores, a que el sector público, que es el mayor comprador, no los adquiere.

Por eso, el pasado 7 de junio el Consejo de Salubridad General determinó que las instituciones de salud gubernamentales deben privilegiar la compra de GI, "siempre y cuando estén disponibles en el mercado nacional y con la garantía al Estado de las mejores condiciones a la población en cuanto a calidad, precio y oportunidad".

En la licitación de medicamentos para el segundo semestre del año, el IMSS compró genéricos en 159 claves de su cuadro básico, compuesto por 752 claves distintas.

Lezana expresa que el acuerdo de dicho consejo motivará a los laboratorios a producir GI, y asegura que la mayoría de los fabricantes nacionales están en condiciones de incorporarse a esta área de comercialización. Si no lo han hecho, explica, es porque no han tenido ninguna presión para ello.

Con el mercado de genéricos, en 1998 se inició el camino para que las autoridades sanitarias del país revirtieran "algo que durante años se ha hecho mal", dice Lezana: otorgar registros de salud a medicamentos sin que exista evidencia científica de su efectividad.

No es que dichos productos, conocidos sólo como similares, genéricos o copias, sean malos. Para obtener el registro de la Ssa debieron aprobar una serie de requisitos de fabricación, materias primas y lugar de elaboración, pero ninguno relativo a su eficacia curativa.

Una discusión que se pudo evitar

Rafael Gual, secretario ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica, opina que la exigencia de las pruebas de intercambiabilidad para obtener el registro sanitario debió ser, desde un principio, parte de una filosofía de seguridad nacional. Se habría evitado en mucho la discusión que en 1997 se dio entre la Ssa y los laboratorios farmacéuticos, cuando el gobierno pretendía introducir los GI.

Los empresarios pugnaron, entre otras cosas, por que se aclarara que no era suficiente que algunos medicamentos tuvieran la misma sustancia activa, sino que debían comprobar tener el mismo efecto curativo que el innovador. Esa disputa duró varios meses, e incluso fue aprovechada por algunos laboratorios nacionales para lanzar al mercado los similares o equivalentes, que son más baratos que los originales, y que la industria farmacéutica critica porque, dice, no garantizan su calidad terapéutica.

Más recientemente, la Ssa anunció que se modificará la Ley General de Salud y el reglamento respectivo para renovar los registros de medicamentos cada cinco años y exigir las pruebas de intercambiabilidad a todos los químicos que se venden en el país. En un lustro, sólo estarán disponibles fármacos que hayan demostrado su efectividad.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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