José Agustín Ortiz Pinchetti

El plebiscito que viene

¡LIMITAN INFORMACION sobre segundos pisos!, advirtió el jueves Angel Alceda, presidente de la Asociación de Ingeniería de Transportes, mientras los partidos sólo emiten críticas o halagos al proyecto; en Morelos, esos mismos partidos demandan plebiscito sobre el ex Casino de la Selva. El uso de la consulta está arraigando poco a poco. Las encuestas de los noticieros, al vapor, y los sondeos de opinión, van en esa dirección: es importante lo que piensa la gente.

UN PLEBISCITO es una cuestión de otra calidad. Es un ejercicio de democracia directa a través del cual, sin la mediación de los representantes, el ciudadano manifiesta su opinión respecto de una decisión de Estado. Este mecanismo democrático tiene carácter vinculatorio: obliga al gobierno a no actuar si la respuesta es negativa.

SE VINCULA el origen de esta práctica a las deliberaciones del pueblo o plebe -los habitantes no patricios de la Roma antigua- convocadas por el tribuno, quien representaba y defendía los intereses del sector popular, la CNOP de la época. Este ejercicio adquirió vigencia después de la Revolución Francesa, y se volvió muy frecuente en algunos países. En América Latina, Uruguay ha hecho uso de él 14 veces durante el siglo que acaba de terminar, seguido por Chile, Ecuador y Puerto Rico. En Europa, en Suiza tiene un uso casi cotidiano. Es también frecuentemente usado por las tiranías, que inducen la respuesta. En España, la dictadura de Franco lo aplicó, y después de su muerte, en los setentas, una reforma democrática fue aprobada por el pueblo mediante un referéndum. Algo similar ocurrió en Chile después de la era Pinochet. ¡En Cuba 97.7 por ciento de la población acaba de pronunciarse por el socialismo perpetuo!

EL PLEBISCITO que el Distrito Federal está preparando tiene una importancia particular. Es el primero que se realiza oficialmente entre los ciudadanos de nuestra capital y el segundo en la historia del país. Recientemente, el 26 de agosto de 2001, tuvo lugar en Veracruz una consulta de esta naturaleza, sobre temas tan diversos como prevención del delito, asuntos presupuestales y cuestiones culturales. Fue un éxito.

LA JORNADA de consulta del próximo 22 de septiembre puede convertirse en una lección, tanto para las autoridades como para los ciudadanos capitalinos, más allá de las cifras. Ganaremos experiencia en estos usos democráticos y podremos probar nuestra capacidad de resolver competentemente y conjuntamente cuestiones controversiales e importantes. También será una gran oportunidad para los jóvenes de la ciudad, quienes podrán pronunciarse sobre un asunto que les interesa, de manera directa y sin esperar a los años electorales, tal vez estrenando su recién adquirida credencial de votante. El plebiscito nos permitirá a todos sentirnos parte de una decisión y de un destino para la ciudad, de manera vivencial, con resultados inmediatos. Las instituciones democráticas se construyen así.