Los despidos no son un ajuste de cuentas con el equipo de Toscano, dice Saúl Juárez
Se respetarán todos los proyectos en Teatro y Danza
Enrique Singer y Marco Antonio Silva toman posesión en el INBA
CARLOS PAUL
Cada uno de los proyectos que se tienen programados en las coordinaciones nacionales de Teatro y Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) "serán respetados de principio a fin", afirmó ayer, en entrevista, Saúl Juárez, luego de dar posesión a Enrique Singer y Marco Antonio Silva como nuevos titulares de esas instancias, respectivamente.
Juárez reiteró que "no habrá un nuevo reacomodo" y que los ceses del lunes no constituyen un ajuste de cuentas con el equipo de Ignacio Toscano, anterior director del INBA, quien duró en el cargo poco menos de un año.
"Si hubiera traído la espada desenvainada (desde el comienzo de mi gestión) para cortar todo lo que se había hecho en la administración anterior, lo hubiera hecho de inmediato y me hubiera ahorrado comentarios", dijo.
Con esas destituciones, agregó, "no hay ninguna intención personal ni política, sino la de fortalecer al instituto".
En el caso del Museo Carrillo Gil, cuyo titular es ahora Carlos Ashida, a causa de la renuncia de Patricia Sloane, el director del INBA señaló que "en su momento le dije a Sloane que había que esperar sobre el cambio de la subdirectora Sylvia Navarrete, que había que pensarlo. Eso fue lo que motivó su renuncia. No quisiera que este asunto se convirtiera en dimes y diretes. Lo importante es que ahora hay un nuevo director".
La manera sorpresiva como fueron destituidos Otto Minera y Héctor Garay, titulares de Teatro y Danza, respectivamente, según Juárez, "no esconde nada atrás, no esconde que quisiéramos darle un albazo".
Para Garay, quien se define como "un promotor cultural profesional", la destitución fue "tan sorpresiva como cuando me invitaron", mientras que Minera, al preguntarle si había renunciado, respondió: "A mí me pidieron la oficina. Se me dijo: ya tengo listo un nuevo plan de trabajo y necesito a otra persona. Eso me dijeron el lunes a las 12 del día, y que el martes a las 10 de la mañana entregaba la oficina. El director de Bellas Artes, entiendo, ha estado planeando su proyecto de acción en estos meses y encontró que necesitaba un cambio para la Coordinación Nacional de Teatro que vaya más de acuerdo con sus planes y con el tipo de trabajo que proyecta hacer. Fue un requerimiento que se me hace normal, pues todo jefe tiene esa prerrogativa". Respecto de si este cambio tiene que ver con desplazar a las personas que trabajaban en la gestión de Ignacio Toscano, Minera reflexiona: "Nadie me ha dicho eso, sin embargo, creo que al teatro o a cualquier otra área no le hace bien que se tomen decisiones con base en pugnas políticas. Espero que éste no sea el caso, sino que haya sido una decisión a partir de una visión de trabajo. Sería muy penoso y peligroso que las decisiones se tomaran por razones extrateatrales. Lo único que considero, en este momento, es que hay un plan de trabajo distinto al mío y que por el teatro esperamos que sea una magnífico plan".
Enrique Singer, artífice del proyecto, comenta: "Trataremos de que sea un trabajo incluyente, en el que los grupos teatrales jueguen un papel importante y todo gire en torno a la Compañía Nacional de Teatro, agrupación con la que hay que trabajar de manera radical. Hay que armarla de tal manera que podamos construir una institución transexenal y dependa menos de los vaivenes de la voluntad personal de quien ocupe la coordinación".