Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 11 de septiembre de 2002
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Cultura
ENTREVISTA /PIERRE BROUE, DIRECTOR DEL INSTITUTO TROTSKY

EU paga para cerrar archivos de la ex Unión Soviética

A LOS RUSOS "EN ESTE MOMENTO NO LES INTERESA LA HISTORIA"

Hombre polémico, el historiador y escritor no tiene duda: "la actualidad de León Trotsky es total, porque es la única alternativa al capitalismo y al poststalinismo. Es el único que pensaba que se necesitaría tener dos, tres y cuatro partidos políticos"

RENATO RAVELO

La policía juega en la actualidad un papel mucho más importante porque es el poder, opina el historiador Pierre Broué, "es la fuerza de coerción del gobierno. Tenemos grupos especiales de represión contra las manifestaciones en la calle, contra los obreros, muy bien pagados y formados. Se ha perfeccionado la represión", sostiene el director del Instituto Trotsky de Francia.

Para Broué, de las "mil maneras de luchar por la revolución, acercarse a la verdad histórica" es una de ellas, la que él eligió a los 14 años por influencia de sus abuelos. El reconocido especialista en León Trotsky considera que la apertura de los archivos de la ex Unión Soviética, por parte de sus colegas rusos, ha sido tomada con poco entusiasmo "por falta de recursos e interés por la historia".

"Personalmente no he vuelto a Rusia desde hace años -comenta-, pero mis amigos hablan de esos archivos cerrados por universidades estadunidenses mediante el pago en efectivo. Sé que el archivo denominado Fondo Stalin fue, en un principio, de puertas abiertas, y dos meses después lo cerraron. Nosotros podemos imaginar sus problemas. Hay un libro, ignoro su dimensión, con nombres de todos los rusos detenidos."

El historiador hace muy poco en uso de esa apertura tuvo oportunidad de ser presa de una súbita emoción cuando dos nombres, que para nadie más significarían algo, aparecieron ya no como fragmentos o referencia, sino como una película completa, con su fecha de nacimiento, registro policial y fecha de muerte. Se trataba de dos empleados de la empresa de edición que escondió y protegió parte de la obra de Trotsky en un periodo difícil.

"Soy un hombre de mucha memoria", dice sin ánimo de superioridad en la entrevista que es grabada por el realizador Adolfo García Videla, quien prepara para TV UNAM un documental con Broué. Lo acompañan Esteban Volkow, nieto del revolucionario ruso, así como Carlos Ramírez Sandoval, director de la casa-museo Trotsky, donde la noche de este miércoles Pierre Broué impartirá una conferencia magistral sobre el exilio, con comentarios de Adolfo Gilly.

Su trabajo con la memoria es de resistencia. Su libro sobre los procesos que emprendió Stalin en 1936, para suprimir la oposición, se convirtió en piedra de toque para la discusión que posteriormente se emprendió: "los rusos dicen en broma que se subieron sobre mis hombros para ver su historia".

Hombre que no olvida y cuyo trabajo remite constantemente a palabras como capitulación, conspiración, decapitar, sabotaje y traición, reconoce que no se pierde la objetividad cuando se hace la referencia a hombres que fueron, en cierto sentido, excepcionales. Hombre polémico, al que algunos atacan por esa exclusividad que pretende guardar sobre el tema, no teme usar la palabra revolución, por el derecho que le da la memoria.

La actualidad de Trotsky es total, declara, "porque es la única alternativa al capitalismo y al poststalinismo que tiene la misma especie. Es el único que un día pensaba que se necesitaría tener dos, tres y cuatro partidos. Pero los propios trotskistas se dicen bolcheviques-leninistas. Para su actualización se requiere de una acción democráticamente dirigida, con asambleas. Esa era la gran diferencia con los otros".

Su labor no es la acción, sino esa tensión que guarda la reflexión histórica que demuestra, una y otra vez, los huecos de la impunidad, pero sin perder de vista el lado de la comprensión histórica.

-¿En esta apertura de archivos hay la posibilidad de que historiadores no rusos encuentren más documentos que permitan esclarecer la historia?

-Puede decirse que sí, pero ciertamente en el periodo de gobierno de Mijail Gorbachov se dio una situación más interesante. Tanto que se llegó a extremos, como cuando Víctor Petrovich Danilov publicó un ensayo en el que elogiaba a Trotsky y mi libro sobre él, y esto le ocasionó que le retiraran el pasaporte. Luego tuvo oportunidad de publicar sus trabajos.

-¿Qué elementos habría que buscar?

-Por ejemplo, un joven historiador francés recientemente ha publicado extractos de los archivos sobre la represión. En éstos se documenta el furor que tuvo Stalin, porque algunos de sus compañeros habían sido condenados por haber matado a unos hombres. Estos, a su vez, habían encontrado la muerte por haber robado unas manzanas.

-¿Y para los historiadores rusos?

-En primer lugar, ellos no tienen dinero. En este momento no les interesa la historia. Hay un método para obtener dinero de los estadunidenses. Fui a Rusia para escribir un libro sobre la influencia que se tuvo durante la guerra civil en España. Todos los documentos me los proporcionaron y un año después otros historiadores me dijeron que era imposible. Y es que, cuando les interesa a los estadunidenses, pagan para cerrar los archivos. Eso es un problema.

-Afirman que este miércoles va a hablar sobre el exilio español...

-En realidad lo haré sobre el exilio en general. Ahora tendríamos que hablar sobre la migración, de cómo la política en el mundo hace que la mitad de los habitantes de una región esté tratando de entrar a la otra mitad. Este es un problema histórico y voy a explicar todo esto. En segundo término, hay que hablar de la importancia de este exilio para los latinoamericanos, como lo demuestra el ejemplo de Cuba. El exilio ha abierto puertas, como en su momento fueron los Procesos (de Stalin), que generaron los Contraprocesos (que Trotsky comenzó en México en abril de 1937), que no fueron completos como el que se hizo en la Casa Azul de Diego Rivera. El exilio tuvo una gran importancia para el mundo.

Pierre Broué actualmente termina una obra sobre la lucha de los opositores en la ex Unión Soviética, en la que se le da rostro a ese periodo de la historia que ahora parece indiferente a propios y extraños. Para él, los archivos no se cierran "porque yo sé, en todo caso, que es una situación difícil para quienes trabajen en ellos recibir dinero. La gente que resguarda documentos es muy digna, muy especial. Lo sé yo, que en lugar de llegar con billetes verdes llegaba con flores y regalos. Uno debe saber cómo acercarse y a veces la manera más rápida no es la más efectiva".

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