ENTREVISTA /PIERRE
BROUE, DIRECTOR DEL INSTITUTO TROTSKY
EU paga para cerrar archivos de la ex Unión Soviética
A LOS RUSOS "EN ESTE MOMENTO NO LES INTERESA LA HISTORIA"
Hombre polémico, el historiador y escritor no
tiene duda: "la actualidad de León Trotsky es total, porque es la
única alternativa al capitalismo y al poststalinismo. Es el único
que pensaba que se necesitaría tener dos, tres y cuatro partidos
políticos"
RENATO RAVELO
La policía juega en la actualidad un papel mucho
más importante porque es el poder, opina el historiador Pierre Broué,
"es la fuerza de coerción del gobierno. Tenemos grupos especiales
de represión contra las manifestaciones en la calle, contra los
obreros, muy bien pagados y formados. Se ha perfeccionado la represión",
sostiene el director del Instituto Trotsky de Francia.
Para Broué, de las "mil maneras de luchar por la
revolución, acercarse a la verdad histórica" es una de ellas,
la que él eligió a los 14 años por influencia de sus
abuelos. El reconocido especialista en León Trotsky considera que
la apertura de los archivos de la ex Unión Soviética, por
parte de sus colegas rusos, ha sido tomada con poco entusiasmo "por falta
de recursos e interés por la historia".
"Personalmente no he vuelto a Rusia desde hace años
-comenta-, pero mis amigos hablan de esos archivos cerrados por universidades
estadunidenses mediante el pago en efectivo. Sé que el archivo denominado
Fondo Stalin fue, en un principio, de puertas abiertas, y dos meses después
lo cerraron. Nosotros podemos imaginar sus problemas. Hay un libro, ignoro
su dimensión, con nombres de todos los rusos detenidos."
El
historiador hace muy poco en uso de esa apertura tuvo oportunidad de ser
presa de una súbita emoción cuando dos nombres, que para
nadie más significarían algo, aparecieron ya no como fragmentos
o referencia, sino como una película completa, con su fecha de nacimiento,
registro policial y fecha de muerte. Se trataba de dos empleados de la
empresa de edición que escondió y protegió parte de
la obra de Trotsky en un periodo difícil.
"Soy un hombre de mucha memoria", dice sin ánimo
de superioridad en la entrevista que es grabada por el realizador Adolfo
García Videla, quien prepara para TV UNAM un documental con Broué.
Lo acompañan Esteban Volkow, nieto del revolucionario ruso, así
como Carlos Ramírez Sandoval, director de la casa-museo Trotsky,
donde la noche de este miércoles Pierre Broué impartirá
una conferencia magistral sobre el exilio, con comentarios de Adolfo Gilly.
Su trabajo con la memoria es de resistencia. Su libro
sobre los procesos que emprendió Stalin en 1936, para suprimir la
oposición, se convirtió en piedra de toque para la discusión
que posteriormente se emprendió: "los rusos dicen en broma que se
subieron sobre mis hombros para ver su historia".
Hombre que no olvida y cuyo trabajo remite constantemente
a palabras como capitulación, conspiración, decapitar, sabotaje
y traición, reconoce que no se pierde la objetividad cuando se hace
la referencia a hombres que fueron, en cierto sentido, excepcionales. Hombre
polémico, al que algunos atacan por esa exclusividad que pretende
guardar sobre el tema, no teme usar la palabra revolución, por el
derecho que le da la memoria.
La actualidad de Trotsky es total, declara, "porque es
la única alternativa al capitalismo y al poststalinismo que tiene
la misma especie. Es el único que un día pensaba que se necesitaría
tener dos, tres y cuatro partidos. Pero los propios trotskistas se dicen
bolcheviques-leninistas. Para su actualización se requiere de una
acción democráticamente dirigida, con asambleas. Esa era
la gran diferencia con los otros".
Su labor no es la acción, sino esa tensión
que guarda la reflexión histórica que demuestra, una y otra
vez, los huecos de la impunidad, pero sin perder de vista el lado de la
comprensión histórica.
-¿En esta apertura de archivos hay la posibilidad
de que historiadores no rusos encuentren más documentos que permitan
esclarecer la historia?
-Puede decirse que sí, pero ciertamente en el periodo
de gobierno de Mijail Gorbachov se dio una situación más
interesante. Tanto que se llegó a extremos, como cuando Víctor
Petrovich Danilov publicó un ensayo en el que elogiaba a Trotsky
y mi libro sobre él, y esto le ocasionó que le retiraran
el pasaporte. Luego tuvo oportunidad de publicar sus trabajos.
-¿Qué elementos habría que buscar?
-Por ejemplo, un joven historiador francés recientemente
ha publicado extractos de los archivos sobre la represión. En éstos
se documenta el furor que tuvo Stalin, porque algunos de sus compañeros
habían sido condenados por haber matado a unos hombres. Estos, a
su vez, habían encontrado la muerte por haber robado unas manzanas.
-¿Y para los historiadores rusos?
-En primer lugar, ellos no tienen dinero. En este momento
no les interesa la historia. Hay un método para obtener dinero de
los estadunidenses. Fui a Rusia para escribir un libro sobre la influencia
que se tuvo durante la guerra civil en España. Todos los documentos
me los proporcionaron y un año después otros historiadores
me dijeron que era imposible. Y es que, cuando les interesa a los estadunidenses,
pagan para cerrar los archivos. Eso es un problema.
-Afirman que este miércoles va a hablar sobre el
exilio español...
-En realidad lo haré sobre el exilio en general.
Ahora tendríamos que hablar sobre la migración, de cómo
la política en el mundo hace que la mitad de los habitantes de una
región esté tratando de entrar a la otra mitad. Este es un
problema histórico y voy a explicar todo esto. En segundo término,
hay que hablar de la importancia de este exilio para los latinoamericanos,
como lo demuestra el ejemplo de Cuba. El exilio ha abierto puertas, como
en su momento fueron los Procesos (de Stalin), que generaron los Contraprocesos
(que Trotsky comenzó en México en abril de 1937), que no
fueron completos como el que se hizo en la Casa Azul de Diego Rivera. El
exilio tuvo una gran importancia para el mundo.
Pierre Broué actualmente termina una obra sobre
la lucha de los opositores en la ex Unión Soviética, en la
que se le da rostro a ese periodo de la historia que ahora parece indiferente
a propios y extraños. Para él, los archivos no se cierran
"porque yo sé, en todo caso, que es una situación difícil
para quienes trabajen en ellos recibir dinero. La gente que resguarda documentos
es muy digna, muy especial. Lo sé yo, que en lugar de llegar con
billetes verdes llegaba con flores y regalos. Uno debe saber cómo
acercarse y a veces la manera más rápida no es la más
efectiva".