Sin sobresaltos, rindió ante diputados
su segundo Informe
Corrupción, principal causa de la desigualdad:
López Obrador
Defiende su política social Los cuestionamientos
no me producen conflicto de conciencia Seguiré llamando
a las cosas por su nombre
El Gobierno del Distrito Federal (GDF) enfrenta a "poderes
informales muy arraigados" que hacen prevalecer aún la corrupción
en algunos campos de actividad de la ciudad de México, denunció
Andrés Manuel López Obrador luego de ratificar su compromiso
de combatir y erradicar la "deshonestidad", dondequiera que se practique,
pues ha sido la que "más daño ha causado al país y
dado al traste con todo".
La
"deshonestidad de los gobernantes", insistió el mandatario capitalino
al dar lectura a su segundo Informe de Gobierno ante la Asamblea Legislativa
del Distrito Federal (ALDF), ha sido la principal causa de desigualdad
social y económica. Y reiteró la necesidad de combatir la
corrupción y sus excesos, pero no sólo abajo, sino "arriba",
donde están quienes delinquen y "ni siquiera pierden su respetabilidad".
El jefe de Gobierno puso especial énfasis al referirse
a las acciones de austeridad en el gasto de la administración capitalina,
el combate a la corrupción y el apoyo a los programas sociales,
como parte de una política integral que busca revertir las causas
de delincuencia en la ciudad de México, y no abordarla sólo
como un tema de "policías y ladrones".
Los cuestionamientos a nuestra política de desarrollo
social, dijo, "no me producen ningún conflicto de conciencia", aun
cuando "sé muy bien que nuestras acciones son tachadas de populistas
o paternalistas".
López Obrador defendió así el gasto
para los programas sociales de su administración y lo comparó
con el presupuesto de la Federación, que destinó este año
55 mil millones de pesos para obra pública en todo el país
y 27 mil millones de pesos para el pago de intereses del Fobaproa. Es decir,
"los banqueros recibieron la mitad de toda la inversión pública
del gobierno federal", destacó.
En la ALDF, el jefe de Gobierno apenas enfrentó
cuestionamientos que no fueron más allá de su política
social, la realización del plebiscito sobre el segundo piso en Periférico
y Viaducto y la consulta pública para la revocación de su
mandato, que se llevará a cabo el próximo 8 de diciembre,
según anunció.
Sin
más sobresaltos que una manta extendida por la fracción del
PRI, en la que se advertía sobre el "hombre que sustituye a las
instituciones" y convocaba a "despertar" porque "está naciendo un
nuevo caudillismo", el Informe del Ejecutivo local transcurrió en
una calma apenas sacudida por la risa que provocaron las frases ocurrentes
del diputado panista Salvador Abascal o del priísta Miguel Angel
Compeán.
Y sin querer las provocó también la legisladora
local del PT Eugenia Flores, quien propuso cursos de capacitación
para el gabinete del gobierno capitalino y para el mismo Ejecutivo local.
Y ya de paso, aprovechó para pedir una cita con el jefe de Gobierno.
López Obrador también hizo breve referencia
a la política laboral de su administración, que otorgó
a los trabajadores locales 8 por ciento de aumento salarial. Luego, frente
al líder del Sindicato Unico de Trabajadores del GDF, José
Medel, quien se encontraba entre los presentes en el recinto de Donceles,
expresó su respeto a la autonomía sindical y advirtió
una vez más: "No cederemos ante intereses personales o de grupo,
por influyentes o poderosos que sean".
La fracción del PRI, sin embargo, no dejó
pasar la ocasión y en voz de Compeán salió en defensa
de su compañero de bancada y líder del sindicato del Metro,
Fernando Espino, quien por cierto no acudió al recinto.
El diputado priísta reclamó a López
Obrador: "No puede tolerarse que se dedique a denostar a los legisladores
de nuestro partido, que son legítimos dirigentes sindicales".
Era la ronda de preguntas y respuestas y el jefe de Gobierno
reviró: "No voy a entrar en polémica por respeto a esta Asamblea".
Pero advirtió: "Voy a seguir exponiendo mis puntos de vista y seguiré
llamando las cosas por su nombre".
Así zanjó el tema López Obrador,
quien en su momento agradeció especialmente la presencia de Cuauhtémoc
Cárdenas, de Rosario Robles, presidenta nacional del PRD; del ex
regente Manuel Camacho Solís y de "mi amigo" Ricardo Monreal, gobernador
de Zacatecas.
Ya
afuera, también agradeció a las aproximadamente mil 500 personas
que lo esperaban a las puertas del recinto -en respuesta al llamado del
PRD capitalino para acudir a la ALDF y apoyar al jefe de Gobierno-, donde
compartió porras y apoyos con Cárdenas y Robles. Allí,
en un breve discurso, ratificó su compromiso con los menos favorecidos.
Todos ellos hicieron frente común contra diputados
e invitados de la oposición y uno que otro del mismo PRD.
La pasarela empezó con la llegada del líder
del PAN capitalino, José Luis Luege, a quien los manifestantes recetaron
una lluvia de mentadas de madre, envolturas y recipientes de galletas y
bebidas que no cesó hasta que entró al recinto: "Yo también
los quiero mucho", dijo.
El mismo trato recibieron el diputado del PRI, Jorge Schiaffino,
ante quien gritaron: "Borregos, güevones, por eso están
panzones", por lo que otros legisladores del mismo partido y del PAN optaron
por ingresar por la puerta trasera.
Uno de los momentos de mayor calidez fue cuando arribó
Cuauhtémoc Cárdenas, sobre quien se arrojaban las doñas
detrás de las vallas: "Ingeniero, aquí estamos sus mujeres".
"Se ve, se siente, Cuauhtémoc está presente".
Al final la Secretaría de Seguridad Pública
no reportó incidente alguno y la circulación en Donceles
se restableció a las tres de la tarde. ELIA BALTAZAR, MIRNA SERVIN
Y ANGEL BOLAÑOS