El área cultural de la televisora fue
reabierta a principios de 2001
Depuran la colección de arte de Televisa para
montar ''exposiciones propias''
Mil 73 piezas formaban ese acervo hasta septiembre de
1998, cuando cerró
Presenta en el Munal la muestra Lugar (es): la urbe
y lo contemporáneo
MERRY MAC MASTERS
La colección de arte contemporáneo perteneciente
a Fundación Televisa es objeto de un estudio que está a punto
de concluir, cuyos resultados dictarán el camino más apropiado
para que en el futuro siga dinámica. Las conclusiones determinarán
qué hacer, por ejemplo, con algunas piezas menores que tal vez lleven
20 años en bodega, así como regalos o donaciones de algunos
artistas que nada tienen que ver con el ''espíritu" del acervo,
asegura Mauricio Maillé Iturbe, coordinador de artes visuales de
la fundación. Esta ''depuración" conllevará un ajuste
en el número total de piezas.
Al cerrarse el Centro Cultural/Arte Contemporáneo
(CC/AC), el 20 de septiembre de 1998, se detuvo la adquisición de
obra para la colección de arte contemporáneo, que en ese
momento se calculó en mil 73 piezas. También quedó
sin funcionar la entonces Fundación Cultural Televisa, debido a
la restructuración económica que hubo en la empresa televisora.
Es más, la colección de arte contemporáneo
fue conferida en comodato al Centro de Cultura Casa Lamm -sin que saliera
de las bodegas de Santa Fe-, junto con la colección fotográfica
formada por las imágenes de Manuel Alvarez Bravo, el acervo de arte
prehispánico, el Retablo de la Virgen de los Dolores y la biblioteca
de arte.
Colaboración de Ery Camara
La
actual Fundación Televisa fue reabierta a comienzos de 2001 con
un nuevo proyecto; por un lado, de fomento social y, por otro, de fomento
cultural. De acuerdo con Maillé, tras una serie de negociaciones
con Casa Lamm, ''asumimos toda la responsabilidad, tanto de la colección
de arte contemporáneo como del retablo -se encuentra, en comodato,
en el Museo de Historia Mexicana en Monterrey-, y el acervo de arte prehispánico.
Maillé, quien llegó a la fundación con el equipo de
Sergio Vela, de inmediato se abocó a investigar de manera profunda
del estado actual de las colecciones.
Maillé advirtió que no había una
''memoria" de cómo los acervos fueron formados, aunque sí
''muchísimo orden en la manera como las piezas habían ingresado
a las colecciones en diferentes epócas". Entonces invitó
al museólogo y crítico Ery Camara, de origen senegalés,
quien constituyó un grupo de investigadores cuyo estudio, a punto
de concluirse, tiene como propósito revelar las condiciones de las
colecciones de arte contemporáneo y de fotografía. Se trata
de tener ''una herramienta ágil, práctica, sencilla de consultar,
que permita ver las imágenes, así como una serie de datos
básicos sobre la obra, el artista y en qué exposiciones se
han presentado las piezas. Eso acercaría a los investigadores y
curadores que invitemos a trabajar en ambas colecciones".
Desde un principio Maillé advirtió que se
había investigado más sobre la colección fotográfica.
En 1995 se editó el catálogo Luz y tiempo, en tres
tomos. Ahora el acervo fotográfico se vuelve a abordar para establecer
una ''transición" con el de arte contemporáneo. ''De alguna
manera la mirada de don Manuel y el proceso para su adquisición
se detienen en 1985 u 86. Lo que empieza a haber de fotografía en
la colección de arte contemporáneo es una aproximación
más actual a este medio en artistas como Duane Michaels, Cindy Sherman
o Sugimoto. Si vemos el cuerpo fotográfico de la colección
de don Manuel y lo que hay de fotografía en la de arte contemporáneo,
que es 60 por ciento, nos damos cuenta que tenemos un cuerpo de la historia
de la fotografía mucho más importante".
Maillé anota, no obstante, que no son colecciones
para ''repasar" la historia de la fotografía.
Las primeras obras que constituyeron la colección
de arte contemporáneo fueron producto de unas becas que Emilio Azcárraga
Milmo, entonces presidente de Televisa, otorgó en la década
de los 70 a ''artistas de la ruptura", como Juan Soriano, Alberto Gironella,
Rafael Coronel y Francisco Corzas. Las obras también se utilizaron
para obsequios de carácter corporativo y para decorar algunas de
las oficinas.
Por desgracia, buen número de estas piezas ''desaparecieron"
durante el terremoto de 1985, ya que se encontraban en las oficinas de
Televisa en la avenida Chapultepec. ''Sabemos, por ejemplo, que Juan Soriano
dio 50 cuadros, y tenemos menos de 10. El nos ha comentado que una gran
cantidad se perdió en los sismos", apunta Maillé.
Colección rica, compleja y contradictoria
Con la apertura en 1982 del Museo Rufino Tamayo, formalmente
se inició una etapa de adquisiciones ''constante y firme", en la
que se coleccionan obras de artistas nacionales e internacionales. Esta
tarea fue asumida con ''mayor importancia" por el neoyorquino Robert Littman
a su llegada tanto al Tamayo, como después al CC/AC. Es Littman
quien decidió cuáles son los caminos por los que la colección
debe transitar. Con razones ''naturales" de nacionalidad, la colección
de arte contemporáneo tiene un ''alto número" de artistas
estadunidenses.
Para Maillé, el perfil de la colección también
tiene que ver con el ''boom cultural" experimentado por Nueva York
y demás ciudades de importancia del vecino país: ''Creo que
con un conocimiento muy agudo de la situación del arte en ese momento,
Littman realiza adquisiciones relevantes". El resultado es una colección
''rica en algunos aspectos, y compleja, y contradictoria en otros".
En cuanto a una ''depuración" del acervo, Maillé
anota que existen estatutos que permiten deshacerse de obra. Tras el cierre
del Centro Cultural/Arte Contemporáneo, ''se nos han ido cuatro
años de acción artística, asumida de alguna manera
por la colección Jumex".
Así, continúa Maillé, ''tenemos que
definir cuál es el camino dentro del propio espíritu de la
empresa, por dónde consideramos sea más prudente seguir enriqueciéndla
y perfilándola hacia un sendero que vayamos definiendo".
En la actualidad no hay un presupuesto asignado para nuevas
adquisiciones. Un primer ''escalón" en este rubro sería demostrar
que ''las inversiones en obra de arte son rentables en muchos sentidos",
expresa
-¿Qué tan importante es la colección
para la empresa?
-Mi tarea es que esta colección se convierta en
algo más importante y que le pueda dar trascendencia a las labores
de la Fundación Televisa. Creo que hay sectores de la empresa que
sí saben lo que se tiene y otros que, por la dimensión de
la misma y tantas filiales que existen, no advierten eso.
''Al no tener un espacio, y a menos de año y medio
de haber reiniciado nuestras acciones, todavía no hay una serie
de actividades permanentes y constantes que de nuevo nos empiecen a posicionar,
tanto dentro como fuera de la empresa.''
Cuatro exposiciones en 2003
Para iniciar una relectura de su acervo artístico
mediante la mirada de curadores invitados, la Fundación Televisa
escogió el Museo Nacional de Arte (Munal) y su sala de colecciones
especiales, espacio donde el pasado 8 de agosto fue abierta Lugar (es):
la urbe y lo contemporáneo, exposición curada por el
teórico del arte José Luis Barrios, y que se compone de 30
obras tridimensionales.
Desde que Mauricio Maillé asumió la coordinación
de artes visuales, la Fundación Televisa ha participado en varias
exposiciones.
Por ejemplo, en Algo con qué tropezar, muestra
de escultura contemporánea con la cual reabrió sus puertas
hace un año el Museo Rufino Tamayo; allí, 60 por ciento de
las obras eran de la colección de arte contemporáneo de la
empresa.
Claro, lo que más interesa a la fundación
es organizar sus propias exhibiciones. Aparte de la del Munal, este año
se realizó Citas con el espejo, en el Museo Universitario
de Ciencia y Artes, de la Universidad Nacional Autónoma de México,
con una parte de la colección de Manuel Alvarez Bravo.
Su curador, Alfonso Morales, la ha seguido ''afinando"
para editar un libro- memoria, así como hacerla itinerante por el
territorio nacional. Incluso, tendrá dos formatos: uno para espacios
con capacitad para recibir la muestra entera, de cerca de 130 imágenes,
y uno de formato medio para 70 u 80 fotos.
De forma paralela, Osvaldo Sánchez se ha abocado
al proceso de curar otro par de exhibiciones auspiciadas por la Fundación
Televisa, una será de fotografía de la colección de
arte contemporáneo y otra de este acervo en general.
De esta manera, manifiesta Mauricio Maillé, ''vamos
a tener cuatro exposiciones para el próximo año, mismas que
empezaremos a ofrecer a diferentes museos de la República, con el
propósito de brindarles una serie de obras que en la mayoría
de los casos, salvo contadas excepciones, no tienen la oportunidad de ver".