Se encontró una losa que bloquea el estrecho
túnel por el que reptaba, informan
Nuevo obstáculo frustra la investigación
del ''robot explorador'' de la pirámide de Keops
Conjeturan que puede haber cámaras secretas o
estatuas del faraón en un pasadizo
La expedición, con patrocinio de National Geographic
Channel, fue televisada
PABLO ESPINOSA Y REUTERS
La aldea global nos tiene un nuevo reality show:
un programa de televisión de National Geographic transmitió
en vivo las aventuras del robot Pyramid Rover, que introducido en
un orificio de 20 centímetros de diámetro recorrió
las entrañas de la Gran Pirámide de Keops, a lo largo de
uno de los ''pasadizos secretos" que suben desde una cámara inconclusa
y misteriosa y que algunos egiptólogos suponen fue construida como
conducto de ventilación, mientras otros aseguran que se trata de
caminos para que el alma del faraón muerto ascendiera a la otra
vida.
El
robot transmitía ayer en vivo y todo marchaba sobre bytes,
hasta que el intrépido representante cibernético de los científicos,
al asomarse a una puerta caliza, se topó con una segunda losa de
piedra que le bloqueó el camino y frustró así las
esperanzas de descubrir los misterios que mantenían al mundo, televidente,
con el alma en vilo.
Era de madrugada, pero debido al obstáculo imprevisto
los misterios seguían sin desvelarse.
Entre realidad y ficción
El equipo de científicos, con su típico
atavío, que retomó Steven Spielberg en su filme Indiana
Jones (La Jornada, 14/09/02), es de elite: Zahi Hawass y Mark
Lehner encabezan la pléyade de egiptólogos más célebres
del mundo actual. Ellos bautizaron como Pyramid Rover al robot que,
a la manera de los rescatistas de sobrevivientes en derrumbes, temblores
y otros desastres, reptó a lo largo del pasaje de ensueño
a altas horas de la madrugada sin otra cosa que despertar más que
ansias, expectativas y frustración momentánea, pues con losa
inoportuna topó.
El ''explorador de la pirámide" (Pyramid Rover)
escaló unos 65 metros por uno de los dos pasadizos que salen de
una cámara del interior de la pirámide de Keops, para mirar
por un agujero de la puerta, que algunos piensan puede ocultar cámaras
secretas, estatuas del faraón o antiguos pergaminos de hace 4 mil
500 años.
''Encontramos un espacio. Hallamos otra cámara
sellada", dijo el jefe del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto,
Zahi Hawass, durante la emisión televisada en vivo y patrocinada
por National Geographic Channels.
Al aire, en vivo, el jefe de la expedición levantó
la tapa de un sarcófago de 4 mil 500 años cerca del sitio
en el que se alzan las grandes pirámides de la meseta de Giza, cerca
de El Cairo, para revelar el esqueleto de un hombre que, según dijo,
era el alcalde de una localidad de constructores de pirámides.
Un turista había descubierto, en junio, la tumba
que contenía tal ataúd.
''Cada pieza será llevada al laboratorio y analizada
con rayos X. Descubriremos todo sobre él", dijo al aire Hawass.
El televidente, para entonces, ya había perdido la frontera entre
ficción y realidad. La transmisión en vivo de esta gesta
de la arqueología contemporánea se convirtió en paráfrasis
calderoniana: el gran teatro del mundo, o maileriana: los sueños
de la antigüedad.
El nuevo obstáculo que bloquea por el momento la
investigación dentro de la pirámide del faraón Keops
contraría, sin duda, a los arqueólogos intrigados por los
dos huecos abiertos en la gigantesca estructura desde que fueron descubiertos
en 1872.
Hawass
dijo que era imposible decir lo que podía haber detrás de
la nueva puerta descubierta en la pirámide de 145 metros de altura.
Se necesitarán más investigaciones y labores
científicas antes de diseñar cualquier plan para una nueva
investigación que permita mirar más allá de la segunda
puerta en el estrecho pasadizo. "El plan lo tendremos listo en unos meses
quizá", anunció Hawass. La primera puerta, con dos asas de
cobre, fue descubierta por el estudioso alemán Rudolph Bantenbrink
en una expedición de 1993, en la que también se utilizó
un robot.
En aras de la sensatez, hay un consenso entre egiptólogos
y televidentes de este involuntario reality show: lo más
probable es que detrás de la segunda puerta no haya nada.