El viernes, concierto de su Trova en el teatro Metropólitan

El abuso comercial ha vuelto grotesca a la música popular, afirma Manuel Rosillo

ARTURO CRUZ BARCENAS

Manuel Rosillo Segura es para sus alumnos "el profesor". Ha dirigido a lo largo de 30 años La Trova de la Ciudad de México, AC, organismo sin fines de lucro compuesto por 72 jóvenes, divididos en un coro a cuatro voces en el que se escuchan guitarras, mandolinas, bandurrias, laúdes, vihuelas, violines, bajo eléctrico, marimba y acordeón, y percusiones como bombos, platillos, bongoes y claves.

Para celebrar tres décadas de formación de amantes de la buena música tradicional mexicana, La Trova dará un concierto en el teatro Metropólitan, el 20 de septiembre a las 21 horas, que será, expuso Rosillo Segura, un viaje a través de los tiempos y lugares que conforman nuestra historia, representada por manifestaciones musicales como sones, boleros, huapangos, música infantil e internacional, sin faltar el clásico.

En entrevista realizada en esta redacción, Rosillo expuso que hizo estudios en el Conservatorio Nacional de Música; se ha desempeñado como profesor de diversas materias musicales en universidades y colegios del DF. Ha grabado ocho discos y ha participado en programas de televisión y radio. Ha llevado a La Trova a foros como el Palacio de Bellas Artes, el Auditorio Nacional y la Pinacoteca Virreinal.

Como arreglista y compositor ha escrito nueve fanfarrias, las misas Auxilium christianorum y del Pregón guadalupano; ha hecho transcripciones para diversos instrumentos de obras de Vivaldi, Bach, Moncayo, Galindo y Ponce, así como 150 arreglos de música popular.

Cierra una etapa

Ha formado cientos de alumnos en el arte de la música y con el concierto del 20 de septiembre cierra su etapa con La Trova. No siente nostalgia, pues seguirá activo en diversas tareas. Es catedrático en el Conservatorio Nacional de Música y rector del Coro de Infantes de la Basílica de Guadalupe.

Lamentó que no exista la formación musical dentro de los planes de estudios básicos, pues quien estudia tal disciplina desarrolla los dos hemisferios del cerebro. "Quien toca un instrumento de aliento aprende a respirar mejor; uno de cuerdas, mejora su postura y desarrolla una habilidad en la digitación." Destacó que quien estudia música adquiere una sensibilidad humanista y alegre. "Inclusive en el Conservatorio, donde imparto clase, tengo pocos alumnos inscritos, tres, cuatro o cinco por asignatura. Lo que ha venido a dar al traste con esta materia es el carácter utilitario que los colegios le dan."

Expresión romántica

Trova es una expresión romántica, expuso. "Para entrar conmigo fundamentalmente se requieren ganas. Llegamos a conformar un grupo de 120 personas. Ha bajado el número porque lo que más se oye es música comercial, y nosotros tratamos de cantar lo que es parte de nuestra herencia cultural."

Añadió que acercarse a la música desarrolla espiritualmente al hombre. "Cuando compartimos escenario con otros grupos, de provincia o del DF, vemos que interpretan música comercial, pues no son músicos los que imparten la carrera, sino un simple aficionado que aprendió a tocar un instrumento y se siente capaz, pero no tiene didáctica."

-ƑSe ha tergiversado la función social de la música, que debería ser de formación?

-Sí, e incluso la música popular se podría disfrutar y ser divertida, pero el abuso comercial la ha vuelto grotesca, para un momento, que acaba.

Se va de La Trova sin triviales sentimientos, sin añoranzas fatuas. "He formado a unos mil 500 alumnos. Soy sochantre de la Basílica de Guadalupe, es decir, maestro de capilla, encargado de la música. Eso me ha absorbido mucho y se ha hecho necesario crear una escuela de formación musical dentro de la basílica. Por eso dejo La Trova, porque no debo hacer las cosas a medias".

Ya platicó con "mis muchachos" y todo está acordado. "A la conciencia no se le dan aspirinas. O se hace una cosa bien o no se hace. Lo peor es hacerlas a medias."

Los boletos pueden conseguirse en Ticketmaster, al 5325-9000, en taquillas del Metropólitan. Precios: de 90 a 280 pesos.