Disuelven en Navarra el grupo legislativo de
Batasuna
Acusa Madrid al gobierno vasco de "atentar contra la
democracia"
AFP Y DPA
Madrid, 19 de septiembre. El vicepresidente primero
del gobierno español, Mariano Rajoy, acusó hoy al Ejecutivo
del País Vasco de "atentar contra la democracia" al negarse a aplicar
la suspensión del partido radical vasco Batasuna, ordenada a fines
de agosto por el juez español Baltasar Garzón.
El martes anterior, el Parlamento regional, controlado
por el Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado), declaró "nula
de pleno derecho" una resolución de Garzón de suspender por
tres años las actividades de Batasuna debido a sus lazos con la
organización separatista vasca armada ETA.
Paralelamente, el gobierno del País Vasco anunció
que presentará una querella por prevaricación contra Garzón,
magistrado de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española.
El bloque de Batasuna en el Legislativo vasco está integrado por
siete diputados regionales.
En
cambio, el Parlamento de la vecina Navarra aplicó la suspensión
del bloque legislativo de Batasuna, y los siete diputados de la izquierda
pasaron al grupo mixto.
El Legislativo navarro confirmó formalmente este
jueves la disolución del grupo parlamentario del partido independentista
y el congelamiento de sus subvenciones.
Rajoy, número dos del gobierno central, estimó
que la negativa del Parlamento vasco de aplicar la decisión de Garzón
es "un disparate jurídico y un dislate político de incalculables
consecuencias".
Tras afirmar que quien tiene que establecer lo que se
ajusta a la ley es el Poder Judicial, Rajoy, también portavoz del
gobierno español, sostuvo en declaraciones a la radio Cope
que se trata del "ABC de una democracia, del estado de derecho", y que
"si no cumplimos las resoluciones de los jueces estamos cometiendo el más
grave atentado contra la democracia".
Dijo además que la demanda del gobierno vasco contra
Garzón "no tiene el más mínimo sentido", y que "sospecha"
entonces que el PNV "trata de darle cierta cobertura a Batasuna".
El gobierno vasco, a cargo del presidente Juan José
Ibarretxe, negó el martes legitimidad a las decisiones del Garzón,
que buscan suspender las actividades legislativas de Batasuna y prohibir
cualquier manifestación que pueda ser interpretada como un apoyo
a ese partido vasco.
El poder regional vasco entró en conflicto abierto
con el presidente del gobierno español, José María
Aznar, al amenazar el miércoles anterior con actuar de forma unilateral
para aplicar las disposiciones aún en suspenso contenidas en el
estatuto de autonomía del País Vasco.
El viernes pasado el gobierno vasco, con sede en Vitoria,
reiteró ese ultimátum, cuyo alcance es ampliamente simbólico
pues lo esencial del estatuto de 1979 ya está en vi-gor. El denominado
Estatuto de Gernika dota a la región del norte de España
de un nivel de autonomía único en Europa.
Hoy, el secretario de Estado para las relaciones con el
Parlamento, Jorge Fernández, calificó ese ultimátum
de "provocación".
Además, los jueces de instrucción de la
Audiencia Nacional, principal instancia penal española, dieron a
conocer un comunicado de apoyo a su colega, destacando su "preocupación
por la violación del estado de derecho constituida por la no aplicación
de decisiones judiciales".
El ministro español del Interior, Angel Acebes,
acusó a los nacionalistas de "presentarse como víctimas de
la nada", al responder al presidente del PNV, Xabier Arzalluz, quien la
víspera instó al "contrataque".
"Nunca tomaremos un arma en la mano, pero sí usaremos
cada vez más todos los medios que la ley nos ofrece para defender
nuestra posiciones ante los ataques que recibimos y también el recurso
al pueblo", sostuvo Arzalluz, y enfatizó: "Siempre hemos estado
contra ETA, pero de lo que pueden estar seguros es que no estamos con Aznar".
Por otra parte, organizaciones convocantes a la protesta
del pasado sábado en Bilbao, que terminó en enfrentamientos
con la policía, que atacó a los manifestantes con balas de
goma y lanzaguas, lo que causó decenas de heridos, celebraron hoy
una rueda de prensa en la que exigieron saber qué amenaza hizo Madrid
a las autoridades vascas para que se reprimiera de forma tan brutal la
movilización pacífica.
Los convocantes rechazaron la versión oficial de
que la policía regional fue alertada de que se estaban produciendo
incidentes en las calles aledañas, y que unas cien personas agredieron
a un cordón policial.
"Unicamente el Departamento del Interior Vasco es responsable
de los incidentes, porque las cargas policiales respondían a directrices
marcadas por Garzón", dijeron.