No se efectuará reunión de la comisión mixta, trasciende

Apremian legisladores a gobiernos que concluyan acuerdo migratorio

ANDREA BECERRIL Y GERARDO ARREOLA ENVIADA Y CORRESPONSAL

La Habana, 20 de septiembre. La migración ilegal cubana hacia México es un fenómeno reducido pero requiere que los dos gobiernos aceleren la negociación de un convenio que regule su tratamiento, según la conclusión a la que se llegó en este tema durante la quinta Reunión Interparlamentaria que se lleva a cabo aquí.

El senador perredista Marcos Carlos Cruz y el diputado cubano Lázaro Barredo fueron los ponentes principales del caso. Ambos plantearon la conveniencia de que los órganos legislativos revisen las respectivas bases legales y pidan a los dos gobiernos que concluyan la negociación en curso.

La discusión del convenio se realiza dentro del grupo de trabajo sobre migración, mecanismo abierto en 1998 como parte de la Comisión Mixta General Intergubernamental. Por la parte cubana participa la Dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior y por la mexicana el Instituto Nacional de Migración (INM), dependiente de la Secretaría de Gobernación.

Aunque, según sus propias previsiones, el grupo debía reunirse este mes en la ciudad de México, no está convocada la nueva cita. Fuentes de ambos países estimaban, extraoficialmente, que la sesión anual de 2002 ya no se realizará.

Se desconoce la causa de ese vacío, pero las fuentes lo atribuyen al clima de deterioro progresivo de las relaciones entre los gobiernos de los presidentes Vicente Fox y Fidel Castro, iniciado hace casi dos años y que parece prolongarse por una virtual parálisis de acuerdos alcanzados y una suspensión total del diálogo político.

En general, los dos países reconocen que el flujo migratorio cubano hacia México es legal y ordenado. Según el INM, el año pasado habían llegado a nuestro país 14 mil 697 isleños por vías ordinarias. En el primer semestre de 2002 había 112 cubanos indocumentados detenidos y 48 balseros habían sido repatriados.

Las dos naciones quieren regular y abatir el pequeño flujo ilegal, para desalentar la emigración irregular y el tráfico de personas. México también intenta atajar la posibilidad de convertirse en trampolín hacia Estados Unidos de una corriente de cubanos que se sume a los ríos de centroamericanos, sudamericanos y asiáticos que circulan por los corredores de la ilegalidad en territorio mexicano en tránsito hacia el norte.

Con la práctica de devolver balseros a Cuba, México se distanció de la política estadunidense, que premia la migración ilegal con la ley de ajuste cubano de 1966, según la cual los indocumentados de esa nacionalidad que lleguen a Estados Unidos por cualquier vía pueden optar por la residencia permanente después de un año de estancia en el país.

Al cerrar las puertas claramente a la migración ilegal, México también inhibiría otro fenómeno marginal asociado: el de nacionales de terceros países que creen estar en mejor situación de ingresar a Estados Unidos si pasan por Cuba.

"Ha habido casos de gente de Asia y del Medio Oriente que vienen aquí como turistas y luego han querido irse ilegalmente a Estados Unidos creyendo que los van a recibir como cubanos", aseveró Barredo.