Llamado del líder de la ANP a la comunidad internacional: "mi vida corre peligro", advierte
Refuerza el ejército israelí el asedio a Arafat; Ramallah, "zona prohibida"
Manifestaciones en los territorios reocupados provocan cinco muertos y más de 40 heridos
El presidente palestino está acabado: Sharon El cuartel general, sin luz, agua ni teléfono
REUTERS, AFP, PL Y DPA
Ramallah, 22 de septiembre. Las fuerzas israelíes cortaron este domingo el agua, la electricidad y el servicio telefónico de los devastados edificios del cuartel general del sitiado presidente palestino, Yasser Arafat, a quien el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, considera "acabado".
El reforzamiento del asedio de Arafat, aislado desde el jueves pasado en su cuartel central de esta localidad cisjordana, ocurrió en momentos en que se realizaron nuevas manifestaciones en los territorios reocupados; protestas similares ocurridas en la noche del sábado y madrugada del domingo tuvieron saldo de cinco palestinos muertos y más de 40 heridos.
Sólo una pared separa a Arafat de los tanques israelíes. El líder palestino había hecho un dramático llamado a líderes mundiales por vía telefónica: "Mi vida corre peligro". El diario Jerusalen Post reveló que incluso advirtió a líderes árabes que prefería pegarse un tiro antes que entregarse a los soldados israelíes.
Asimismo, la ciudad de Ramallah fue declarada "zona militar prohibida" por el ejército israelí.
Durante toda la jornada de este domingo, dentro del cuartel general de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) el ejército continuó con las demoliciones, entre éstas la oficina del gobernador, aunque al caer la noche una fuente militar israelí anunció la suspensión de la destrucción.
Fracaso
El principal negociador palestino, Saeb Erekat, confirmó que el agua y las líneas telefónicas fueron cortadas por las tropas, si bien la oficina de Arafat sigue con electricidad, al tiempo que comentó con amargura que "todos nuestros contactos con los israelíes, europeos y estadunidenses han fracasado para lograr algún resultado tangible".
El ejército confirmó que el suministro de agua quedó interrumpido, pero aclaró que fue un accidente.
No obstante, el vocero del Ministerio israelí de Defensa, Yarden Vatikai, desmintió que se haya tomado tal medida. "No es así. Las instrucciones del ministro (Benjamin Ben Eliezer) son claras. Todo debe ser normal: electricidad, víveres y agua", declaró.
Por lo pronto, el viceministro de Defensa, Weisman Shiri, afirmó que la operación israelí contra el cuartel general tiene el objetivo de obligar a Arafat a que se vaya de la región, pero precisó que no existe "ninguna intención de eliminarlo físicamente, más bien queremos obligarlo a que decida él mismo hacia dónde partir".
No obstante, el primer ministro israelí, para quien "Yasser Arafat ya está acabado desde hace tiempo", aseguró que el líder palestino puede permanecer largo tiempo en la Mukata, pero "nuestro objetivo es impedir que continúe alentando el terrorismo y nos esforzamos por ello".
Sharon hizo estas declaraciones en una entrevista telefónica que mantuvo anoche con el presidente del Consejo Legislativo Palestino, Ahmed Qorei, reveló este domingo el periódico Maariv.
El jefe de gobierno israelí ratificó a Qorei que Israel no tiene intención de atentar contra el presidente palestino. "Sólo espero que los palestinos comprendan que Arafat está acabado, luego de que los condujo al desastre".
También el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, insistió a la cadena de televisión CNN que Israel no quiere expulsar ni asesinar a Arafat, sino ayudarlo a controlar la situación, o que presente una alternativa para asegurar el control sobre Hamas.
Previamente, Peres se entrevistó con el presidente del Parlamento palestino para intentar una salida al asedio al cuartel general, confirmó una fuente palestina, aunque no proporcionó los detalles de la entrevista.
Sin embargo, este asedio ha provocado el fortalecimiento de la figura de Arafat. "Le está dando simpatía y credibilidad entre la gente", dijo el ex ministro palestino de Trabajo, Ghassan al-Khatib.
Con todo, el líder palestino se enfrenta a una dura batalla para sobrevivir políticamente mientras permanece en el único edificio de oficinas presidenciales que queda en pie, donde está acompañado de 200 personas.
En tanto, los palestinos se manifestaron por segundo día consecutivo en la franja de Gaza y Cisjordania, a fin de demostrar su respaldo a su presidente. La mayor concentración se realizó en Gaza, donde miles de personas se congregaron delante de la sede del Consejo Legislativo Palestino.
También hubo manifestaciones en Jan Yunes, Rafah, Deir al Balah y Bait Lahia, en tanto que en Cisjordania la principal concentración se llevó a cabo en Balén, pero también hubo otras en Hebrón, Tulkarem, Nablus y la propia Ramallah.
El sábado, miles de palestinos salieron a las calles de varias ciudades de Cisjordania y en la franja de Gaza, a pesar del toque de queda impuesto por el ejército israelí. Durante las manifestaciones ocurridas entre la noche del sábado y la madrugada de este domingo hubo enfrentamientos con el ejército israelí, que causaron la muerte de cuatro palestinos.
Además, un niño de 13 años murió en circunstancias que aún se discuten, pues fuentes palestinas dijeron que lo mataron a tiros por violar el toque de queda, mientras que fuentes militares isralíes aseguraron que falleció al estallar una bomba que intentaba lanzar.
Además, más de 200 pacifistas, en su mayoría extranjeros, que intentaron acercarse este domingo al cuartel general para llevar alimentos y medicinas, fueron detenidos por las tropas de Tel Aviv. Lo mismo sucedió con cuatro diputados israelíes que querían reunirse con el presidente Arafat.
El movimiento de resistencia Hamas, por su parte, llamó a intensificar la intifada, en respuesta al sitio de la Mukata, mientras que las Brigadas de los Mártires Al Aqsa, grupo armado vinculado al Fatah, el movimiento de Arafat, anunciaron que cometerán nuevos atentados. "Hamas garantiza a Abu Ammar (nombre de guerra de Arafat) su respaldo y llama a que se intensifique la resistencia en respuesta lo que está ocurriendo en Ramallah", indicó Ismail Haniya, uno de los dirigentes del movimiento.
Terroristas, el objetivo
Inicialmente, el objetivo de la operación de Israel en Ramallah era aislar a Arafat y obtener la rendición de 20 palestinos acusados de "actividades terroristas", tras los dos atentados suicidas de la semana pasada que dejaron seis muertos y decenas de heridos.
Israel no entregó a la ANP ninguna lista con los nombres de esas personas, pero identificó a algunos: Taufic Tiraui, jefe de los servicios secretos para Cisjordania; Auni El Helu y Jaled Shaush, lugartenientes del general Tiraui, y Mahmud Damra, jefe de las fuerzas especiales de su servicio.
"La exigencia israelí no está sujeta a discusiones", declaró a Afp el ex ministro de Trabajo, Ghassan al-Khatib. "Es algo que a nuestros ojos no sería justo. Equivale a un suicidio político. Esto no ocurrirá. Sharon puede mantener el sitio cuanto lo desee", agregó.
Por su parte, el vocero de Sharon, Raanan Gissin, confirmó la existencia de 19 "casos serios", e indicó que Israel quería también detener a unas 30 personas más, implicadas en actos de violencia.