Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 3 de octubre de 2002
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Economía

MEXICO, S.A.

Carlos Fernández-Vega

Crisis en el mercado cafetalero

Sobreoferta y competencia por los nichos

Grito de auxilio desde El Salvador

DE TIEMPO ATRAS, las naciones productoras y exportadoras de café padecen el drástico descenso en los precios internacionales del grano, amén de la sobreoferta del producto y la feroz competencia entre ellas por conservar mercados, con el consiguiente debilitamiento de sus ya de por sí frágiles y dependientes estructuras económicas.

DE ACUERDO CON ESTIMACIONES conservadoras, entre 1997 y 2001 el valor de las exportaciones de las naciones productoras de café se desplomó en alrededor de 4 mil millones de dólares. En el caso de los países centroamericanos, dicha merma ha sido de 40 por ciento. Durante el año pasado y sólo con relación a los niveles de 2000, los precios promedio de los granos brasileño, colombiano y mexicano disminuyeron 45, 29 y 21 por ciento, en cada caso. En 2002, la situación ha empeorado.

EL MAS RECIENTE grito de auxilio de este sector surgió ayer en El Salvador, desde donde los cafeticultores advirtieron que a finales del presente año el "monstruo del hambre" golpeará a los campesinos y al gremio en su conjunto, debido a la pobre cosecha que se prevé y a la falta de ayuda oficial, tanto gubernamental como de organismos internacionales. No es para menos: cerca de 5 por ciento del producto interno salvadoreño tiene aroma de café.

SIN EMBARGO, COMO en la mayoría de los casos cuando se habla de la democrática globalización, existe el lado amable, el que se puede ver todos los días en la televisión: cuatro trasnacionales de los alimentos y las bebidas (Nestlé, Procter and Gamble, Sara Lee y Kraft) compran 50 por ciento de las cosecha internacional de café y obtienen ingresos trece veces superiores -por kilogramo, en promedio- al de los cafeticultores.

EN ESTE CONTEXTO, más de 25 millones de personas de 45 países productores de café se enfrentan a la ruina por la imparable caída de los ingresos: los precios internacionales del grano están en el rango más bajo de los últimos 30 años, y la tendencia empeora, lo que está llevando a la miseria a los productores de países pobres, de acuerdo con información de la organización no gubernamental Oxfam, que realiza una campaña permanente para que esas empresas paguen un precio más alto por el producto.

LA OTRA CARA DE la moneda, la que se ve a colores y en la tele, es que esas cuatro trasnacionales anualmente se embolsan alrededor de 30 mil millones de dólares, es decir 50 por ciento del valor del mercado internacional de café, y están felices con la globalización.

EN EL CASO DE México, quinto productor mundial de café, con 5 por ciento del total (Brasil, 33 por ciento; Colombia, 12 por ciento; Indonesia y Vietnam, 6 por ciento, cada uno, aunque estos dos últimos venden un producto de menor calidad y 40 centavos de dólar por abajo del grano de sus competidores), la producción anual ha caído de 5 millones de sacos -60 kilogramos cada uno- a cerca de 4.5 millones, mermando la economía de 12 estados de la República (donde existen 280 mil productores en más de 4 mil comunidades y se destinan unas 760 mil hectáreas para su cultivo), entre ellos de manera destacada Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Puebla.

ESTE ES UNO de los principales productos mexicanos de exportación e importante fuente de divisas en la balanza comercial del sector (alrededor de 3 mil 200 millones de dólares en los pasados cuatro años). Cerca de 80 por ciento de la producción nacional de un ciclo cafetalero se orienta a los mercados de más de 40 países, pero -como suele acontecer- 95 por ciento de los envíos terminan en Estados Unidos, básicamente, Suiza, Alemania, Francia y los Países Bajos.

EL PANORAMA PARA los cafeticultores mexicanos no resulta grato. Sin embargo, de acuerdo con la Cepal, el sector cafetalero de Centroamérica atraviesa por una crisis sin precedentes. El exceso de producción mundial de café respecto de su consumo aumentó considerablemente el nivel de las existencias en los recientes cuatro años, situación que determinó el desplome de los precios en el mercado internacional. En 2001 la producción mundial superó de nuevo al consumo mundial, que creció sólo uno por ciento, en línea con la tendencia observada en el último quinquenio.

DEBIDO A LA SOBREOFERTA de alrededor de 10 millones de sacos y al volumen récord de exportaciones (88.7 millones de sacos), los inventarios en los países importadores alcanzaron 25.5 millones de sacos, casi tres veces más que elcafe-veracruz2 rango deseable para obtener un precio remunerativo. En consecuencia, el precio compuesto se mantuvo por debajo de los 50 dólares el quintal (46 kilogramos), el más bajo -en términos reales- de cuando menos los pasados 50 años.

LOS BAJOS PRECIOS internacionales ocasionaron importantes pérdidas de ingresos de divisas que afectaron la balanza comercial centroamericana, profundizando las necesidades de financiamiento externo. Sólo en 2001, esa zona dejó de percibir 713 millones de dólares, equivalente a 1.2 por ciento del PIB regional en ese año. Mientras que las exportaciones de café aportaron 16.4 por ciento promedio anual de las divisas por exportaciones de bienes en el quinquenio 1994-1998, en el último año sólo significaron 7.2 por ciento

POR EL PESO ESPECIFICO de la cafeticultura (que representa 1.3 por ciento del PIB en Costa Rica; 2.5, en El Salvador, 4.2, en Guatemala; 7.2, en Nicaragua, y 8.2, en Honduras), la crisis del sector ha tenido repercusiones de consideración en las economías del área que resintieron sus efectos. En el ámbito macroeconómico, todo ello se tradujo también en menores ingresos fiscales, que a veces determinaron (šsorpresa!) ajustes en los gastos públicos.

PARA LOS CERCA de 300 mil productores de café de la región, la caída del precio internacional por cuarto año consecutivo determinó una marcada reducción de los precios obtenidos por la venta de su grano. El aumento del desempleo en el campo ha sido considerable y menores los ingresos para un masivo número de trabajadores rurales del contingente de alrededor de 1.6 millones de personas que, se estima, se emplean en las fincas cafetaleras en forma permanente o temporal, y que se sitúan entre los estratos de la población de mayor pobreza.

ASI, AYUDAR a solucionar esta crisis es cuestión de gustos: café de la casa o "café" trasnacional.

Las rebanadas del pastel:

DE PLANO, LA mosca no puede con Cabal. Para que el ex banquero no se ofenda, ahora le proponen una reducción en el monto de la fianza.

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