Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 14 de octubre de 2002
  Primera y Contraportada
  Editorial
  Opinión
  Correo Ilustrado
  Política
  Economía
  Cultura
  Espectáculos
  CineGuía
  Estados
  Capital
  Mundo
  Sociedad y Justicia
  Deportes
  Lunes en la Ciencia
  Suplementos
  Perfiles
  Fotografía
  Cartones
  Fotos del Día
  Librería   
  La Jornada de Oriente
  La Jornada Morelos
  Correo Electrónico
  Búsquedas
  >

Política
ENTREVISTA /DULCE MARIA SAURI RIANCHO, SENADORA DEL PRI

Por falta de recursos perdió el PRI en comicios de 2000

LOS ATAQUES POR EL PEMEXGATE, PARA SEPULTAR AL PARTIDO, ASEGURA

Dirigente del tricolor durante la campaña de Francisco Labastida a la Presidencia de la República, Sauri defiende a Carlos Almada, ex secretario de Elecciones de su partido, sobre quien pesa actualmente una orden de aprehensión por el Pemexgate

ROSA ELVIRA VARGAS

La senadora Dulce María Sauri tiene dos convicciones. Una es que en 2000 el Partido Revolucionario Institucional (PRI) -instituto político del que entonces era presidenta nacional- operó en sus campañas con mucho menos dinero que la Alianza por el Cambio, que postuló a Vicente Fox. La otra es que Carlos Almada, secretario de Elecciones en ese Comité Ejecutivo Nacional (CEN), además de honesto es un hombre "humanamente muy rico, con una enorme capacidad de trabajo y de organización en todo momento".

Cuando habla del político sinaloense sobre el que, junto con otros ex miembros del CEN, pesa una orden de aprehensión por el Pemexgate, lo hace sin vacilación: "es un hombre íntegro, y no me refiero sólo en cuanto al manejo de los recursos que el partido puso a su disposición para hacer su trabajo como secretario de Elecciones, sino íntegro en cuanto a su misión y su compromiso con procesos electorales limpios y transparentes".

La ex gobernadora de Yucatán también tiene otra certeza: que este "alud" de acusaciones contra el PRI busca, desde el gobierno, acabar con el partido, y se rige por una estrategia definida en tiempos y formas, con miras a conseguir la mayoría panista en la Cámara de Diputados el próximo año.

Los recuerdos de las grandes carencias

En charla breve con La Jornada, la senadora no se aparta de estos temas. Respeta las reglas no escritas de quien ha ocupado la máxima jerarquía partidista, aunque desliza que ella habría encarado de otro modo la defensa de sus correligionarios.

Le interesa, sí, dar su visión de aquello que encaró como dirigente del partido, que tuvo durante 71 años el poder presidencial, "porque en las actividades propiamente proselitistas de 2000 recorrí dos veces todo el país". Y le saltan, dice, los recuerdos de las "grandes carencias" que tuvo el PRI durante la campaña electoral.

"El dinero del financiamiento público y privado que se recaudó fue insuficiente para poder sostener el paso que marcó en todo momento el candidato de la Alianza por el Cambio, el hoy presidente Vicente Fox", apunta.

Sauri Riancho cuenta que en esos meses de 2000, cuando "llegaba a una ciudad, me mostraban los espectaculares, los pasacalles y los estandartes del Partido Acción Nacional (PAN) y me decían: 'éstos los pusieron hace unos cuantos días en sustitución de los de hace un mes, porque ya se habían medio deslavado los colores'. Luego prendían las estaciones de radio para que oyera la propaganda del candidato de la Alianza, que estaba hecha ex profeso con los temas locales. Me decían: '¿y nosotros por qué no?' A mí me tocaba dar la cara y decir: porque no tenemos más dinero que lo que les hemos enviado".

Esa fue, insiste, la experiencia que vivieron los candidatos del PRI en todo el país. "Muchos lograron ganar y otros perdieron, entre otras cosas, por falta de recursos, pues aunque éstos no lo son todo en una campaña, si no hay dinero es muy difícil hacer un trabajo efectivo".

La senadora hace un paréntesis para explicar que en la campaña presidencial la estructura del Comité Ejecutivo Nacional disponía, para la operación del partido en su conjunto, de los fondos ordinarios del financiamiento público que se obtenían a través del Instituto Federal Electoral. Además, el secretario general del PRI -Esteban Moctezuma, en ese momento- operaba como coordinador general de la campaña y el secretario de Finanzas, Jorge Cárdenas, fungía como coordinador financiero.

Y aunque también es clara en su convicción sobre la probidad de este último, para la legisladora es importante hablar específicamente de una de las personas acusadas. Explica que a Carlos Almada le tocó, desde la Secretaría de Elecciones, apoyar la estructura creada para el proceso interno de selección de candidato a la Presidencia de la República. "Ahí hubo, claro, un comité encabezado por Fernando Gutiérrez Barrios, pero la estructura del CEN apoyó, y después a esa instancia le correspondió organizar la estructura electoral para el proceso del 2 de julio (...)"

Apunta de inmediato: "ahí observé, sobre todo, la integridad que imprimía Almada a cada una de sus acciones. Y esto fue importantísimo, porque cuando el PRI no ganó la Presidencia no tuvimos, desde el punto de vista electoral, ninguna reserva en mostrar y demostrar que habíamos actuado conforme a la ley y que lo ocurrido era sencillamente que los electores decidieron por el candidato de otro partido y ya".

-Entonces, como se dice, ¿a ustedes sí les cuadraron las cuentas?

-Sí. Rápidamente. Tuvimos la información y la oportunidad de ir con todo, en orden, a contenciosos electorales, en el caso de senadores y de diputados federales, gracias a que la Secretaría de Elecciones había hecho un trabajo responsable y serio.

La evocación de Dulce María de quien fuera uno de sus principales colaboradores prosigue emotiva: "Carlos Almada se fue como secretario de Elecciones, junto con todo el CEN, a excepción de Jorge Cárdenas y de mí, 10 días después del 2 de julio. Y yo, en ese periodo tan difícil, después de que pasó lo del 2 de julio, lo extrañé.

"Inclusive yo no quería que se fuera, pero Carlos, con esa claridad que tiene, me dijo: 'no puedo quedarme como secretario de Elecciones, porque perdimos. Tienen que venir otros que puedan hacer el trabajo que toca al partido en lo contencioso electoral, en los procesos locales que vamos a enfrentar inmediatamente'. O sea, tuvo la generosidad de decirme: 'yo me voy', en un momento, además, en el que la incertidumbre frente al futuro personal, ya no sólo político, era enorme".

Hoy, a ella, como militante priísta, le queda efectuar tales distinciones y hace algo más: llama a la unidad en su partido contra aquellos que, insiste, quieren sepultarlo.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año